ENTREVISTA

Paul Giamatti: "Los magnates pueden hacer lo que quieran"

El actor encarna por quinta temporada al implacable fiscal general de Nueva York en 'Billions' , serie sobre la lucha por el poder económico y la corrupción en EEUU

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Beatriz Martínez

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Comenzó a cimentar su prestigio en la época dorada del cine independiente americano, en películas como ‘American Splendor’, donde dio vida al dibujante de cómics underground Harvey Pekar o ‘Entre copas’, para convertirse en uno de los secundarios de lujo en muchas películas de Hollywood y ganar un Emmy y dos Globos de Oro. Su primer trabajo para televisión fue la miniserie de HBO ‘John Adams’, en la que encarnó a uno de los padres fundadores de los Estados Unidos, pero nunca se había quedado en la piel de uno de sus personajes tanto tiempo como en ‘Billions’, que alcanza ahora las cinco temporadas (en Movistar+). Su papel de Chuck Rhoades, fiscal general de Nueva York con afición al sadomasoquismo y obsesionado con pararle los pies a un inversor de bolsa corrupto que se convertirá en su némesis (interpretado por Damien Lewis), le ha permitido protagonizar una de las series que mejor reflejan la lucha por el poder económico en la Norteamérica actual. Un ‘Juego de Tronos’ con corbata en el que el dinero lo es todo.

Hay muchas series sobre la corrupción, ¿qué tiene de especial ‘Billions’?

Supongo que aborda el poder desde muchos puntos de vista, abarcando todos los niveles de la sociedad, así como los efectos que tiene en las personas y en sus respectivas vidas íntimas. Para mí es como una novela de Dickens en nuestro presente.

Háblenos de su personaje. ¿Cuáles fueron los aspectos que más le interesaron a la hora de interpretarlo? 

Es un hombre que ha pasado por todo. No es necesariamente una buena persona, eso me gusta, y dudo mucho que lo sea jamás. Pero a pesar de la máscara que intenta llevar siempre puesta de cara a la galería, es un hombre perdido, que tiene muchas dudas y que en el fondo se odia a sí mismo. Aunque supongo que lo que más me ha apasionado a la hora de interpretarlo a lo largo de estas cinco temporadas, es que nunca ha dejado de sorprenderme. Tiene algo impulsivo en su naturaleza, reacciona con cambios que no te esperas. Y hay en él un humor raro, muy escurridizo, muy negro, con el que conecto muy bien.

Resulta inevitable establecer comparaciones con la vida real. Corrupción, tratos de favor, aspiraciones políticas, deseo de poder… ¿Se inspiró en alguna persona concreta?

Da igual quien gobierne, porque las personas que tienen el dinero son las que de verdad toman las decisiones. Los magnates son libres para hacer lo que quieran, no hay ninguna legislación para ellos, así que no tienen que preocuparse por nada. Siempre se ha dicho que la serie estaba basada en Preet Bharara, fiscal del distrito sur de Nueva York que se especializó en desenmascarar crímenes financieros. Pero yo también me inspiré en Rudolph Giuliani (ex alcalde de Nueva York) y en John Durham, abogado que tras el escándalo de la ‘investigación rusa’ determinó que la campaña de Donald Trump estuvo dentro de la legalidad. Es un tipo bastante intenso y rudo y creo que mi ‘look’ en la serie es muy parecido.

En muchas de sus películas le hemos visto desplegando su lado más sensible, ¿cómo lleva hacer ahora de tipo duro?

Bueno, no está mal interpretar de vez en cuando a alguien que no es un ‘loser’ (ríe).

Chuck es un tío seguro de sí mismo, que puede tener muchas dudas en su interior, pero que sabe jugar fuerte. También ha podido, gracias a la serie, practicar el sadomasoquismo.

¡Pues era una de las cosas que me interesaban! Porque en realidad el sexo está muy relacionado con el tema central de la serie, que son las relaciones de dominación y de sumisión, de control. Y en este caso, se dan también dentro del matrimonio. No se trata de una relación esporádica o de practicarlo con una amante, sino de hacerlo con tu mujer, y eso le daba un matiz muy complejo a su historia personal.

Llegar a una quinta temporada no resulta nada fácil, ¿cómo lo valora?

Es bueno, porque eso quiere decir que a la gente le gusta. Pero he de reconocer que no me interesan las series con millones de temporadas, porque al final todo deja de tener un sentido. Y a mí no me gusta forzar las cosas. En este caso tenemos suerte de que los creadores sean tan inventivos que uno nunca sabe hasta dónde pueden llegar.

Su nombre parece vinculado a proyectos de autor, pero en realidad, ha hecho de todo. 

Es curioso, porque mira que he hecho un montón de películas de estudio de lo más estúpidas. Pero me alegra que me recuerden más por las ‘indies’, porque es donde he encontrado personajes más interesantes.

¿Por qué no ha hecho más televisión?

¿La verdad? Porque nunca me habían ofrecido nada. Pero ahora, con este cambio de paradigma hay más contenidos de calidad y por fin he encontrado un hueco.

¿Qué le parece a usted la oferta que ofrecen las plataformas digitales? 

Creo que hay demasiado material y es muy difícil captar la atención del espectador. Las series y las películas se entierran literalmente en plataformas como Netflix, se pierden en un magma donde hay 10 millones de productos. Y eso me molesta, pasan muchas cosas interesantes desapercibidas.

La ficción española está de moda, ¿conoce alguna serie? 

‘La casa de papel’, precisamente de Netflix, pero solo de oídas. Desde luego, hay fenómenos que traspasan cualquier barrera. Eso me parece un efecto positivo. No todo van a ser cosas malas. Reconozco que soy mal espectador de series, creo que solo he visto entera ‘Vidas paralelas’ (‘Counterpart’), buenísima, porque me encanta la ciencia ficción.

¿En qué faceta le gustaría centrarse en este momento de su carrera? 

En la de productor. Estoy muy contento con ‘Lodge 49’, una serie en la que ejerzo de productor ejecutivo. Es divertido crear un mundo desde cero y tener el control de las cosas. Empecé con algunos proyectos muy locos, como ‘Pretty Bird’ y ‘John muere al final’, de Don Coscarelli, en la que se mezclaba terror, ciencia ficción y drogas psicodélicas y le cogí el gusto. Pero requiere mucho tiempo y mucho esfuerzo.

¿Su dedicación a ‘Billions’ en los últimos tiempos le deja tiempo para el cine? 

Tardamos en rodar cada temporada una media de seis meses, así que tengo otros seis para hacer otras cosas, desde proyectos más pequeños e intimistas, como ‘Vida privada’, de Tamara Jenkins a superproducciones como ‘Jungle Cruise’, con Dwayne Johnson (que ha dirigido Jaume Collet-Serra y se encuentra pendiente de estreno).

¿Qué le ha aportado ‘Billions’? 

Creo que ahora me visto mejor.

¿Echa algo en falta en su carrera?

Hacer más comedia. Y el teatro. No pienso en otra cosa que en subir de nuevo al escenario.