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Psicología

¿Caminas mirando al suelo? Lo que la psicología infiere de ese gesto

Los expertos explican que este gesto puede reflejar varios sentimientos y sensaciones, dependiendo del contexto y la cultura

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andar / TELLO

Mariona Carol Roc

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Caminar mirando al suelo puede parecer un hábito sin importancia, pero para la psicología del lenguaje corporal es un gesto cargado de significado.

Según los expertos, la dirección de la mirada y la postura al andar pueden ofrecer pistas sobre el estado emocional o mental de una persona.

Inseguridad y miedo al juicio

Uno de los motivos más frecuentes detrás de este comportamiento es la inseguridad. Evitar el contacto visual puede ser una forma inconsciente de protegerse del juicio ajeno o de evitar llamar la atención, especialmente en personas con baja autoestima o timidez.

Tristeza o procesamiento emocional

La mirada baja, acompañada de una postura encorvada, puede reflejar tristeza, desánimo o un momento de introspección emocional. Este lenguaje corporal suele aparecer cuando alguien atraviesa una etapa de agotamiento o necesita retirarse momentáneamente del entorno.

Distracción o concentración interna

No siempre es un signo negativo. En muchos casos, mirar hacia el suelo indica reflexión o distracción, más que malestar. Algunas personas caminan absortas en sus pensamientos, repasando ideas o problemas, y su cuerpo simplemente refleja ese estado interno, explican los especialistas.

El contexto marca la diferencia

La interpretación del gesto varía según el contexto cultural y personal. En algunos lugares, mirar al suelo se asocia con modestia o respeto, mientras que en otros se percibe como desinterés o desconexión.

Cuándo prestar atención

Los psicólogos recomiendan observar si este hábito se repite junto con otros signos como aislamiento, bajo ánimo o cambios de comportamiento. Si es así, puede ser conveniente buscar apoyo profesional. En cambio, si ocurre de forma ocasional, suele tratarse de una reacción normal ante el cansancio o la concentración.

En resumen

Caminar con la mirada hacia abajo puede expresar inseguridad, tristeza o simple introspección. Lejos de ser un gesto sin importancia, puede revelar cómo nos sentimos o qué estamos pensando. Como en todo comportamiento humano, el contexto es clave para entenderlo.