'Succession': los 10 mejores momentos de la tercera temporada

La tercera temporada de ‘Succession’ ha bajado el telón este lunes 13 de diciembre dejando para el recuerdo decenas de situaciones y diálogos que son ya historia viva de la televisión. Momentos entre lo hiriente y lo hilarante que han resumido a la perfección la grandeza (sobre todo la miseria) de la disfuncional familia Roy y sus despiadadas luchas de ego y de poder. Elegimos aquí 10 hitos, aunque podrían ser muchos más, de la tercera temporada de esta gran tragicomedia de la crueldad más intolerable (Atención, este texto contiene 'spoilers').

"¡Muerte al patriarcado!"

Kendall comenzará la temporada estando muy seguro de sus posibilidades a la hora de ganar la batalla contra su padre. Aunque no tiene el apoyo de sus hermanos, contratará a la mejor abogada y al mejor gabinete para afianzarse en los medios, y jugará con su entorno a "mal tuit, buen tuit" antes de entrar en una fiesta y gritar frente a los focos su ya famoso "¡muera el patriarcado!" ("Fuck the patriarchy!"). Un mensaje punk que entronca a la perfección con el final de este tercer episodio, cuando sabotee el nombramiento de su hermana Shiv haciendo sonar a través de unos altavoces gigantes ‘Rape me’, de Nirvana, precisamente cuando esta se refiera a los abusos sexuales en los cruceros. 

Final de la tercera temporada de 'Succession': ¿por qué nos vuelven locos las miserias de la familia Roy?

La infección de orina de Logan

No es la primera vez que se pone en duda (con razón) la salud del patriarca de la familia y, aunque siempre logre recuperarse, Logan atravesará por algunos momentos delicados durante esta temporada, que comenzarán tras su primer encuentro con Kendall en la isla privada del inversor que interpreta Adrien Brody. En el quinto capítulo, antes de la reunión de accionistas de Waystar-Royco, Logan comenzará a encontrarse mal e a ir al baño de manera compulsiva "hasta perder la chaveta" (en palabras de Tom). Comenzará a delirar y todo su gabinete se pondrá en alerta a causa de las decisiones que había tomado en las últimas horas. “No sabemos cuándo le ha desquiciado lo del pis”, dice Roman. “Yo sospecho que lleva con pipí demencia unas horas”, responde Tom.

La democracia según el Partido Republicano

O la evidencia descarnada de que la presidencia de los Estados Unidos se decide no solo en las urnas, sino también cenáculos de poder reunidos en lujosas suites de hotel. La serie nos lleva a una reunión del partido republicano en la que se debe elegir a un posible candidato para la presidencia del país. Aunque, en realidad, se trata más bien de que Logan Roy escoja a su favorito, al que llevarán en volandas a la Casa Blanca desde la cadena ATN. Finalmente, y tras un ardiente debate familiar, el elegido por Logan será Jeryd Mencken, provocador y carismático supremacista blanco admirador de los regímenes fascistas, incluido el de Franco. “No será el Tercer Reich, pero me preocupa que acabemos en una orgía ruso-berlusconiana-brasileña”, alegará, sin éxito, una Shiv horrorizada por la elección.

El cumpleaños más patético

Episodio 7: Kendall cumple 40 y para ello organiza La Gran Fiesta. "Esto va a ser épico", exclama tras cantar ‘Honesty’ de Billy Joel y prepararse para volar por los aires enganchado a un arnés. La fiesta, como es de prever, acabará siendo un desastre, un conmovedor viaje a lo más profundo de los miedos e inseguridades de Kendall, cuyo momento álgido será su patético intento de encontrar los regalos de sus hijos entre cientos de cajas por abrir. El primogénito acabará hundido en el balcón de su casa, envuelto en una colcha de cama infantil, abrazado a su novia Naomi y mirando al infinito, más bien precipitándose al vacío.

