Entrevista

Amaia Aberasturi y Manu Ríos: "En 'La edad de la ira' abordamos las escenas de sexo con naturalidad"

La actriz de 'Akelarre' y el actor de 'Élite' confiesan que sienten una gran responsabilidad ante los adolescentes con la serie

El tiempo que han tenido para ensayar, dicen, les ha permitido conocerse y que haya verdad en la relación de sus personajes

Amaia Aberasturi y Manu Ríos

Amaia Aberasturi y Manu Ríos / María Villanueva /Atresmedia

Inés Álvarez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Pese a su juventud, Manu Ríos (Ciudad Real, 1998) es ya un actor conocido mundialmente gracias a su trabajo en la serie de Netflix ‘Élite’. Es lo que tienen las plataformas. Y, además, es modelo, ‘influencer’ (en 2020 fue el español con más seguidores, seis millones, en Instagram) y cantante. En la tele lo hemos visto en ‘talents’ como 'Got talent', y en las serie ‘Chiringuito de Paco’ y el fenómeno citado de Netflix. Amaia Aberasturi (Vizcaia, 1997), por su parte, fue nominada en los Goya 2021 en la categoría de mejor actriz principal por la película ‘Akelarre’, y ha participado en series como ‘Cuéntame’ y ‘Bienvenida a Edén’. Pero ‘La edad de la ira’, ficción que emite los domingos Atresplayer Premium es para ellos más que una serie. Porque sienten que hay un compromiso con los adolescentes.

Habéis tenido dos o tres semanas para ensayar antes de rodar, lo que os habrá venido bien para conoceros y así encarar mejor las escenas de sexo, que para los actores siempre son difíciles. ¿O quizá a vuestra edad las lleváis con más naturalidad?

Manu: Siempre se agradece conocernos antes de rodar. Y más cuando hay alguna escena más delicada. Han venido muy bien estas dos o tres semanas para conocernos nosotros, pero también al personaje, un poco al equipo y para estar alineados en la dirección que queríamos tomar con esta serie. Ha sido positivo tener este tiempo de ensayo y creo que se nota mucho en el resultado. En cuanto al tema de las 'escenas delicadas', sí que es cierto que al principio te cuesta un poco más o te da un poco más de pudor. Pero, al final, es algo muy natural y en esta serie se cuenta de esa manera. No me parece agresivo o invasivo. Es quitarse un poco estos tabús o como lo queramos llamar. Y naturalizarlo, porque es así: natural.

Amaia: A mí me vinieron muy bien los ensayos para ponernos cara y tener ese contacto, porque damos vida a unos jóvenes que tienen mucha relación entre ellos. Y si eso no se nota, no se percibe, no hay verdad. Pasar tiempo juntos hace que luego en pantalla eso se vea y se note. En cuanto a las escenas delicadas, a mí son personalmente las que más me cuestan. Me pongo no sé si nerviosa y no sé muy bien cómo abordarlo. Es la parte que más me cuesta de mi trabajo. Pero he de decir que en 'La edad de la ira' ha sido muy fácil. He estado superagusto y comparto eso de la naturalidad. Ha sido muy natural y muy fácil de llevar y de rodar y, sin pensarlo, lo hemos hecho. Ha salido así como solo.

Manu: De hecho, quitando que esto es lo que más apuro te da…

Amaia: Yo me lo he pasado bien.

Manu: Al final lo hemos pasado muy bien, porque compartíamos esta situación.

Amaia: Era surrealista. Decíamos. «¡Qué risa!».

Manu: Eran buenos momentos. Nos llevamos estas anécdotas.

¿Abordar una historia sacada de un libro que lo han leído tantos jóvenes os hacía temer defraudar?

