Entrevista | Michelle Funk Responsable de Política, Derecho y Derechos Humanos del Departamento de Salud Mental de la OMS
Michelle Funk, OMS: "No existe suficiente investigación sobre los factores psicológicos y sociales de la salud mental"
"Los derechos de las personas afectadas no están siendo respetados, pero hay más conciencia global [que hace diez años]"
"Existe una enorme relación entre la falta de vivienda y el desarrollo de problemas de salud mental"

Michelle Funk, responsable de Política, Derecho y Derechos Humanos del Departamento de Salud Mental de la OMS. / Manu Mitru


Fidel Masreal
Fidel MasrealPeriodista
Licenciado en Ciències de la Comunicació por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), curso de periodismo jurídico-político por la UAM - El País, ha ejercido como periodista político en Onda Cero, diari Menorca, Ràdio Barcelona (cadena SER) -donde fue jefe de la sección de Política- y Els Matins de TV3. Desde septiembre del 2008 es redactor en El Periódico, primero como cronista parlamentario en Madrid y en la actualidad especializado política catalana. Autor de "Conviure amb la depressió" (Mina, Eniclopèdia Catalana, 2007), "Game Over: els partits polítics, corrupció i vicis del sistema" (La Mansarda, 2013), "Cuentos Ex" (Magma Editorial, 2019) y "Contes del procés" (Magma, 2019). Colabora como analista en TVE, Catalunya Ràdio, SER Catalunya y RAC-1, entre otros.
Michelle Funk es la máxima responsable de Salud Mental de la OMS. En esta entrevista concedida a EL PERIÓDICO -en un momento de la visita de Funk a Barcelona, invitada por la Fundación Hospitalarias y Sant Joan de Déu-, reclama que la lucha por la salud mental tenga en cuenta aspectos sociales, pide no basar la mirada solo en tratamientos farmacológicos y señala avances pero insuficiencias, en un combate por la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos en todo el mundo. Pone buena nota a Catalunya e insiste en señalar factores como la vivienda o colectivos como los jóvenes, en el trabajo por una mejor salud emocional.
-Hace diez años usted denunció que "los derechos humanos de las personas con problemas de salud mental en el mundo no son respetados". Diez años después, ¿hemos mejorado?
-Diez años después podemos decir que las condiciones de las personas con problemas de salud mental, tanto en los servicios de salud como en la vida comunitaria, están en la misma situación. Sus derechos no están siendo respetados. Pero ha habido alguna evolución. Hay más conciencia de la necesidad de respetar estos derechos. Hay más conciencia al más alto nivel político en los países. No es una cuestión uniforme. En algunos lugares ha habido mejoras, en otros todavía no.
-¿Por qué esta dificultad?
-Ha habido iniciativas para mejorar la comprensión, luchar contra la discriminación, mejorar lo que debe ser respetado en términos de derechos humanos. Pero todavía no se ha agendado suficientemente todavía, entre los países y dentro de los países. Y es una prioridad número uno porque todavía tenemos que cambiar mentalidades si queremos ver un cambio sostenible. No está acelerándose como quisiéremos.
Los problemas seguirán existiendo, la cuestión es como los afrontamos desde una mirada holística para conseguir mejores resultados
-¿Es una lucha global?
-Los problemas de salud mental seguirán existiendo, pero la cuestión es como los afrontamos desde una mirada holística para conseguir los mejores resultados, y esto no está sucediendo de forma consistente, se da en algunos sistemas y no en otros.
-Aquí se comenta a menudo que la salud mental es la hermana pobre del sistema de sal... ¿Está de acuerdo?
-Absolutamente. Ha habido mucha discusión sobre los tratamientos y aproximaciones a la salud mental, y ha habido acciones para cambiar y mejorar pero no se están ofreciendo los recursos necesarios. Hay muchas cosas que sí se pueden mejorar sin dinero pero se necesitan más recursos humanos y recursos financieros.
La investigación en salud mental consigue un gran retorno, a nivel social, de productividad, en las vidas humanas
¿Por qué no sucede? Siempre hay una lucha por los recursos, hay una gran competición por los recursos. Por encima de todo, todavía hay discriminación. Existe una falta de conciencia, y la mentalidad de que deberíamos usar los recursos a otras áreas porque habrá más retorno inversor... En realidad, hay muchos datos que demuestran que la investigación en salud mental consigue un gran retorno, a nivel social, de productividad, en las vidas humanas.