La catarsis de Tom

Tom se dejó arrastrar como chivo expiatorio de la empresa siendo consciente de que podía ir a la cárcel, algo que lo ha torturado a lo largo de todos los capítulos ante la mirada impasible de su esposa. Al principio del episodio 7, recibirá la noticia de que la fiscalía no emprenderá acciones legales contra él, y aunque intente aparentar calma frente a la directiva, lo primero que hará al salir de la reunión, es ir al cutre- despacho de Greg y, ante su mirada atónita destrozarlo todo. Es uno de los grandes momentos que nos brinda Matthew Macfadyen, capaz de pasar de la catarsis más física a la emoción más profunda en un abrir y cerrar de ojos. 

Polos de bebé

El episodio 8 es, quizá, la madre de todos los episodios de 'Succession': ese shakesperiano viaje familiar a la Toscana para celebrar la boda de su madre con un elegante buscavidas inglés. Tras tener una durísima conversación con su ausente madre acerca de que hay mujeres que no valen para ser madres, Shiv regresa a la habitación de Tom con el propósito de hacer un bebé, solo para demostrar que su progenitora está equivocada. Sin embargo, durante los actos preliminares humillará a su marido diciéndole que no es lo suficiente para ella y que no le ama. Al día siguiente, Shiv le propondrá congelar embriones. Y la conversación tampoco será lo que se dice demasiado romántica. “Los embriones duran diez años”, pero claro, hay muchas variantes que ella enumerará: que uno muera, que entre en coma, que se divorcien… “Si luego cambiamos de opinión, pues los destruyen”. “¿Polos de bebé, cariño?”.

La mozzarella evenenada

El viaje a la Toscana, precisamente, ya empezó con mal pie para Kendall cuando su madre le informó de que tendría acceso limitado a las actividades festivas por exigencia de su padre. Luego vendría la caída definitiva a los abismos de la nada: la cena con su padre para reconocer que ha perdido la guerra y que abandona la empresa y la familia. En un gesto de ruindad extrema, el viejo Logan hará salir a su nieto, Iverson, para probar la mozzarella que les acaban de servir. “¿Por quién me tomas? ¿Crees que te quiero muerto?”, le dice Kendall, antes de ser brutalmente apaleado una vez más por un padre que le recordará que jamás podrá escapar de la familia y sus fantasmas.

Las 'fotopollas' de Roman

Siempre se ha insinuado que Roman sufre complejo de Edipo y, quizás por esa razón hemos asumido con naturalidad que se sintiera atraído por Gerri y su "millón de años'. A lo largo de las temporadas, el benjamín del clan ha intentado seducirla sin mucha suerte, hasta que sus mensajes picantes a través del móvil han ido pasando durante esta temporada a imágenes un poco más explícitas de carácter sexual. Justo cuando Roman parece haber tomado las riendas de la empresa y se siente más poderoso, mandará por error a su padre una foto de su miembro dirigida a Gerri. “¿Sabes lo que es una 'fotopolla', papá?”. “Probablemente esa palabra la inventáramos nosotros, hijo”. 

Empatía con torpeza emocional

Tras tocar fondo, literalmente, al final del episodio 8, Kendall se acaba desmoronando ante sus hermanos Shiv y Roman justo cuando el viejo Logan está a punto de vender Royco Waystar a Go-Jo. En plena zozobra mercantil, Kendall se resquebraja emocionalmente y se confiesa autor de la muerte del joven camarero en la boda de Shiv. En la parte de trasera de la mansión de la Toscana donde se acaba de casar su madre, y entre cubos de basura, emergerá de golpe, torpemente, porque no puede ser de otro modo, toda la empatía, la emoción y el afecto -o lo que los jóvenes Roy entiendan por eso- que han mantenido ocultos bajo múltiples capas en sus corazones de piedra.

"¡Panda de subnormales!"

Viendo las orejas al lobo, es decir, corriendo el riesgo de quedarse con una mano delante y otra detrás (lo cual es un decir, tratándose de gente tan rica como los Roy), Kendall, Shiv y Roman intentan evitar que padre venda la empresa a Go-Jo. El resultado de su alianza es la constatación de que Logan es un monstruo ciclópeo capaz de enviar a sus hijos a tomar vientos al aterrador grito huracanado de “¡idos a tomar por el culo (‘fuck off’!), panda de subnormales!”. No es retórico: es lo que piensa este hombre desprovisto de alma. Porque, como dice Greg en este último, glorioso episodio de la temporada, "el alma es aburrida".

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