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'Sweet Tooth: El niño ciervo', buscando una familia en el fin del mundo

El director Jim Mickle ('Frío en julio') está detrás de esta adaptación del cómic de Jeff Lemire sobre un niño híbrido y su lucha por la supervivencia

'Sweet Tooth: El niño ciervo', buscando una familia en el fin del mundo

'Sweet Tooth: El niño ciervo', buscando una familia en el fin del mundo / Netflix

Juan Manuel Freire

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Conocimos al director Jim Mickle con sus historias sobre hombres convertidos en ratas ('Mulberry St'), chupasangres de un mundo posapocalíptico ('Vampiros del hampa') y familias de siniestras tradiciones caníbales ('Somos los que somos'). Todas ellas se vieron en el festival de Sitges, igual que su giro al thriller 'Frío en julio', claramente influido por el trasvase entre géneros del cine surcoreano. 

Nada de esto hacía prever que Mickle se pondría algún día al frente de una fantasía familiar como 'Sweet Tooth: El niño ciervo', apuesta fuerte en series de Netflix para esta semana. ¿O sí? "Hace un tiempo, después de haber hecho mis tres primeras pelis, un periodista me hizo una pregunta que me sorprendió", nos cuenta el director por videollamada. Me dijo: '¿Por qué tiene usted esa obsesión con la familia?'. Y mientras estaba empezando a quitarle la razón, me di cuenta de que… era totalmente cierto".

'Sweet Tooth: El niño ciervo' es, en esencia, otra historia de Jim Mickle sobre el núcleo familiar y su irreversible necesidad: cómo acabamos recurriendo a la familia que nos tocó o fabricando una con quien nos encontramos a lo largo del camino. Los personajes buscan esos vínculos en las peores circunstancias: estamos en una gloriosa Nueva Zelanda disfrazada de unos Estados Unidos posapocalípticos, sacudidos por una trágica pandemia y trastocados por la aparición de una generación de niños mitad humanos, mitad animales a los que muchos culpan del virus aniquilador. Tras la muerte de su padre (Will Forte), el pequeño Gus (Christian Convery), un niño con orejas y astas de ciervo, busca otra vida en compañía del forzudo trotamundos Jepperd (Nonso Anozie), quien promete llevarle a un lugar seguro para criaturas celestiales como él. 

Tebeo admirado de Jeff Lemire

La fabulosa creación proviene de uno de los cómics que reveló a Jeff Lemire, singular autor independiente convertido luego en renovador del género superheroico. "Lo leí cuando salió, allá por 2009, y enseguida pensé en adaptarlo. Pero no acabé de encontrar una estructura para una película y dejé la idea en la recámara. Años después, en 2016, Team Downey [la productora de Robert Downey Jr. y su esposa, Susan Downey] me comentó la posibilidad de hacer una serie. Parecía lo más apropiado estructuralmente. Además, al público le interesaban las odiseas apocalípticas, eso estaba claro". Tras la producción de un arrebatador piloto, Warner Bros., que coproduce la serie con Team Downey, fichó a Beth Schwartz ('Arrow') como co-showrunner. "Yo acababa de tener un bebé –explica la guionista– y me dijeron que esta historia me cautivaría. Pasé todo el piloto llorando, así es. No dudé ni un minuto en unirme a Jim para la aventura".

Cuando llevaban escritos varios episodios, apareció una pandemia real casi tan mortífera como la mostrada en la ficción. (Schwartz): "En cierto modo, estábamos viviendo lo mismo que nuestros personajes diez años atrás. Pero poder escribir la serie fue una luz brillante en una era oscura. Y después tuvimos la suerte de rodar en Nueva Zelanda, donde las cosas estaban mejor que en muchos otros sitios. Hacer este proyecto nos ayudó a salir adelante y esperamos que, ahora, sirva a su vez a la gente para ser más optimista". En lugar de huir del COVID, los creadores acabaron abrazando algún guiño, como los avisos de distancia social o la escasez de papel higiénico. 

Carpenter, siempre Carpenter

Nuevamente, aunque Mickle trate de distanciarse probando con otros géneros, asoma el terror. Ese elemento cohesiona su obra tanto como el núcleo familiar. "En esta ocasión mis referentes eran Spielberg y las producciones de Amblin, que suelen tener algún elemento de terror. La otra noche vi de nuevo 'Indiana Jones y la última cruzada' y algunas secuencias son puramente terroríficas. Me parecía divertido aplicar esas esencias a las peripecias de un protagonista de nueve años". También sigue ahí una influencia persistente: la del maestro del cine de género(s) John Carpenter. "Siempre acabo volviendo a él. Parece difícil imaginar que haya contribuido a esta historia, pero recuerdo haber visto 'Starman' durante la pandemia y pensar que Jeff Bridges era tan inocente como nuestro niño ciervo". 

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