ESTRENO

Crítica de 'Cuento de Navidad': un Scrooge para otros tiempos

El creador de 'Peaky Blinders' convierte al personaje de Dickens en símbolo de la masculinidad tóxica en una nueva miniserie

Guy Pearce, en un fotograma de 'Cuento de Navidad'

Guy Pearce, en un fotograma de 'Cuento de Navidad' / periodico

Juan Manuel Freire

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Una treintena de versiones televisivas después, el 'Cuento de Navidad' de Charles Dickens regresa estos días a la pequeña pantalla (se estrenó este lunes en HBO) en una adaptación a cargo del incansable Steven Knight. El creador de 'Peaky Blinders' y 'See' no se limita a recordar la historia de forma digna, sino que escribe una verdadera relectura. Hay nuevas sugestiones psicológicas, personajes con otro realce (sobre todo femeninos) y una conclusión menos optimista que en el original.

Por si alguien todavía no lo sabe, 'Cuento de Navidad' es la historia de Ebenezer Scrooge (Guy Pearce), un inversor avaro hasta el delirio que no cree en la Navidad. Esta fiesta es solo hipocresía, cree Scrooge. Si podemos transformarnos en buenas personas por un día, ¿por qué no serlo todo el año? ¿Y dejar el desdén hacia los demás para ese único día? La lógica es, mal que pese, meridiana e indiscutible.   

Scrooge no quiere pasar las fiestas con la poca familia que le queda, ni tampoco le entusiasma que su empleado Bob (Joe Alwyn) salga antes el día de Nochebuena, o se tome libre el de Navidad: hace estas concesiones con rabia. El espectro de un antiguo socio, Jacob Marley (Stephen Graham), le avisa de la próxima visita de otros tres fantasmas a los que debería escuchar.

Ya desde la visita del primero, el de las Navidades Pasadas (Andy Serkis), queda clara la visión de Knight: hacer un retrato psicológico de Scrooge más crudo y contemporáneo. El guionista remarca la posibilidad de que el personaje sufriera abusos sexuales en su infancia. Scrooge, a su vez, abusa psicológicamente de la mujer de su empleado (Vinette Robinson) en escenas quizá un poco difíciles de explicar a los más pequeños. Las mujeres tienen más presencia e intención que en el original; el Fantasma de las Navidades Presentes es ahora Lottie, hermana mayor fallecida de Scrooge.

Recomendado para mayores de 16 años, este cuento es para no dormir. Todo aquí es fantasmal. El vacío espiritual de Scrooge encuentra reflejo en un diseño de producción de estancias con pocos muebles y en colores sin saturación. En sus primeros momentos, esta búsqueda del factor depresivo casi aniquila la tensión narrativa: se puede tener la sensación de estar viendo un poco inspirado teleplay, ese antiguo formato entre el teatro filmado y la ficción tradicional. Pero con el despliegue del aliento más fantástico llegan imágenes electrizantes, como ese sombrero convertido en zoótropo o ese techo de oficina con forma de estanque helado.