CRÍTICA DE SERIE

'Cómo vivir contigo mismo', Paul Rudd contra Paul Rudd

La nueva serie de Netflix presenta al protagonista de 'Ant-Man' como hombre enfrentado a una versión mejor de sí mismo

Paul Rudd, en un fotograma de 'Cómo vivir contigo mismo'

Paul Rudd, en un fotograma de 'Cómo vivir contigo mismo' / periodico

Juan Manuel Freire

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Netflix debió dar luz verde a 'Cómo vivir contigo mismo' nada más oír las palabras "Paul Rudd multiplicado por dos". Seguramente sobraron mayores explicaciones: si la mera presencia de Rudd es capaz de mejorar cualquier producto, imagínense su doble presencia.

Pero esta creación de Timothy Greenberg, exproductor del late-night 'The daily show', se sustenta sobre algo más que el carisma natural y las habilidades cómicas del prota de 'Ant-Man'. Su historia de clonación combina el humor ingenioso del Harold Ramis de 'Mis dobles, mi mujer y yo' con elucubraciones emocionales y filosóficas más propias de las películas de Spike Jonze escritas por Charlie Kaufman. De verdad: así de revientamentes puede ser esta comedia inesperadamente resonante.

Una de las colaboraciones de Jonze y Kaufman fue 'Adaptation. El ladrón de orquídeas', en la que Nicolas Cage encarnaba a un trasunto del propio guionista y a su ficcional hermano gemelo. El primero, el medio real, sufría de fobia social y también sufría tratando de adaptar la novela de Susan Orlean citada en el título. El segundo, el inventado, tenía un enorme don de gentes y se convertía en guionista de éxito poco después de inmiscuirse en el oficio.

'Cómo vivir contigo mismo' juega a ese contraste, esas envidias entre iguales, en este caso con giro de ciencia ficción. El protagonista es, en principio, Miles (Rudd), un ejecutivo publicitario que no pasa por su mejor momento, ni en el trabajo ni en casa. Por sugerencia de un colega, decide depurarse en un spa hiperexclusivo, Top Happy, cuyos servicios salen por 50.000 dólares de nada. Allí le proponen "reconstruir su ADN mejor que nunca", convertirle en una versión mejor de sí mismo.

Pero [ojo, vienen spoilers] el proceso es menos limpio de lo aparente, no es una simple limpieza facial, e incluye la clonación y el entierro de tu antiguo yo en mitad de un bosque. El Miles 1.0, sea como sea, consigue salir del hoyo, y al llegar a casa se encuentra con un Miles 2.0. Tras el rechazo inicial, el viejo Miles entenderá que igual ser dos tiene sus ventajas. Pero su relación consigo mismo pasa por otras mil etapas.

El fraude de la superación personal

Además de un (invisible) despliegue de efectos digitales, 'Cómo vivir contigo mismo' es una exhibición actoral de Rudd. De acuerdo, tiene ayuda en peluquería y vestuario: el Miles 'malo' lleva el pelo (des)peinado hacia delante y viste ropa demasiado holgada, mientras que el 'bueno' se peina orgullosamente hacia atrás y ha rescatado sus mejores camisas, siempre bien metidas dentro del pantalón. Pero su doble composición se basa también en gestos, matices emocionales y un tratamiento psicológico nada superficial.

La serie no es exactamente, o no solo, una comedia, sino también un drama existencial sobre la distancia entre quienes somos y lo que querríamos ser, y si hay posibilidad de salvar ese terreno, o la cultura de la superación personal es un fraude. En tono, alcanza la oscuridad de la mejor película de sus codirectores, Jonathan Dayton y Valerie Faris, esa (otra) memorable historia sobre el ego masculino llamada 'Ruby Sparks'.