Amaia: Yo soy una persona muy exigente conmigo misma, con mi trabajo.... Me leí el libro antes de leerme los guiones finales y sí que pensé: qué bien escrito está, qué bonito, pero ahora hay que hacer la serie. Y hay que hacer esta Sandra y estar a la altura del libro. Y, ahora, que la gente que lo ha leído no se lleve un chasco. Porque a veces la gente dice me he leído la novela y la película no es tan buena... Y no quería que eso pasara. Tenía muchas ganas de estar a la altura de la novela y traer cosas diferentes, porque no es todo tal cual. Aunque creo que lo que hemos hecho distinto suma en la historia y es interesante. Son complementarias la serie y la novela. Y toda esa presión que me he puesto a mí misma de alguna manera está resuelta. Estoy muy a gusto con el resultado.

Manu: Has dicho exactamente lo que pienso. Yo no conocía 'La edad de la ira' antes de saber del 'casting' y de entrar a la serie, pero vi el impacto que tenía, cuando se anunció en redes que se haría la serie. No sabía que era un 'boom' tan grande para los adolescentes. Ni que era un libro que mandaban leer en la escuela. Hay como una responsabilidad de estar a la altura y de poder llevar a la serie los valores que aparecen en el libro. Y que también la gente reflexione y resulte igual de útil.

Aunque sois muy jóvenes, ya no sois adolescentes. ¿Ha supuesto mucho trabajo volver a esa edad?

Amaia: Para mí ha sido un reto, porque yo no he sido una adolescente para nada alocada y quería hacer una Sandra que lo fuera. Era un reto. Sobre todo delante de una cámara, que te cortas más. Es diferente ponerte a hacer el tonto y el loco delante de la cámara...

Manu: No te quieres pasar...

Amaia: Eso. Entonces tuve que trabajar mucho la risa. Porque en los guiones había la acotación: «Se ríen a carcajadas». O: «Risas». Y nosotros lo leíamos y decíamos: «¡Jolín, pero si se están riendo todo el rato! ¡Cuantas carcajadas!». Pero luego pensé: es cierto, tú entras en un instituto y todo el mundo se está riendo. Porque con las hormonas están locas y todo son lloros y risas, un extremo. Pero, al final, nos salió muy natural. Era entrar en este pavo y esta risa propia de los adolescentes. Pero al principio sí que hubo que hacer una construcción del personaje y alejarnos un poco de nosotros.

Manu: Para eso aprovechamos los ensayos. También decir que Marcos, pese a ser un adolescente, por las circunstancias en las que se encuentra, no es como Sandra, que no tiene tanto peso a las espaldas. Con lo que era volver a la adolescencia, pero desde un lado no tan risueño. Es vivir estas emociones por mil, como cualquier adolescente, pero teniendo en cuenta la situación que está viviendo en ese momento. Un poco duro. Pero viendo a ellos como se reían... Además, Marcos durante la serie se contagia un poco de ellos y por eso se encuentra a sí mismo.

Amaia: Y Dani (Ibáñez) nos lo ha puesto muy fácil. Esas risas son de verdad, porque nos hacía reír. Nos ha ayudado a volver a ser adolescentes. 

Manu: Es que Dani es el tío más divertido que he conocido.

¿Pero habéis encontrado alguna similitud entre vuestro personaje y vuestro yo adolescente?

Manu: Yo no sabría decir un parecido concreto. Pero, al final, puedes empatizar con muchas cosas de la adolescencia. Siempre hay cositas en las que te puedes ver reflejado. Aunque Marcos vive una historia toralmente traumática y ese no es mi caso.

Amaia: Sandra y yo somos muy diferentes. Hay cosas que ambas hemos vivido, como un primer amor, como todo el mundo. Pero Sandra es mucho más determinante que yo. Ojalá yo lo fuera, pero no lo soy. Y tiene una libertad que ojalá la tuviera yo. No se siente juzgada, se siente un poco por encima... Me encantaría ser así. En este camino que hemos hecho juntas hay cositas de ella que me guardaré.

¿No os da vértigo que la serie se emita a nivel mundial? Aunque tú, Manu, ya estás acostumbrado con 'Élite'.

Manu: Siempre te sorprende y te provoca nervios, porque llega a mucha gente. Pero no es solo porque nos vean a nosotros, sino porque se conozca la serie en otros países.

Amaia: Es una sensación entre guay y algo que impone. Pero me parece guay, porque estoy muy orgullosa del proyecto.