PREMIOS

Los Emmy rinden homenaje a la televisión, "amiga" en la era del coronavirus

'Succesion', 'Ozark' y 'Watchmen' parten como series favoritas en la gala de los premios televisivos que este domingo se celebra en formato virtual

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Idoya Noain

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Con cerca de 200.000 muertos por el coronavirus, con la costa oeste literalmente ardiendo y el país entero inmerso en una cruenta batalla política y social a poco más de un mes de unas trascendentales elecciones, Estados Unidos tiene estos días poco que celebrar. Pero algo queda o, por lo menos, algo se encuentra. La televisión tradicional, el cable y las plataformas han sido globalmente para muchos confortante refugio o vía de escape en los largos días de confinamiento. Y los premios Emmy este domingo se disponen a rendir homenaje a esas creaciones, rodadas antes de que la pandemia alterara todo, que han sido alimento cuando se ha impuesto el ayuno de música en conciertos, cine en salas, obras en teatro o arte en galerías o museos.

“Celebramos la televisión en un año en que realmente merece ser celebrada porque nos ha ayudado a sobrevivir de muchas formas, ha sido realmente uno de los unificadores”, decía en 'Los Angeles Times' Reggie Hudlin, uno de los productores ejecutivos de esta anómala 72 edición. Y en rueda de prensa apuntalaba la idea otro de los responsables de la gala, Ian Stewart: “Lo hacemos porque ha sido un momento extraordinario que ninguno de nosotros ha vivido antes y la televisión ha sido nuestra amiga en este periodo”.

El heredero del trono

Este es el año en que <strong>un drama heredará la corona de 'Juego de Tronos'</strong>, un relevo que saldrá de entre ocho nominados pero que según las quinielas se decidirá, salvo que dé la sorpresa 'The Mandalorian', entre 'Succesion' y 'Ozark'. Ese duelo es emblemático también de otro más amplio: el de HBO con Netflix, la plataforma que numéricamente parte como clara favorita, con 160 nominaciones frente a las 107 del canal de cable.

Es, y en eso no parece haber discusión, el año de 'Watchmen', la aplaudida miniserie de HBO que por sí sola ha acumulado 26 opciones a premios. Y aunque el pasado no recomienda perder de vista 'La maravillosa Sra. Maisel', todos los ojos están puestos en un galardón para 'Schitt’s Creek' como mejor serie de comedia.

Sería el potencial broche de oro en su sexta y última temporada para una pequeña producción canadiense que se ha ganado poco a poco un merecido aplauso de crítica y público y que también pone al borde de sus primeros Emmy de interpretación a dos gigantes cómicos como Catherine O’Hara, favorita, y Eugene Levy, con una victoria más complicada por la competición de Ramy Youssef.

Una gala inédita

Esos duelos, o los que libran en interpretación dramática los protagonistas de 'Succession' Brian Cox y Jeremy Strong y, en categoría femenina, Jennifer Aniston y Laura Linney, responden a la tradición de los Emmy, pero poco más será lo habitual, al menos en lo que se refiere a la gala que va a presentar Jimmy Kimmel. Como tanto en estos tiempos, va a ser virtual, pero a diferencia de otros premios se ha decidido realizarla al máximo posible en vivo, con muy poco pregrabado. Y hay expectación ante el experimento, en el que Kimmel estará solo (con los técnicos) en el Staples Center de Los Ángeles, haciendo conexiones digitales con 138 nominados en 10 países, a los que se han enviado equipos audiovisuales de alta calidad.

Habrá algo “entrañable”, usando la palabra elegida por los productores, en ver a los nominados y los premiados participando y celebrando desde sus casas (aunque algunos conectarán desde fiestas socialmente distanciadas organizadas por sus productores). Y pese a que la industria vinculada a las alfombras rojas sufre el varapalo de haber perdido la de los Emmy, la moda tendrá su espacio. “Ven como eres, pero ¡haz un esfuerzo!”, escribieron los organizadores a los nominados en una carta en julio, llegando a sugerir incluso que aparezcan con “pijamas de diseño”.

Aire fresco a las galas

Estos Emmy de la pandemia representan también la oportunidad, aunque sea por una reinvención forzosa, de inyectar algo de aire fresco en las galas, cuyos formatos manidos y acartonados han ido contribuyendo a un declive de las audiencias incluso cuando los contenidos viven una era de oro.

Lo ha dicho Hudlin cuando ha explicado que la situación “está forzando a cuestionar todos los clichés de las ceremonias de premios” y que aunque “algunas cosas las echaremos de menos y estamos deseando que llegue el día de poder hacerlas de nuevo, algunas otras se han estado manteniendo sin razón”. Y lo ratificaba Guy Carrinton, otro de los productores, en unas declaraciones a ‘The Washington Post’: “Las ceremonias de premios tienen la tendencia de ser un poco alienantes porque son toda esa gente junta en un sitio dándose palmaditas en la espalda. En cierta forma esto puede acabar con eso y sentirse un poco más interesante para la audiencia. Vamos a estar literalmente en las casas de gente y ver reacciones genuinas”.

Los latinos, ausentes

En el momento de renovada conciencia y lucha en EEUU por la justicia racial, la Academia de televisión también ha celebrado tener el grupo más diverso de nominados en cinco años, pero ha tenido que admitir que le queda aún mucho camino por recorrer. Y el foco de las críticas este año está en la ausencia de latinos, algo sobre lo que ha alzado con particular fuerza la voz John Leguizamo. El actor y director ha llegado a hablar de “apartheid cultural” en un sector que en EEUU solo deja el 1% de su espacio a una comunidad que es la mayor minoría de EEUU. “Es increíble que no se estén contando nuestras historias y hay una razón: los ejecutivos no nos ven, no nos entienden, no les importamos”, ha denunciado. “Simplemente no está bien ignorarnos, excluirnos”.

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