El psicólogo Álvaro Bilbao te dice las 6 cosas que rompen la confianza de tus hijos en la crianza

El experto dedica sus redes sociales a la educación de los más pequeños de la casa

Los ocho hábitos para dar confianza a tus hijos, según el psicólogo Álvaro Bilbao: "El miedo es el mayor enemigo"

Álvaro Bilbao, experto en crianza: "Estas son las frases que nunca te va a decir un niño pequeño"

Madre e hija leyendo un cuento

Madre e hija leyendo un cuento / Joan Cortadellas

María Rueda

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Álvaro Bilbao es un neuropsicólogo que, teniendo tres hijos, utiliza sus redes sociales para dar consejos de crianza y educación a sus más de dos millones de seguidores (hasta finales de este junio).

Una de sus últimas publicaciones la ha querido dedicar a “seis cosas que rompen la confianza de los niños y que muchos adultos desconocen”.

A continuación, te detallamos de manera más amplia qué aspectos son los más importantes, según lo que cuenta Bilbao en su Instagram.

Según el neuropsicólogo, si cada vez que el niño se pone triste le intentamos animar, si cada vez que se frustra le intentamos ayudar o si cada vez que se enfada le intentamos calmar, estamos dando a entender dos cosas. En primer lugar, que no puede estar mal y, en segundo, que papá y mamá no creen que pueda gestionar solo las emociones difíciles.

De esta manera, el pequeño tiene menos posibilidades de desarrollar resiliencia emocional, es decir, la capacidad de afrontar eventos difíciles.

Así pues, y para que esto no ocurra, se le ha de permitir enfrentarse a sus problemas y ayudarle solo cuando lo pida o no pueda.

Para entender mejor este punto, el experto pregunta lo siguiente: “¿Te gustaría que tu pareja te corrigiera delante de los demás?”. Además, afirma que restamos valor cuando le decimos a alguien “No hagas esto”, “En qué estabas pensando” o “Eres muy tímido”. Así pues, Bilbao nos recuerda que hemos de “ser cuidadosos y corregir o enseñar fuera del foco de los demás”.

En cuanto a la comparación se refiere, Álvaro dice que “los seres humanos valemos por nosotros mismos y no por la comparación con los demás”. Es por ello por lo que no podemos utilizar expresiones como “Tu hermano ha recogido sus juguetes”, “Nicolás ha trepado al árbol” o “María saluda a todo el mundo”, ya que un niño lo siente como un “pequeño puñal en el corazón, porque es una pequeña forma de traición”.

La mejor solución frente a ello sería ayudar a los más pequeños a mejorar en la relación consigo, sin recurrir a comparaciones ajenas.

Otro punto que comenta el neuropsicólogo es el hecho de admirar únicamente sus resultados, algo negativo pues “nunca verán su auténtico valor”. Está bien decir “¡Qué dibujo más bonito!” o "¡Has sacado muy buenas notas!", pero también hay que tener en cuenta que los pequeños también tienen valor porque son curiosos, buenos, valientes, porque lo intentan, disfrutan, ríen y juegan. 

Así pues, Bilbao recomienda “mirarlos con amor y admiración por ser simplemente tal y como son”.

Esquivar conversaciones complicadas -como la necesidad de tener un límite con las pantallas, lo bueno que es que coma más verduras, que estudie un poco más o, incluso, tener una charla sobre sexo-, no ayuda para nada a tu hijo. En cambio, si das pie a ese diálogo, “tu congruencia le ayudará a crecer y tener una imagen de sí mismo ajustada a la realidad”, comenta Álvaro.

En el último punto, el experto explica que los hijos “necesitan ser niños o niñas antes de poder asumir las responsabilidades de adultos”.

De este modo, añade que los enfados constantes entre los padres, prohibirle expresar emociones apropiadas para la edad -como celos o rabietas- o la descontentación emocional de los adultos -cuando hacen algo que no está bien a ojos de los mayores, por ejemplo- son aspectos que no les corresponde lidiar a ellos.