Entrevista

Michel Noher: «Veremos a los personajes de ‘La unidad’ resquebrajándose»

Michel Noher

Michel Noher / ÁLVARO TOMÉ

Inés Álvarez

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Había hecho una película en España, 'El desentierro', pero tenía ganas de más. Con lo que en 2019 Michel Noher (Buenos Aires, 1983) recaló en nuestro país para dar vida a Marcos en la serie de Movistar Plus+ 'La unidad', un personaje que no iba a ser argentino, pero que adoptó esa nacionalidad por él. Acaba de estrenar la segunda temporada, que aún supera a la anterior en emocionalidad. Mientras, ha rodado una serie para Netlix aquí, 'Si lo hubiera sabido',  y ahora ha iniciado la segunda temporada de 'Limbo' (Disney+) allá. Se siente un privilegiado por trabajar en dos mundos. Lo cuenta precisamente desde uno de ellos: Argentina.

¿Era de esperar el éxito de la primera temporada o les sorprendió?

No sé si era de esperar. Siempre es una sorpresa. Uno, por supuesto, hace un trabajo con todo lo que tiene de sí. Pero tener la respuesta que hemos tenido ha sido una alegría. Nos permitió encarar una segunda temporada apostando tanto. 

Esta tiene un ritmo trepidante. De acción y también emocional.

Ese es un poco el sello de Dani de la Torre y Berto Marín. Ya en 'El desconocido' habían hecho eso. En la primera temporada de La unidad había una tensión, que va subiendo. Y luego está la emocionalidad, más presente, y poder sentir una identificación con los personajes. Y verlos resquebrajándose. Que eso es lo más humano que tenemos y con lo que más nos permite empatizar.

En la primera temporada trabajaban para garantizar la seguridad de la humanidad. Pero ahora es la propia y la de la familia. Y eso les hace mucho más vulnerables.

Totalmente. La familia en todos los sentidos. Porque la unidad es una familia, eso es lo bonito. Y lo que empieza a aparecer es la posibilidad de que dentro de ella haya un topo, un traidor. Y se vuelve todo muy tenso. Las relaciones cambian, los modos de manejarse, los protocolos.

Y eso que la confianza es vital en este tipo de trabajo.

Totalmente. Uno está tranquilo, porque el de al lado está haciendo lo que debe. Yo tuve la oportunidad de compartir tiempo con una unidad real en Canillas y el clima que se vive allí es ese: el de una familia. Hay gente que pasa más tiempo con sus compañeros que con sus hijos.

Cada uno reacciona de una manera. Marcos lo hace con un bloqueo emocional. Eso es muy humano. 

Es muy humano y también muy masculino, en el peor de los sentidos. Convengamos que la gente de mi edad lamentablemente hemos tenido una educación que cuando te veían llorando te decían: «Los hombres no lloran». Como Marcos y yo compartimos la edad, es posible que él haya tenido también esa educación. Y, por otro lado, en estos policías, dedicándose a lo que se dedican, su emocionalidad debe estar relegada a un segundo plano, porque trabajan con la muerte. Pero trabajar con impedir que haya muertes es lo que permite que quizá las haya.

Si peligran personas cercanas, es difícil tomar decisiones que no sean erróneas. Se culpa a una persona y Marcos la echa de su vida.

Las pruebas que teníamos me llevaron a actuar de ese modo. Investigamos a todos nuestros compañeros. De hecho, a Marcos quizá una de las cosas que más le enoja es eso. Porque tiene un ideal de la familia mucho más elevado. Quizá fue eso lo que le llevó a sufrir tanto en la primera temporada (ríe).

Uno nunca puede estar de parte del terrorista, pero conoce sus razones. Una es proteger a los suyos. 

A mí me eso gustó mucho. Porque las motivaciones del terrorista, el que activa las acciones, están más justificadas y eso me parece muy bueno para el espectador. No es todo blanco o negro, sino que puede encontrar más matices. E identificarse con distintos tipos de dolores y cómo lo gestiona cada uno. Quizá ahí esta la diferencia (ríe). Lo que acaba definiendo lo bueno y lo malo es cómo gestionamos la situaciones terribles que son parte de la vida.

Marcos prioriza la seguridad de su hija. Los hijos ante todo.

Es fácil identificarse con eso.

Aunque tiene tiempo para el amor. ¿Es esa una forma de conectar con la parte mejor de la vida?

Me gusta mucho el Marcos que nos encontramos. Es una faceta distinta y se acerca más al real. En la primera temporada era un hombre que atravesaba uno de los momentos más difíciles de su vida a nivel emocional: una separación de la familia. Una situación muy difícil personal. Ahora es un padre soltero, un hombre rehecho que disfruta de la vida a pesar de estar con su trabajo constantemente en contacto con el peligro y con la muerte. De hecho, cuando ingresa el peligro, su modo de recibirlo es muy distinto a lo que lo haría antes.

Las escenas de los atentados, las localizaciones, son impactantes.

Es que hay un despliegue de recursos y de producción que pone a la serie a la altura de cualquiera internacional. De hecho, la primera temporada se vendió a todo el mundo. Es sello de la serie y eso está en función de darle encarnadura y realidad a lo que se está contando. En ningún momento está por encima de la trama, buscando espectacularidad. Dani tiene un modo muy distinto de filmar y de relatar la muerte. Estamos acostumbrados como a una oda a la muerte, como si la muerte fuese un proceso un poco largo. Dani tiene un modo más seco de verlo. Un tiro en el medio y esa persona ya no está más. No es estar al lado abrazándolo.

¡Por eso el espectador siente que no se ha despedido del personaje!

Es que la muerte es eso. Hay gente muy afortunada que puede despedirse y hacer un proceso. Pero la mayoría de las veces, no. La persona con la que estás hablando por teléfono ya no está y no va a estar más. Wow! Eso es muy fuerte y es interesante el modo de contarlo. 

Ya ha rodado otra serie en España, esta vez para Netflux.

En noviembre acabé el rodaje de 'Si lo hubiera sabido', con Megan Montaner y Miquel Fernández. Luego estuve unos meses con mi hijo en Buenos Aires y ahora he empezado a filmar la segunda temporada de 'Limbo', de Disney+.

De aquí para allá, como su amigo Leonardo Sbaraglia.

Es un privlegio poder trabajar en nuestra casa y en España, donde se está produciendo tanto y se están haciendo cosas de tanta calidad. Como extranjero, uno está agradecido de ser convocado y de ser tan bien recibido.

¿Y cuándo traerá su obra teatral 'El hijo eterno' a España?

La idea la tuve y la tengo. El año pasado estuve reuniéndome con una productora. Pero el trabajo de España es muy distinto al de Argentina. Ahora estoy en Buenos Aires y podemos encontrar un hueco para el mes que viene. Aquí es con mucho tiempo. Entonces, como mi a agenda está un poco loca, es muy difícil tener ese nivel de previsibilidad. Pero el deseo está.