Psicología
Así fue como esta paciente rompió con la ansiedad que arrastraba desde su infancia
Durante años aprendió a callar, adaptarse y complacer

Liberarte de la ansiedad / 123RF


Ángel Rull
Ángel RullLicenciado en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, con más de 10 años de experiencia en el ámbito de la Psicología Sanitaria, tanto en clínica con población general, como en hospitales, con patologías más severas. Desde 2017, trabajo diariamente con personas de diferentes edades y con una amplio abanico de problemas de manera online, rompiendo las barreras físicas de la terapia convencional.
A veces, la ansiedad no empieza con una gran crisis, sino con una acumulación de pequeños nudos. En el caso de Clara (nombre ficticio), todo comenzó en una casa donde se aprendía a no molestar, a no hacer ruido, a portarse bien. El miedo no era evidente, pero se sentía. Si su madre se enfadaba, el silencio se volvía denso. Si su padre llegaba estresado del trabajo, todos los gestos se volvieran comedidos. Clara creció afinando su capacidad para leer el estado emocional de los demás antes que el suyo.
Esta forma de hiperatención emocional, aunque parece una muestra de empatía precoz, en realidad es un mecanismo de supervivencia. Desde la psicología sabemos que, cuando una niña vive en entornos imprevisibles, desarrolla una vigilancia constante como forma de adaptación. Esa habilidad puede resultar muy funcional en la infancia, pero se convierte en una fuente crónica de ansiedad en la adultez.
Clara era brillante en el colegio, educada, nunca daba problemas. Pero por dentro vivía en alerta. Todo era anticipación: de lo que podía pasar, de si estaba haciendo lo correcto, de si decepcionaría a alguien. La ansiedad se disfrazaba de responsabilidad, de perfeccionismo, de sensibilidad extrema. Nadie lo notaba, ni siquiera ella. Hasta que el cuerpo empezó a hablar.
El cuerpo que se cansa de sostenerlo todo
Durante años, Clara se adaptó a todo: a parejas exigentes, a jefes controladores, a entornos sociales donde sentía que debía justificar su lugar. Pero empezó a tener insomnio, luego problemas digestivos, y más tarde, ataques de pánico. Aun así, tardó en pedir ayuda. "Tengo que poder con todo", decía. "Si me esfuerzo más, se me pasará". Pero no se pasaba.
Cuando llegó a terapia, Clara no hablaba de ansiedad, sino de agotamiento. "Estoy cansada de todo", repitió varias veces. Con el tiempo, fuimos tirando del hilo: descubrimos que ese cansancio era, en realidad, el resultado de años intentando controlar lo incontrolable, de vivir según las expectativas de los demás, de callar necesidades propias por miedo al rechazo.
La ansiedad, en su caso, no era una enemiga que había que combatir, sino una aliada que había avisado durante años que algo dentro necesitaba ser escuchado. Desde la psicología lo llamamos "síntoma con sentido": una expresión emocional que el cuerpo manifiesta cuando la mente no puede más. Clara había convertido la tensión en norma, y eso la había dejado sin espacio para respirar.
Cuatro pilares que sostuvieron su cambio
El cambio no llegó de golpe ni por una sola causa. Fue el resultado de un proceso lento, profundo y a veces incómodo, en el que Clara tuvo que revisar muchas de las ideas que había sostenido durante toda su vida. Desde fuera, parecía que solo necesitaba descansar o relajarse, pero por dentro había una transformación mucho más compleja. No se trataba solo de calmar la ansiedad, sino de reconstruir la base desde la que vivía.
Estos cuatro pilares fueron claves para sostener su proceso y permitir que el cambio no fuese temporal, sino verdaderamente integrador:
1. Reconocer la historia emocional sin culpa
El primer paso fue dejar de justificarse. Clara había crecido creyendo que su infancia "no fue tan grave" porque no hubo violencia explícita. Pero aprendimos que la invalidez emocional, el silencio y la falta de contención también generan huellas profundas. No se trataba de culpar a nadie, sino de entender dónde había aprendido a no necesitar.
2. Nombrar las emociones prohibidas
Durante mucho tiempo, Clara evitó sentir rabia, tristeza o frustración. Su discurso estaba lleno de "entiendo a los demás" y "no es para tanto". En terapia, empezamos a legitimar lo que sentía, sin minimizarlo. Llorar sin pedir perdón, enfadarse sin justificarse, identificar la tristeza sin buscar una solución inmediata fueron ejercicios clave para restaurar su mundo emocional.
