NUEVA SERIE MARVEL

Crítica de 'Falcon y el Soldado de Invierno': espectáculo con espacio para la reflexión

El arranque de la nueva serie de Marvel combina acción de altos vuelos con pasajes de introspección y calado social 

Crítica de 'Falcon y el Soldado de Invierno': espectáculo con espacio para la reflexión

Crítica de 'Falcon y el Soldado de Invierno': espectáculo con espacio para la reflexión / Marvel Studios

Juan Manuel Freire

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En un principio, debía ser 'Falcon y el Soldado de Invierno', en lugar de 'Bruja Escarlata y Visión', la serie que inaugurase la nueva época de series Marvel, esa entrelazada de forma inextricable con las películas de la marca. Tenía lógica comercial que fuera así: ya casi desde el minuto uno, este 'spin-off' sobre los viejos aliados de Steve Rogers, ex Capitán América, subyuga al espectador con la clase de acción explosiva (y algo caótica) habitual en el UCM.

Nada de recreaciones detallistas y con brotes lynchianos de antiguas telecomedias por aquí. Poco después de reencontrarnos con Sam Wilson (Anthony Mackie), alias Falcon, le vemos ayudar en una misión a la Fuerza Aérea y acabar persiguiendo a paracaidistas por un estrecho desfiladero o esquivando misiles de helicóptero. Por su parte, Bucky Barnes (Sebastian Stan), el Soldado de Invierno, pasa el tiempo tachando nombres de una lista de enmiendas a resolver.

Pero el guionista Malcolm Spellman ('Empire') tiene intereses que trascienden la pura distensión superheroica. Tras la 'set piece' inaugural, el clima de la serie es esencialmente depresivo, como corresponde a un mundo todavía trastocado por los efectos de una catástrofe global (el Chasquido de Thanos) y donde, como descubrimos, ni siquiera servir a la patria como superhéroe facilita la obtención de un préstamo. Todavía es pronto para saber cómo y para qué unirán fuerzas los improbables aliados titulares. E incluso de dónde sacarán esas fuerzas. 'Falcon y el Soldado de Invierno' es, por ahora, menos atracción de feria que reflexión meditabunda sobre raza, heroísmo o extremismo.

Dirige este episodio, como los cinco restantes, Kari Skogland, curtida en cuestiones de gravedad: es conocida por episodios de 'El cuento de la criada', entre ellos la brutal 'finale' de primera temporada. Si la serie acaba teniendo tanto de thriller paranoico como 'Capitán América: El Soldado de Invierno', ella también es buena opción: firmó un gran capítulo ('La rata') de 'The americans'.

Suscríbete para seguir leyendo