Actriz de 'Els hereus de la terra'

Elena Rivera: "Voy de drama en drama, pero lo disfruto porque aprendes un montón"

La intérprete, a la que hemos visto también en Antena 3 con 'Alba' y en TVE con 'Sequía', da vida en la serie basada en la novela de Ildefonso Falcones a una "lucecita en un mundo de sombras"

Elena

Elena

Inés Álvarez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

A Elena Rivera (Zaragoza, 1992) no hacemos más que verla sufrir y confesamos que nos gusta. Porque es en esos papeles cargados de dramatismo donde muestra su gran potencial como actriz. De ello son dos brillantes muestras: 'Alba', que emitió Antena 3, y 'Los herederos de la tierra', que ofreció Netflix y acaba de estrenar TV3 como 'Els hereus de la terra'. En ambas da vida a una joven que sufre abusos sexuales. En la primera es una chica actual, y en la otra, una esclava que encuentra el respeto y el amor en el protagonista de esta serie basada en la novela homónima de Ildefonso Falcones que sigue la estela de 'La catedral del mar'. Un personaje que es como "una lucecita en un mundo de sombras'. Ella lleva muchos años proyectando su luz como actriz. Desde que con 12 años se 'matriculó' en la 'Academia Cuéntame'. Pero antes ya había asomado su naricita por la tele imitando a Paloma San Basilio en 'Lluvia de estrellas'. Y es que, además, canta. Y uno la sueña en una serie musical. .

Está haciendo doblete. Y ambas series son éxitos. Enhorabuena por partida doble.

No es normal enlanzar tantos proyectos, y menos siendo la protagonista de la historia. Que en un margen de tan poco tiempo coincidieran ambos en emisión, en Antena 3 y en Netflix, y 'Sequía' un poquito antes en TVE-1-, es para estar contenta.

¿Cómo ha sido participar en 'Los herederos de la tierra/ Els hereus de la terra'?

Un regalo. Primero, porque me apetecía mucho trabajar con Diagonal (Banijay Iberia), productora de la que me habían hablado maravillas. Y, además, Jordi Frades capitaneaba toda la serie. Nos apetecía trabajar juntos, pero nunca había surgido la oportunidad. Y cuando me dijo: “Hay un papel que te va como al anillo al dedo. Si puedes por fechas, sería maravilloso", fue para mí un halago increíble. Porque yo siempre he seguido el trabajo de Jordi y me gusta mucho cómo dirige y sé que lo que hace es equivalente de calidad. Y con una segunda parte de 'La catedral del mar' ya ves que entras en algo ambicioso y muy cuidado. Y con un reparto impresionante.

También hace doblete en el aspecto dramático, porque en ambas sufre mucho y pasa por agresiones sexuales.

Voy de drama en drama... y tiro porque me toca (ríe). Aunque lo disfruto, porque como actriz te pone en unas situaciones muchas veces extremas con las que aprendes un montón. Y como cada director te va dando diferentes nociones, vas cogiendo mucha experiencia. Pero, sí, aquí hay también mucho sufrimiento, porque empieza siendo una esclava. Y en una época, además, en que la mujer solo servía como máquina de hacer niños y para usar como un trapo y poco más. Sí me ha gustado que este personaje tiene una transformación muy bonita. Empieza siendo una mujer maltratada por la vida y por la crueldad de la época, pero ese ángel de la guarda que se cruza en su camino, que es el personaje de Yon González, Hugo Llor, la rescata de un mundo horrible. Y le da respeto y amor, cuando ella pensaba que ya no existía una persona que le diera un mínimo de cariño.

Caterina, su personaje, le acompaña en esas misión que tiene él por naturaleza de ser buena persona.

Son personajes muy bondadosos, dentro de todas las penurias que sufren y que siempre hay gente que les pone la zancadilla. Se levantan y vuelven a caer. Pero ella está todo el rato ahí con él. Apoyándole. Incluso cuando él no tiene esperanza y acaba en lo peor, dándose a la bebida. Ella vuelve a apoyarlo y a coger las riendas. Le espabila. Le dice que eso tiene solución.El personaje es muy interesante. Empieza como un pajarito y con los años se convierte en el Pepito Grillo de Hugo. En su apoyo incondicional. 

Cuando él duda, basta una mirada de ella.

