El jueves, 13

Antena 3 estrena en abierto el 'remake' español de la serie turca 'Madre'

La ficción hurga en las 'Heridas' de dos mujeres en busca de su identidad

Adriana Ugarte, María León y la pequeña Cossette Silguero protagonizan la serie

HERIDAS

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Inés Álvarez

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Las series turcas han dado grandes alegrías a Atresmedia ya que todos los títulos que han estrenado han cosechado grandes audiencias. Ahora, la historia de dos mujeres imperfectas, con vidas muy diferentes cuyo único nexo de unión es una niña, que protagonizaban la serie japonesa 'Mother' y su 'remake turco', de éxito internacional, 'Madre', cobra una nueva vida en la producción española 'Heridas', que estrena Antena 3 este jueves, 13 (22.45 horas), después de pasar por la cadena de pago Atresplayer Premium. Protagonizada por Adriana Ugarte y María León, junto a la pequeña Cossette Silguero, la serie habla, en sus 13 episodios de 50 minutos de duración, del abandono infantil y de la búsqueda de la propia identidad, a través de las duras vivencias de sus protagonistas tanto en el presente como en el pasado que les persigue.

La ficción, que dirigen Tito López Amado y Juanma Pachón, relata la historia con crudeza a través de unos personajes que se presentan desnudos, lo que puede provocar incluso incomodidad al espectador. Así lo explicaba a EL PERIÓDICO Adriana Ugarte, actriz que le da vida. "Manuela es un personaje que podríamos haber trabajado desde la luz, desde un motor absolutamente puro e inmaculado, donde le mueve la compasión, la caridad, o desde un lugar más sombrío, más ambiguo, más complejo, que puede ser lo políticamente correcto".

Y esa Manuela de la que habla la actriz de 'Un tiempo entre costuras' es una joven de 28 años que vive sola en una cabaña en los humedales andaluces. Su vida se centra en su trabajo para el Centro de Recuperación de Aves haciendo fotos y vendiendo sus reportajes fotográficos Cerca de allí vive Alba, una niña de 7 años a quien su madre Yolanda (María León) tiene desatendida porque, al trabajar de 'pole dancer', duerme de día. Tiene un novio, Lucho (Javier Collado) que, al no ser su hija, tampoco está por la labor. Con lo que la vida de la niña en esa familia desestruturada es un desastre.

Una relación enfermiza

Cuando Manuela conoce a la niña y descubre el abandono y maltrato que sufre decidirá sacarla de ese ambiente y huir juntas, aunque en ese viaje se enfrentará a los demonios de su pasado, de lo que dejó en Madrid hace 10 años que calla. También se cuestionará los pilares de su vida. "Posiblemente siente una identificación cuando salva a la niña y luego se generan unos lazos y un vínculo con ella tan fuertes, que a ratos puede resultar por parte de Manuela enfermizo", explica Ugarte.

Y eso es lo que le interesaba a la actriz: "No ser la salvadora. Sino que es un ser humano arrebata una niña a otro ser humano y cada una es compleja, ambigua e imperfecta". "Me interesaba hacer una Manuela amorosamente extraña", concluye, porque lo que hace con la niña, que no deja de ser un secuestro, puede gustar o no al telespectador. "Me han permitido hacer una mujer que no cayera bien", valora.

De víctima a verdugo

Aunque los primeros capítulos muestran la trama de Manuela, pronto se llegará a conocer a Yolanda, la madre de Alba, que es una mujer que siente cómo la responsabilidad de cuidar a una niña la supera, y al encontrar un nuevo amor, ve a la niña como un lastre. Su carácter impulsivo la llevarán a tener un comportamiento iracundo contra la pequeña. Aunque Lucho no será el compañero ideal, ya que solo verá en Yolanda una manera de ganarse la vida sin pegar golpe. Con lo que menos podrá ejercer de padre.

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María León es Yolanda en 'Heridas'. / Atresmedia

Pese al rechazo que puede ocasionar su personaje, María León, la actriz que lo interpreta, ha sabido encontrar sus motivaciones. "La trama que yo trabajo es un drama social. Es una víctima que su verdugo es ella. Porque si no toma la decisión de respetarse a sí misma no puede hacer nada", cuenta la intérprete de "Allí abajo". "El espectador tiene que empatizar, porque hay muchas Yolandas, por desgracia. La gente no es mala porque quiere, sino porque se equivoca y no sabe", sostiene.

"La sociedad señala porque te dediques a una profesión, y te encajan en unos grupos sociales. Y la que no tiene una familia, unos referentes, no se le da oportunidad de ser víctima", argumenta. "Y para cuidar a la niña tienes que empezar a cuidar a la madre. Pero nadie lo hace, sino que le secuestran a su hija", insiste, a la vez que recuerda que el maltrato a la niña es un producto del que ella misma sufre.

A esa niña le da vida Cosette Silguero, una pequeña actriz de 8 años capaz de acometer un personaje tan compejo con una sorprendente maestría: "Cosette tiene una inteligente emocional alucinante. Eran unas situaciones muy complicadas de contar y la niña tenía una intuición tremenda. Eso ha sido una gran suerte para la serie", confiesa León. "Es un ser luminoso. Cosette te mira y parece que viniera de otras galaxias, como si hubiera vivido 500.000 vidas", añade Ugarte.

Las otras madres

Hay otras dos mujeres que tienen su peso en la historia: Olga (Sonia Almarcha), la madre adoptiva de Manuela, una mujer entregada y organizada, y Rocío (Elisabet Gelabert), la madre biológica y amiga de juventud de Olga, que sufrió maltrato, razón por la que dio a su hija en adopción. Y ahora quiere recuperar el tiempo perdido con su hija.  Entre los personajes masculinos destacan Jaime (Pau Durà), el padre adoptivo de Manuela, con el que esconde un secreto del pasado, y Fabio ( Xoán Fórneas), un periodista que también tuvo carencias afectivas, en su búsqueda de una noticia que le dé a conocer, decide investigar la desaparación de la niña.

Sostiene Ugarte, que al final el público puede empatizar con todos los personajes, tantos femeninos y masculinos, aunque por momentos va a sentir distancia y le va a salir juicio y crítica. "Y eso va a ser interesante, porque cuando sale el juicio es porque tienes que arreglar alguna herida propia. Si genera esto tipo de cosas es positivo. Creo que es una serie que no va a dejar indiferente a nadie", concluye.