Michelle Funk, tras la entrevista. / MANU MITRU.
-Hablando de investigación. ¿Cree que está centrada en la cuestión biológica? ¿Deberían estudiarse más los factores psicológicos y sociales?
-No existe suficiente investigación sobre los factores psicológicos, sociales, en estilos de vida y condiciones económicas, para mejorar la salud mental. Debe haber más investigación en este sentido. La investigación biológica ha dominado el escenario. Es difícil cambiar lo que ha estado sucediendo durante los últimos años, incluso si se ve que ha habido investigaciones que no funcionan, que no es suficiente para cambiar la situación. Has de mostrar las evidencias para cambiar las políticas y demostrar que vale la pena este otro tipo de investigación, pero estas investigaciones no se han llevado a cabo. Eso lo hace más difícil.
-Catalunya y España están a la cabeza en fármacos, especialmente en casos neurológicos y de estrés. Los gobiernos admiten que es una sobremedicación. ¿Qué opina sobre este problema farmacológico?
-Estoy de acuerdo con estos gobiernos. Son tratamientos que muchas veces requieren una respuesta holística. El problema, por ejemplo, son los efectos secundarios de los antidepresivos, en especial cuanto más tiempo se usan, más difíciles son de dejar y entonces se generan otros síntomas. Necesitamos, definitivamente, afrontar la medicalización y los tratamientos biológicos. No significa que no sean de ayuda para las personas. No es lo que estoy diciendo, que quede claro. Pero para mucha gente no es la única aproximación adecuada.
-¿Qué otros tratamientos son también adecuados?
Los tratamientos sobre el estilo de vida son superimportantes: el ejercicio físico, la dieta, diferentes maneras de manejar el estrés, ir a la naturaleza. Hay intervenciones con evidencia demostrada, para estrés, depresión. Y hay intervenciones psicológicas efectivas y tenemos evidencia de ello. O las intervenciones con las familias, y mirar las dinámicas familiares. O las condiciones económicas, las dificultades emocionales de no tener acceso a un trabajo, no tener dinero para la familia... La intervención depende de cada persona. Necesitamos hacer una valoración holística de cada persona: qué les pasa, qué dicen que les pasa, están sufriendo discriminación, que pasa en su vida que debe ser atendido.
-¿Qué opina de la idea de escuchar más y atender más lo que las personas que sufren dicen y quieren, como prioridad?
-Hay que cambiar la actitud, en todo el mundo. Como seres humanos, tenemos que hablar para entender, en una interacción normal. Pero cuando se profesionaliza, no hay tanto contacto humano. Hay una profesionalización en la interacción.
-¿Qué opina del estrés, la competitividad, el individualismo, las redes sociales... como factores para entender el incremento de los problemas de salud mental?
-Mucho de ello ha contribuido a los problemas pero es un conjunto de factores: las redes sociales pueden ser útiles para los niños dependiendo de cómo se usen, o para otras personas porque permite conexiones. Pero sí, las circunstancias estresantes en la vida de las personas afectan a su salud mental.
-¿Qué causas cree que hay detrás del incremento de los problemas de salud mental entre los jóvenes? Ya asumimos que no hay una respuesta fácil...
-El covid fue un gran golpe para la salud mental de los jóvenes, perturbó la educación, las redes sociales, y conexiones. Generó aislamiento, preocupación, fue un gran shock para las personas y especialmente para los jóvenes. Personas que no pudieron estudiar en la universidad durante un año... Mucha gente perdió oportunidades educativas...
El covid fue un gran golpe para la salud mental de los jóvenes, perturbó la educación, las redes sociales, y conexiones
-La falta de vivienda es el principal problema social. Tras algunos desahucios se producen incluso suicidios. ¿Qué opina de la relación entre el problema de la vivienda y la salud mental?
-Es enorme. Definitivamente, hay una fuerte relación entre la falta de vivienda y el desarrollo de problemas de salud mental y además sabemos que mucha gente que viven en las calles también tiene problemas de salud mental.
-Seguramente ha mejorado la lucha contra el estigma, pero probablemente a quien le dijeran que su nuevo vecino sufre esquizofrenia o un trastorno bipolar...no serían tan sensibles... ¿Estamos mejorando esta lucha contra los prejuicios?
-Estamos todavía luchando y vamos a tener que seguir luchando durante mucho tiempo. Es una lucha en curso, permanente, porque cuando hay un gran acontecimiento y puede ser asociado con alguien que sufre un problema de salud mental, ambas cuestiones se confunden y generan miedo, cuando no están necesariamente relacionadas.
la mayor parte de las personas con problemas de salud mental no son peligrosas, son mayoritariamente víctimas de violencia
Esto lleva a mucho miedo. Y hay que decir que la mayor parte de las personas con problemas de salud mental no son peligrosas ni violentas, son mayoritariamente víctimas de violencia que causantes de ella.

Michelle Funk, tras la entrevista, en Barcelona. / MANU MITRU
-¿Cómo lo está haciendo Catalunya con los Quality Rights, los indicadores de calidad en el servicio para mejorar la salud mental?
-Lo está haciendo muy bien, he estado en un hospital, con 400 personas en un training. Están cambiando actitudes, políticas y protocolos y esto es excelente, necesitamos que suceda en cada hospital. Estoy muy impresionada por el nivel de entusiasmo, las ganas de cambio. Es un buen indicador hacia el futuro.
-Finalmente, ¿Por qué está usted en esta lucha, hay alguna motivación personal? ¿Qué gana con todo ello?
-Veo lo que provocan los problemas en la gente, me hace sentir increíblemente triste y molesta porque no debería ser así. Esto me lleva a que las condiciones de las personas deberían ser mejores, en especial las personas con problemas de salud mental. Los profesionales, las familias, las comunidades todos se beneficiarían del cambio. Y está demostrado que se puede cambiar y conseguir grandes diferencias. Esto es lo que me motiva.
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