ENTREVISTA

Najwa Nimri: "Sierra sabe que en su casa, sola, esperando a parir el niño, no se puede quedar"

La actriz, que daba vida a la malísima Zulema en 'Vis a vis' habla de Alicia Sierra, la inspectora que le va a la zaga en 'La casa de papel'

'La casa de papel 5': comienza el fin

television LA CASA DE PAPEL 5 NAWJA NIMRI

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Inés Álvarez

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Najwa Nimri (Pamplona, 1972) lleva con orgullo haber dado vida a dos de las malas oficiales de la ficción española: a la inquietante Zulema, de 'Vis a vis' y ahora a Alicia Sierra, de 'La casa de papel'. Desde que se incorporó en la tercera temporada a la ficción de Netflix, la embarazadísima inspectora ha resultado ser el peor enemigo de la banda de atracadores (Río no ha superado la tortura a la que le sometió). Pero ahora ha dado un paso más y en esta última temporada protagoniza un tensionante cara a cara con El Profesor en el que parece que ella tiene todas las de ganar. La actriz no duda en mostrarla como una cabeza pensante, un ser violento que no piensa ni un minuto en el hijo que lleva dentro.

¿Qué veremos esta temporada?

Hay muchas cosas relevantes en cuanto a la narrativa, porque se concluye el periplo de la banda, básicamente, que es lo primordial, y en la contra estoy yo intentando hacer que la cabeza caiga, que es El Profesor. Creo que parte del éxito de esta serie es que, en el transcurso de intentar desmontar al oponente, en la jugada te descubres a ti misma, básicamente.

El Profesor ha encontado un enemigo a su altura. Y poco a poco vamos conociendo sus razones. ¿Es una loba herida que ataca por su popio dolor?

No. Lobos heridos somos todos, pero no la quiero poner en estos términos porque es una estratega, una mujer con una cabeza prodigiosa y un soldado. Un soldado que hasta ahora ha estado siguiendo directrices caóticas y que ha sido capaz por una creeencia ilusa y extrema del sistema ha sido capaz de hacer cosas que moralmente no son aceptables y en esa locura después de perder a su marido solo espera conseguir un buen contrincante para poder seguir la partida. Porque si para, está perdida. Sabe que en su casa, sola, esperando a parir el niño, no se puede quedar. Entonces hay una huida emocional que tapa con estrategia militar y ya veréis lo que acaba sucediendo. Pero más que una loba herida es una cabeza pensante, una inspectora que ha recibido un entrenamiento militar que la han sacado del cargo, porque descubro yo a toda la policía y a todo al CNI, y cuando intentan cortarme la cabeza, descubro la suciedad de las cloacas y decido ir por libre. Y lo voy a tener muy complicado.

Sierra está sola. No se debe a nadie. ¿Quizá solo se debe al hijo que lleva dentro

No, no. Nadie se debe al hijo que lleva dentro hace lo que hace Sierra. Sierra no ha pensado ni un segundo en el hijo que lleva dentro. Está embarazada y, hay mujeres que les pasa, que pasan por encima de su cuerpo. Cuando la cabeza está tan tan acelerada y el nivel de delirio es tan grande, la mecánica que sigue la estructura de tu cabeza tiene que ver con algo muy mental, en donde fabricas un futurible y te olvidas de tu cuerpo. Podría ponerse a parir en cualquier momento o morirse de un ataque al corazón y no se enteraría. En ningún momento he jugado a que me debo a mi hijo. Si no, no me comería 200 donuts, no fumaría y no iría al 'speed' que voy. Es más, estoy pasando por encima de la salud del bebé. Todo lo contrario. Ya se verá qué es lo que es lo que sucede después, pero hoy por hoy mi marido está muerto y yo estoy haciendo que no estoy embarazada, que puede hacer perfetamente todo lo que hace cualquier persona estando a punto de parir.

¿Cómo la describiría entonces?

Es como una neófita, es una Peter Pan, … violenta.

Aunque tendrá el corazón partido entre dos grandes malas oficiales: Zulema y Alicia Sierra, ¿qué se lleva de la inspectora?

Este viaje ha sido muchísimo más ligero, porque en 'Vis a vis', con el papel de Zulema, el peso recaía todo sobre mis espaldas en gran parte. Aquí estamos jugando a otra cosa. Como no te puedo desvelar nada, no te puedo hablar con claridad, es una pena. Pero hay al final de Zulema que… Hay algo de haber rodado 'La casa de pape' que me ha resultado mucho más liberador que apabullante. Y más siendo este equipo capaz de sacar este rodaje en pandemia. Porque ha sido un éxito haber podido acabarlo.

¿Ha resultado muy duro?

Han sido 10 meses y sabíamos que teníamos que aguantar. No podíamos caer en un momento en el que estaba cayendo todo el mundo. Han sido muy duro de aguantar, sí. Así que lo que me llevo es: “We’ve made it!”. Lo hemos hecho, lo hemos conseguido. Es como un milagro. Eso es lo que me llevo.

¿Y cómo lleva el aluvión de fama que conlleva participar en 'La casa de papel'? Aunque ya la había experiementado con 'Vis a vis'.

Yo como puedo. Depende si te gusta, está todo bien, y si no te gusta, como es mi caso, no tan bien. Yo a la gente le tengo cariño general y no creo que la audiencia es gilipollas. Y como no creo que la gente que está detrás es gente como nosotros, pues bienvenido. Y luego los más más ‘teenager’, más adolescentes, pues como éramos nosotros de pequeños, que te emocionas cuando ves a un personaje que te gusta. Entonces lo tomo con cierta distancia. Nunca he sido muy social en cuanto a las cosas cotidianas y no lo noto tanto. Creo que para la gente que es más social supone un problema muy gordo.

Pero ¿le ha llegado a resultar muy molesta?

Hay faltas de intimidad, las de esas gente que se salta todo tipo de barreras en cuanto a la distancia: hablo de que te ruedan por la calle sin pedir permiso y de repente le pillas. Esas son las faltas más graves. Lo demás es llevable. Si lo ves con distancia, son picos. El champán va para arriba y para abajo. Y entonces esperasars que vaya para abajo y te relajas un poco más. Como no me lo creo mucho, tampoco lo sufro mucho. No me identifico con ello. Esa no soy yo. Y luego cambio mucho de look. Paso muchas etapas hasta que me vuelven a ubicar. Y eso te ayuda mucho. Cambiar de 'look' es magia potagia.