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Estreno

Un Quijote para repensar la salud mental

El documental 'En un lugar de la mente' reinterpreta el clásico con personas con diagnóstico en salud mental

Imagen promocional de 'En un lugar de la mente"

Imagen promocional de 'En un lugar de la mente" / El Obrador

Marc Darriba

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Barcelona
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«Sabemos lo que somos, pero no lo que podemos llegar a ser». La cita de Shakespeare cierra “En un lugar de la mente”, el documental que José Corbacho y Catalina Solivellas presentaron en el Festival de Málaga y que ahora llega a Barcelona. La frase resume el mensaje central: la salud mental también puede ser una historia de posibilidades, no solo de diagnósticos.

La propuesta parte de un clásico: el Quijote como espejo del delirio, la imaginación y la identidad. Pero en esta versión, el delirio se convierte en un espacio de juego y búsqueda personal. Corbacho y Solivellas reinterpretan a Cervantes junto a un grupo de actores y actrices amateurs de Mallorca con diagnóstico de trastorno mental severo. El resultado es una obra que combina arte y comunidad, donde la creación escénica se transforma en una terapia compartida.

Arte como espacio de igualdad, no de heroísmo

El documental es visualmente hermoso: combina la ficción con el “making of” en distintos formatos y da voz a los participantes sin dramatismos. “He reído de una manera que he sentido real”, dice uno de los actores. Otro participante confiesa: “Vale la pena tener un trastorno mental por estar con esta gente tan bonita”. En sus palabras hay humor, ternura y, sobre todo, normalidad. Hablan de trabajar, divertirse y sentirse parte del pueblo: aspiraciones tan sencillas como universales.

Corbacho y Solivellas explican que el reto era no caer en la compasión ni en la idealización. “Nos aterraba la idea de usarlos como símbolos”, dice Solivellas. “Hemos intentado hacer un viaje juntos, no llevarlos nosotros”, añade Corbacho. El psiquiatra Alfons Suárez, presidente de 3 Salut Mental, destaca que “el documental muestra personas que quieren lo mismo que todos: un trabajo, el cariño de su familia y sentirse parte de su comunidad”.

El arte como motor de bienestar

“En un lugar de la mente” también habla de cómo la creación puede transformar la experiencia emocional. Corbacho reconoce que “si no tengo más problemas de salud mental de los que tengo, es gracias a mi profesión”, mientras que Solivellas recuerda que, como el Quijote, “la locura puede sacar a los demás de su vida gris”. El teatro se convierte así en un espacio donde todos juegan en igualdad de condiciones y redescubren su voz.

La película que llega al público no es paternalista, sino lúcida y empática. Sus protagonistas no son símbolos ni ejemplos de superación, sino personas que encuentran en la creación un lugar para habitarse.

“Un lugar en la mente”: el derecho a ser

Cuando se les pregunta qué significa el título, las respuestas son diversas: “Es el lugar donde estás bien”, dice Corbacho. “Donde vuelves a ser niño, sin prejuicios”, añade Solivellas. “Cada persona tiene su realidad, y ahí está la esencia”, concluye Suárez. Quizá por eso “En un lugar de la mente” funciona: porque reivindica que todos tenemos derecho a un espacio donde ser sin pedir permiso. Donde la locura no es un error, sino una manera de mirar el mundo.

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