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Crítica de 'Billions': poder, megalomanía y destrucción

En su quinta temporada, 'Billions' tiene algo de serie sobre las altas finanzas y algo de intriga judicial

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Quim Casas

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Hacia el final de la anterior temporada de 'Billions', Taylor, el personaje no binario encarnado por Asia Kate Dillon, decía esta frase lapidaria: “Están empeñados en destruirse”. Se refería, por supuesto, a Chuck Rhoades (Paul Giamatti) y Bobby Axelrod, apodado Axe (Damian Lewis), las dos figuras centrales de la serie, dos neoyorquinos todopoderosos que desde la primera temporada, en el 2016, se han enfrentado, medido, aliado, desacreditado mutuamente y, como explica Taylor, destruido. Ese es su sino, y a ello se entregan en cuerpo y alma en la quinta temporada de esta serie en la que poder y megalomanía, negocios y corrupción, empoderamiento y sumisión, drama y humor, se entremezclan de forma constante.

¿Es una serie sobre las altas finanzas? Si nos atenemos al personaje de Axe, lo es. A su rutilante empresa de fondos de inversión privados regresa Taylor, una figura de apariencia ingrávida pero de enorme intensidad mental y corporal. Y también vuelve Wendy (Maggie Siff), la esposa de Rhoades, ahora en trámites de divorcio. ¿Es una serie de intriga judicial? Pues también tiene algo de ello dado que Rhoades es un fiscal que lucha contra el crimen en las altas finanzas mientras su vida privada se desintegra.

En el primer capítulo de esta nueva temporada, Rhoades asiste a la nueva boda de su padre con una mujer mucho más joven mientras que Axe y su estrecho colaborador realizan en Alaska un rito chamánico de purificación tras el cual regresan, fortalecidos, al mundo que mejor conocen. Toda serie, sobre todo cuando se alarga hasta cinco temporadas, debe introducir nuevos matices. Los giros narrativos han sido una constante en Billions, así como la incorporación gradual de personajes importantes.

Némesis

Aquí entra en escena un millonario, Mike Prince (Corey Stoll), que rivaliza con Axe y siempre va un paso por delante que él. Si Rhoades es para Axe el más encarnizado antagonista, Prince es su némesis. También debuta, en el cuarto episodio, la profesora universitaria Catherine Brant (Julianna Margulies), y su parcela es el mundo cada vez más complicado de Rhoades.

Hay una subtrama con un pintor por el que compiten Prince y Axe, intrigas en la empresa, citas de Oscar Wilde, conversaciones intelectuales sobre el mundo y la economía elegantemente filmadas por Lee Tamahori en la calidez de un club privado (en el episodio dos) y una sensación permanente de que los personajes, todos, viven al límite de sus emociones aunque siempre, de un modo u otro, logran salir a flote.