3. Establecer límites sin culpa
Uno de los aprendizajes más complejos fue entender que decir "no" no era rechazar a los demás, sino cuidarse a sí misma. Clara había dicho "sí" durante años para evitar conflictos, pero eso la había alejado de su autenticidad. Empezar a elegir, a poner palabras a lo que necesitaba y a sostener sus decisiones fue uno de los momentos más potentes de su proceso terapéutico.
4. Reconectar con su cuerpo
La ansiedad había hecho que Clara viviera desconectada del cuerpo. Respiraba superficialmente, comía sin hambre, tensaba los músculos sin darse cuenta. Incorporar ejercicios de conciencia corporal, respiración y movimiento consciente le permitió reconectar con la seguridad interna. No era solo una técnica, sino una forma de recuperar un espacio propio que había quedado en segundo plano.
La ansiedad no desaparece, se transforma
Uno de los grandes mitos sobre la ansiedad es que hay que eliminarla. Pero la experiencia de Clara mostró que lo importante no era erradicar el síntoma, sino comprenderlo. Con el tiempo, su ansiedad no desapareció del todo, pero cambió de forma: ya no era un monstruo que la paralizaba, sino una señal que aprendía a escuchar. "Cuando aparece, ya no me asusto. Me pregunto: ¿qué necesito ahora que no estoy atendiendo?", dijo en una de las sesiones finales.
Desde la psicología, entendemos este cambio como un proceso de regulación emocional. No se trata de ser invulnerables, sino de desarrollar recursos para gestionar el malestar sin que nos arrastre. Clara aprendió a no identificarse con el miedo, a no construir su identidad desde la urgencia, a permitirse no tener el control.
Este cambio se tradujo en acciones concretas: retomar una pasión olvidada por la pintura, dejar un trabajo que le generaba sobrecarga, crear nuevos vínculos desde el cuidado mutuo y, sobre todo, aprender a quedarse consigo misma sin huir. La ansiedad, en ese punto, ya no era una enemiga: era la señal de que por fin estaba viva, sintiendo y eligiendo.
Lo que nos enseña su historia
La historia de Clara no es única. Muchas personas arrastran formas de ansiedad que empezaron en la infancia, cuando aprendieron a ser funcionales en vez de escucharse, a ser fuertes en vez de vulnerables, a agradar en vez de elegir. Y esas estrategias, que sirvieron para sobrevivir, luego se convierten en jaulas invisibles.
Lo que nos muestra su camino es que romper con la ansiedad no es un acto de fuerza, sino de honestidad. No se trata de "superar" el pasado, sino de integrarlo. No es un cambio de personalidad, sino una vuelta a casa. Desde la psicología, sabemos que los procesos de regulación emocional más profundos no son los que eliminan el síntoma, sino los que transforman el modo en que nos vinculamos con nosotras mismas.
Salir del piloto automático, dejar de complacer, nombrar el malestar, pedir lo que se necesita, reconocer el miedo y sostenerlo. Todo eso fue parte del trabajo de Clara, y todo eso es también parte de lo que muchas personas transitan cuando deciden dejar de vivir en modo supervivencia.
Clara no curó su ansiedad como quien elimina un virus. La transformó. Comprendió su origen, escuchó sus mensajes, deshizo el nudo y empezó a escribir una historia diferente. No sin miedo, no sin caídas, pero con más verdad.
Su relato es también el de muchas personas que han aprendido a convivir con la ansiedad sin dejar que defina su vida. Y eso, desde la psicología, es una victoria silenciosa pero profunda: dejar de temerle a lo que sentimos y empezar a habitarnos con compasión.
Porque a veces, lo que se llamaba ansiedad era solo una parte de ti que llevaba mucho tiempo esperando ser escuchada.
* Ángel Rull, psicólogo.
- La cucaracha americana ya está en el 90% de las provincias de España: 'De mayor tamaño, más longeva y más adaptable
- Koldo reclama que asuntos internos de la Guardia Civil investigue si se accedió a bases de datos sobre él y su exesposa años antes de estallar el caso
- Restablecida la circulación tras el choque en la R3 de Rodalies Renfe Catalunya | Así hemos contado el incidente
- El Gobierno denunciará ante la Fiscalía la contratación de personas con enanismo en el cumpleaños de Lamine Yamal
- El hombre asesinado en Consell de Cent era un fugitivo de la mafia balcánica acusado de asesinato
- Piera, en 'shock' tras el incendio de la mezquita: 'Primero fueron a por los 'menas' y ahora ya van a por cualquier inmigrante
- Nuria Roure, doctora experta en sueño, sobre el descanso: dormir solo 4 horas por la noche reduce la capacidad cognitiva igual que si se beben 6 cervezas
- El Gobierno aprobará la ley que castiga con multas de hasta un millón de euros la exposición de personas con enanismo en espectáculos