Yo me iba a escenas en las que digo cosas. Pero hay muchas escenas así, ¡es verdad! Con una sola mirada ya sabe por qué camino tiene que ir. Necesita la aprobación, estar seguro. Y si ella se lo dice, es por algo bueno. Eso es muy bonito.

También es maravillosa esa escena en la que ella se ofrece a otros hombres para ayudarle. ¡Qué generosidad! 

Sí. Hace lo que sea para ayudar. Aunque le perjudique. Es que no deja de ser una superviviente. Ha estado acostumbrada desde pequeña a sufrir mucho y sigue utilizando sus maneras de antaño para ayudarle. Es un acto muy generoso. Esta mujer es como una luz. Está todo lleno de sombras, todo es muy lúgubre, muy cruel, pero desde el momento que se encuentran los dos y se cruzan las miradas, se nota que para él el tiempo se paraliza. Es una lucecita en un mundo de sombras.

Elena Rivera, en la serie 'Alba'.

Elena Rivera, en la serie 'Alba'. / ATRESMEDIA

¿Había leído el libro antes de rodar o le aconsejaron que mejor no hacerlo?

Lo hablé con Jordi: "¿Prefieres que lo leamos o no?". Porque, a veces, hasta no quieren. Como siempre intento guiarme en el camino que quiera marcar el director, mejor preguntar. Y me dijo que no era necesario, que los guiones ya estaban aprobados por el autor y sabiendo que había luz verde, pues que trabajáramos desde ahí. Creamos una historia muy fiel a la novela, pero dándoles nuestro toquecito . .

Ya había hecho series de época, como 'Inés del Alma mía'. ¿Entrañan más dificultad?

Es más difícil todo lo que engloba a la producción. Porque hay que recrear escenarios, buscar localizaciones en calles donde parezca que es la época. Que no se te cuele ningún coche ni alguien que pasa y haya que parar el rodaje. Pero a nivel de interpretación, hay cosas que te ponen en situación. Y el vestuario te ayuda a entrar. La época te pone una postura diferente y en la forma de hablar. Aunque sin engolar, normalizándolo. Porque hay que contar que esto es ficción y si no, al espectador lo sacas mucho.

La Karina de ''Cuéntame' siempre irá con usted, ¿cierto? De hecho ha crecido con ella. Y la despedirá en la última temporada de la serie.

Crecí literalmente con ella. Empecé con 12 años y estuve 13 en esa serie. 

Y eso le habrá marcado a nivel de aprendizaje.

Los comienzos siempre marcan, y como no había interpretado antes nada, para mí fue el comienzo de todo. Fue ir aprendiendo una profesión. Una escuela. Es un regalo para cualquier actor o actriz aprender ya currando. Te saltas un paso y pasas directamente a las prácticas sin hacer la teoría. Y, al salir de la serie, a la hora de embarcarme en otros proyectos, el propio equipo técnico me decía que para mi edad tenia un bagaje y una carrera como lasde actrices de 40 años. Una experiencia, que es lo que te llevas. Porque no todo el mundo la tiene y es un plus.

En 'Cuéntame' cantó alguna vez. Porque usted canta. ¿Le gustaría que explotaran más esa faceta suya en las series?

Me gusta mucho y empecé en el mundo artístico muy pequeña imitando a Paloma San Basilio en 'Lluvia de estrellas'. Hay vídeos por ahí y ahora pienso: fíjate, era muy pequeña y sin darme cuenta actuaba. Porque me ponía a interactuar con los bailarines y para mí iba ya todo en uno. Yo lo tengo como un momento muy bonito en mi vida. Y la música para mí es muy importante. Siempre digo que si la historia que se está contando permite que en algún momento -- de hecho en 'Cuéntame' así ocurrió: a veces por trama Karina cantaba y todo el mundo estaba encantado-- bienvenido sea. Porque es algo que tengo ahí y lo disfruto un montón. Pero tampoco es cuestión de que continuamente me tengan que poner escenas de cantar.

Netflix se ha estrenado en las series musicales en España. Estaría bien ver a Elena Rivera en una y que no estuviera sufriendo o controlando.

Sí. Todo el mundo me dice: "Lo haces muy bien y logras que nos metamos mucho en el papel contigo, pero, ¡Dios mío! qué sufrimiento!. A ver si haces algo más liviano".

Aunque si no sufriera, nos perderíamos una gran interpretación.

Sabiendo que esto solo es ficción y nuestro trabajo, dentro del sufrimiento, lo disfruto.