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Entrevista | José Carlos Bouso Psicólogo,

José Carlos Bouso: "Corremos el riesgo de medicalizar la vida cotidiana"

"Somos la única cultura en la que para tratar los problemas de salud mental se aísla al paciente de su medio y se le mete en un despacho para que a cambio de dinero tenga conversación"

"Los resultados con psicodélicos están siendo exitosos. En MDMA de hasta el 70% de recuperación"

Jose Carlos Bouso, antes de la entrevista, en Barcelona.

Jose Carlos Bouso, antes de la entrevista, en Barcelona. / Ferran Nadeu / EPC

Fidel Masreal

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Barcelona
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Jose Carlos Bouso reflexiona, en esta segunda parte de la entrevista con SanaMente, sobre medicación, salud, y el papel de las sustancias psicodélicas ancestrales en la lucha contra los trastornos mentales. Y sus efectos en lo más profundo de la personalidad.

-Afirma usted que una persona diagnosticada con esquizofrenia En Barcelona tiene peor pronóstico que en la Amazonia, Gabón o Bali. ¿Por qué?

-Porque vivimos en una sociedad en la que cualquier estado de conciencia que no sea el ordinario se considera patológico y estigmatizado. Las personas con depresión tienen menos estigma porque la depresión te aísla, te inhibe, hace que no te relaciones. Los síntomas se dan en negativo. Pero en una esquizofrenia, muchos de los síntomas son en positivo: hay alucinaciones, hay pensamientos autorreferenciales... y esto, claro, estorba mucho. Está muy estigmatizado.

Aquí cualquier estado de conciencia que no sea el ordinario se considera patológico y estigmatizado

-¿Por qué en Gabón el pronóstico es mejor?

-En buena parte de las culturas de África es normal hablar con tus antepasados muertos y si sueñas con ellos das carta de realidad al sueño. No hay una frontera tan drástica entre la realidad y los sueños. Estas experiencias insólitas no lo son tanto porque aquí a personas en proceso de duelo, en un 60 por ciento de casos se les aparece la persona fallecida. Pero aquí, al acceder a estados alterados de conciencia, sobre todo en adolescentes y jóvenes, es más fácil que te lo cataloguen de trastorno mental y te medicalicen. Y una vez tienes una etiqueta es muy difícil quitártela.

-También es verdad que hay personas que afirman que saber su diagnóstico les ha quitado un peso de encima...

-Por supuesto, y sirve. Lo que pasa es que se ha descontrolado el etiquetar. Corremos el riesgo de medicalizar la vida cotidiana, medicalizar la tristeza. Ante experiencias que forman de lo cotidiano, como que se te muera un amigo... hay menos tolerancia al sufrimiento y más tendencia a patologizarlo y medicalizarlo. El criterio para que se considere duelo patológico y que te puedan medicalizar son solo tres meses. Hay que encontrar el equilibrio entre el sobrediagnóstico y la sobre medicación y la incertidumbre de no saber lo que te pasa.

Estamos haciendo un recorrido tortuosísimo, costosísisimo y no siempre bien hecho, para llegar al punto en el que ya están los que llevan haciéndolo toda la vida

-El mundo occidental, basado en farmacología, resulta que ahora va a buscar a los orígenes, a culturas ancestrales para usar psicodélicos en salud mental. ¿No es una cierta paradoja?

-Hay una tensión evidente. Lo reconocido científicamente y socialmente es el uso médico: encapsular un principio activo y que un psiquiatra se lo dé a un paciente en una consulta. La psicoterapia Occidental es una aberración. Somos la única cultura en la que para tratar los problemas de salud mental se aísla al paciente de su medio y se le mete en u despacho para que a cambio de dinero tenga conversación. Y así es como se quiere que se implementen los psicodélicos, que siempre se han usado en contextos grupales porque entienden que la falta de salud no es lo que le pasa al individuo, es un desequilibrio entre el individuo, la comunidad, el ecosistema y el territorio físico.

Las ceremonias son comunitarias. La falta de salud no es lo que le pasa al individuo, es que se ha producido un desequilibrio entre el individuo, la comunidad y el ecosistema

-Ahora Occidente reconoce estas prácticas ancestrales...

-Los que saben son los médicos ancestrales que llevan centenares o miles de años con estas prácticas, denostadas incluso por sus propias comunidades. La paradoja es que la administración de estas sustancias, que son muy delicadas, están en manos de los que no saben.

-¿Por qué son delicadas?

-Porque te pueden cambiar la forma de ver el mundo. Hay dilemas éticos: ¿Es ético cambiarle a una persona la cosmovisión?

-¿Qué riesgo existe?

Ha habido alguna reacción psicótica o ansiosa o se han activado ideas de suicidio. Pero los resultados están siendo exitosos. En MDMA de hasta el 70% de recuperación, y se prolongan durante dos años. Pero no es lo mismo tomarla en un hospital frío o en la naturaleza. Eso influye en las cosmovisiones. Cuando llevas una dosis suficientemente alta, tu identidad desaparece. Esta disolución, en un contexto controlado con profesionales, tambalea tus cimientos de qué es la realidad, qué eres tú, que relación estableces con la realidad, con tu comunidad y a lo mejor quieres replantearte tu forma de vida. Esto luego requiere de psicoterapia.

Barcelona 30/09/2025 Jose Carlos Bouso , experto en tratamientos con sustancias psicotrópicas. Fotografia de Ferran Nadeu

ose Carlos Bouso, antes de la entrevista, en Barcelona. / Ferran Nadeu / EPC

-¿Cómo resolver esta contradicción entre médicos ancestrales y los profesionales occidentales?

-Empezando a dialogar. Los que saben tienen un conocimiento muy pobre de psiquiatría, de salud mental y se lo puede complementar la persona que tiene el conocimiento técnico y científico. Pero la biomedicina, con el aura de sacralidad, es la que va a tener que decir lo que está bien y lo que está mal.

-¿Cómo transportar al mundo Occidental urbano e individualista unas prácticas que, como comenta usted, requieren de una mentalidad comunitaria?

-Eso ya lo tenemos, en ceremonias con peyote. Lo que pasa es que está perseguido. Estos psicodélicos van a ser usados en clínicas psiquiátricas. Y vamos a terminar, como lo que ya hay en Oregón o en Colorado, en sitios en la montaña donde la gente puede ir a tomar setas, en condiciones de comodidad sin que necesariamente esté medicalizado. O sea, estamos haciendo un recorrido tortuosísimo, costosísimo y no siempre bien hecho, para llegar al punto en el que ya están los que llevan haciéndolo toda la vida. Es un contrasentido.

La psiquiatría ha pasado de considerar estas sustancias como algo que produce locura, a que exista una Sociedad Española de Psiquiatría Psicodélica en España

-¿Cómo se puede afrontar este contrasentido? Un cierto diálogo sí que se está llevando a cabo, en congresos...

-Cada vez hay más psiquiatras que han tenido su experiencia de ayahuasca. La psiquiatría ha pasado de considerar estas sustancias como algo que produce locura, a que exista una Sociedad Española de Psiquiatría Psicodélica en España. Hay voluntad de diálogo pero falta la administración, la Agencia Española del Medicamento. El Departament de Salut sí ha sido muy valiente.

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