Terapias para la salud mental

Grupos multifamiliares: transformar el dolor en cambio social

Expertos de la Asociación Española de Neuropsiquiatría apuestan por esta vía común y rechazan las miradas individualistas

De la mano de profesionales, esta propuesta logra reducir la angustia, aliviar traumas y tomar conciencia social, aseguran

Grupos intrafamiliares, una apuesta para mejorar la salud mental.

Grupos intrafamiliares, una apuesta para mejorar la salud mental. / Freepik

Fidel Masreal

Fidel Masreal

Barcelona
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Trabajar conjuntamente, unir esfuerzos, tomar conciencia social, dialogar de forma horizontal, aliviar el trauma, rechazar miradas individualistas, observar los problemas sociales comunes que afectan a la salud mental. Estos son algunos de los beneficios de los grupos intrafamiliares en salud mental. Grupos en los que "el dolor asociado a las experiencias de sufrimiento psíquico puede transformarse así en un saber útil y de valor para el cambio social".

Se hace necesario encontrar espacios donde recuperar lo básico: la capacidad de generar vínculos, la vuelta a la comunidad

Iria Dominguez y otros cinco autores

— AEN Catalunya

La propuesta, defendida por Iria Domínguez y otros cinco colegas del Grupo de Trabajo de Psicoterapia de AEN (AsocIación Española de Neuropsiquiatría-Profesionales de Salud Mental) Catalunya, parte de una premisa: "es esencial tener en cuenta los factores sociales para entender el sufrimiento psíquico individual y familiar".

Poner palabras al sufrimiento

Y por ello, para atender a estos factores sociales, los autores destacan que la intervención en grupo es ideal porque "la persona puede tomar conciencia" del impacto de lo social en su bienestar, y en ese espacio común se puede "compartir" el malestar. "Poner palabras al sufrimiento supone un primer paso para darle sentido y mitigarlo". Y ponerlo en común, compartirlo, en el grupo, para que deje de ser solo individual.

El trabajo interfamiliar permite pasar de "dependencias patológicas a interdependencias saludables"

Iria Domínguez y otros cinco autores

— Grupo de Trabajo de Psicoterapia de AEN Catalunya

Las condiciones para el trabajo en grupo son respeto, aceptación y ausencia de juicio. A partir de ahí, según los expertos, se trata de favorecer la "horizontalidad" y el trabajo interdisciplinar. Y asumir que la responsabilidad ante situaciones problemáticas es compartida.

No es un problema individual

Los autores lamentan que la atención a la salud mental en los centros sanitarios se ha convertido la salud "en un producto del mercado", fruto de una sociedad individualista donde se desintegran las redes sociales de apoyo. Y se busca la solución solo en el sistema sanitario, eludiendo -insisten los expertos- en que la salud mental va más allá del individuo. Frente a ello, insisten, trabajar en grupo acoge la vulnerabilidad y el sufrimiento y permite pasar de "dependencias patológicas a interdependencias saludables".

Reducir la angustia, abandonar el trauma

Los grupos intrafamiliares llevan en marcha desde los años 60 del siglo pasado y aúnan diferentes teorías psicológicas y se ponen en práctica más allá de las clínicas, también en contextos educativos y comunitarios. Los autores subrayan que con este método se crea una red social de apoyo y pertenencia que logra "un espacio de gran contención, que propicia que los niveles de angustia dentro de la familia disminuyan, posibilitando la capacidad de pensar".

Pertenecer, tener voz y capacidad de influencia en los grupos familiares y sociales son factores destacados en el bienestar personal

Iria Domínguez y otros cinco autores

— Grupo de Trabajo de Psicoterapia de AEN Catalunya

Es en este contexto en el que las personas con problemas graves pueden expresar su dolor y el grupo, con su acompañamiento, "va consiguiendo que vivencias dolorosas del pasado, no expresadas o procesadas, vayan perdiendo su componente traumático".

Observar, ser iguales, dialogar

Hacer terapia entre diferentes familias conlleva tres beneficios, tres elementos diferentes a los de las terapias de grupo o en el seno de una única familia. Uno, las familias ganan conciencia a partir de observar la realidad de las otras. Dos, no existe el rol de experto, todos están al mismo nivel. Tres, el diálogo, entendido como respeto radical al otro, es fundamental porque logra, afirman los autores, "una construcción conjunta del saber".

Con este método se reformulan los vínculos entre los miembros de la familia y se refuerzan las relaciones. Y, según los expertos, una cosa más: toman conciencia de los problemas comunes entre ellas, "estructurales": condiciones laborales abusivas, desigualdad de género, violencia... Es más, "se genera una comunidad" y se es más feliz porque "pertenecer, tener voz y capacidad de influencia en los grupos familiares y sociales propios son factores destacados en el bienestar personal y en la felicidad".

No solo vivir, cambiar

En definitiva, según los expertos de la AEN, "en una sociedad donde ha primado el individualismo y la pérdida de los lazos sociales, se hace necesario encontrar espacios donde recuperar lo básico: la capacidad de generar vínculos, la vuelta a la comunidad y a lo colectivo. Habitar la comunidad implica no solo vivir en ella, sino ser parte de sus procesos de cambio y transformación".