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La importancia de las primeras personas

La era del paciente: la salud mental deja atrás el paternalismo médico

Carmen Llanes, voluntaria: "Soy mucho más que un diagnóstico"

"Demasiadas veces, los profesionales nos encontramos con la barrera de nuestro propio miedo", afirma Carmen Armengol, de la entidad Som VIA

Espectáculo de danza 'Tan a prop', de la compañía Les del Picnic, interpretado en la jornada de debate de Som VIA

Espectáculo de danza 'Tan a prop', de la compañía Les del Picnic, interpretado en la jornada de debate de Som VIA / Som VIA

Marc Darriba

Marc Darriba

Barcelona
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Entidades, profesionales y usuarios lanzan juntos un mensaje contundente: La salud mental ya no puede ser patrimonio exclusivo de los profesionales. Así lo han desplegado en una jornada organizada por el grupo Som VIA en Barcelona bajo el lema "Participar, imaginar y vivir". Los participantes apuestan por una nueva era en la que quien sufre el trastorno decide, se expresa y traza su propio camino de recuperación.

La relación con el paciente era muy vertical. Ahora intentamos equilibrar el poder del diálogo

Narcís Cardoner

— Jefe de Psiquiatría del Hospital de Sant Pau

Colocar a los usuarios en el centro es fundamental”, recuerda el jefe de Psiquiatría del Hospital de Sant Pau, Narcís Cardoner. “Mi padre también era médico, pero la relación con el paciente era muy vertical. Ahora intentamos equilibrar el poder del diálogo”. Cardoner, que alerta del riesgo de patologizar cualquier malestar emocional, insta a “horizontalizar” la relación entre profesional y usuario y a recuperar el valor de las emociones como parte inevitable de la vida. “Estar tristes o frustrados no significa estar enfermos”, remarca.

La cofundadora de Som VIA, Carmen Armengol, tiene claro que “la transformación solo es posible si es colectiva y valiente”. “Hay que capacitar a las personas para que puedan expresar lo que necesitan y hacerles la vida más fácil. Demasiadas veces, los profesionales nos encontramos con la barrera de nuestro propio miedo. Solo confiando en la recuperación de los usuarios podremos avanzar.”

Profesionalizar el voluntariado

La idea de reconocerse vulnerable y convertir esa experiencia en una herramienta para cuidar a otras personas centra buena parte del debate. Carme Llanes, técnica de asistencia entre iguales y voluntaria del programa Ments Despertes, explica cómo sus crisis depresivas la han llevado a ayudar a otros jóvenes. “Soy mucho más que un diagnóstico”, afirmó. “Tenemos que homologar y profesionalizar la figura peer to peer. No es voluntariado, es un trabajo que merece ser reconocido y remunerado”.

En la misma línea, el escritor Matthew Tree relata su propio recorrido por la ansiedad y la depresión: “Cuando me diagnosticaron, me sentí aliviado: no era el único. El proceso de recuperación es importante, pero uno tiene que aprender a confiar y a formar parte activa de su terapia”.

Los exconsejeros reclaman un cambio estructural

Los exconsejeros de Salud Marina Geli, Boi Ruiz y Josep Maria Argimon llegan a un consenso poco habitual: la salud mental requiere una mirada global y transversal. “Hemos introducido a la sociedad en un clima de desasosiego permanente que empuja a la gente hacia emociones negativas”, advierte Geli. Y añade: “Hay que ordenar la demanda y distinguir el malestar vital del trastorno mental”.

Hay que ordenar la demanda y distinguir el malestar vital del trastorno mental

Marina Geli

— Exconsellera de Salud

Ruiz lamenta que la salud mental “siga siendo la hermana pobre del sistema sanitario”, mientras que Argimon recuerda que “hablar de salud mental es hablar de vivienda, trabajo, educación y derechos”. Todos reclaman pasar del modelo vertical a otro participativo y comunitario.

Alfabetización emocional

La pedagoga Eva Bach advierte que “hemos confundido el bienestar con la felicidad permanente” y reivindica una educación emocional “que no evite el dolor, sino que nos dé herramientas para afrontarlo”. “Desatender las emociones nos hace más vulnerables y manipulables”, añade y concluye: “Una buena educación emocional debe ser humanizadora y empezar por uno mismo”.

Desatender las emociones nos hace más vulnerables y manipulables

Eva Bach

— Pedagoga

Begoña Román, filósofa, cuestiona cómo medimos la dignidad en una sociedad que “reconoce derechos pero no los pone en práctica”. “Los cuidados -añade- no son una cuestión de mujeres, ni de enfermería ni de voluntariado. El cuidado nos hace humanos. Nadie llega a ser humano si nadie se ha hecho cargo de él”.

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