Psicología

Diez frases que aún escuchamos en 2025 y que demuestran que queda Orgullo LGTBIQ+ por hacer

En cada palabra también se esconde una lucha

Activismo en el Orgullo LGTBIQ+

Activismo en el Orgullo LGTBIQ+ / 123RF

Ángel Rull

Ángel Rull

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En pleno 2025, seguimos encontrando expresiones que, lejos de honrar la diversidad, perpetúan estereotipos, invisibilizan realidades y borran derechos. Estas frases reflejan que, aunque hemos avanzado, queda un camino por recorrer en respeto y empatía. Como psicólogo, observo el impacto emocional de las palabras y veo cómo estas expresiones dañan a todo el que las escucha.

Estas son las diez frases que aún escuchamos en 2025 y que demuestran que queda Orgullo LGTBIQ+ por hacer:

1. "No pareces gay"

Aparentar una identidad sexual concreta se convierte en una expectativa dañina. Esta frase asume que existe una forma única de ser gay, basada en clichés. El mensaje implícito: si no encajas en ese estereotipo, algo anda mal. Esto provoca presión interna, ansiedad por no "encajar" y perpetúa la idea de un modelo único de expresión para personas LGTBIQ+. Es una frase que genera desánimo y sensación de impostura.

2. "Te voy a presentar a un amigo gay"

Frase aparentemente inocente, pero que reduce a las personas a su orientación. Implica que, al ser gay, las preferencias de amistad o afecto giran exclusivamente en torno a vínculos entre personas que comparten una orientación sexual. Invisibiliza la diversidad dentro del colectivo y refuerza la idea de que hay un modelo homogéneo.

3. "¿Quién hace de mujer en la pareja? "

Esta pregunta no solo revela transfobia y homofobia sutil, sino también una visión reduccionista de la sexualidad. Supone roles rígidos y jerarquías basadas en el género, lo cual puede ser muy dañino para personas homosexuales, bisexuales o trans. Ignora la multiplicidad de identidades y formas de relacionarse.

4. "A mí no me importa con quién se acuesten"

Aunque parezca tolerante, esconde un mensaje peyorativo. Es como decir "aguanto que existan", lo cual no honra la dignidad. Personas heterosexuales no se sienten obligadas a justificar su forma de amar, y esta frase implica que el amor LGTBIQ+ debería ser aprobado y no normalizado. Desde el punto de vista psicológico, revela una actitud de "tolerancia condicionada" y deja huella en la autoestima del colectivo.

5. "El Orgullo ya no es necesario"

Pensar que la igualdad está plenamente conquistada ignora agresiones, discriminaciones y retrocesos legislativos recientes, como los que se han dado en algunas comunidades autónomas. Convalidar esta frase supone invisibilizar a las personas LGTBIQ+ que aún se enfrentan a violencias, patologización y abandono institucional.

6. "El Orgullo es solo una fiesta"

Es cierto que la fiesta es parte fundamental del movimiento, pero reducirlo a un evento lúdico es restarle su profundísima dimensión política. El Orgullo articula historia, memoria, reivindicación y resistencia, como hemos visto en la manifestación estatal del 5 de julio de 2025 con lema "20 años avanzando en derechos: ni un paso atrás". No es solo música y color: es un grito colectivo frente a retrocesos. Además, tenemos manifestaciones, como la del Orgullo Crítico, que se centran en el activismo político.

7. "¿Cuándo será el Orgullo hetero? "

Se enmascara como una demanda de igualdad, pero ignora privilegios. El Orgullo no nace de un capricho, sino de la urgencia de denunciar situaciones que el heteronormativismo ha normalizado. Esta frase convierte la lucha de un colectivo oprimido en una queja supuestamente igualitaria, y reduce la justicia social a una retribución.

8. "No me importa si son trans, pero…"

Este clasismo sutil refleja rechazo frente a personas trans. Separar a "las trans" como un grupo diferente o acusarlas de exigir tolerancia revela una inquina encubierta. Son frases que rompen con la unidad del colectivo y atentan contra el bienestar emocional de personas transgénero.

9. "Eso de las personas no binarias es una moda"

Implica que algunas identidades no tienen validez auténtica. En 2023 España aprobó la Ley Trans y LGTBI y el teléfono 028 para víctimas de LGTBIfobia, lo que demuestra avances legales orientados a visibilizar esas realidades. Catalogarlas como "moda" las invalida y les niega convivencia legítima.

10. "Déjalos, son exagerados con su orgullo"

Deslegitima la necesidad de celebrar y reivindicar visibilidad. El Orgullo no es una exhibición gratuita, sino una herramienta necesaria para la defensa de la diversidad. El mensaje negativo infunde culpa y minimiza experiencias cotidianas de vulnerabilidad.

¿Por qué estas frases siguen presentes en 2025?

Aunque vivimos en un contexto legislativo más avanzado, muchas creencias profundas persisten debido a raíces culturales y sociales. La transmisión intergeneracional de estereotipos, las representaciones limitadas en medios, la normalización del heteropatriarcado y la invisibilidad educativa sobre temas LGTBIQ+, son factores que mantienen estas frases activas. Desde la psicología, sabemos que las palabras arraigadas en la cultura afectan la autoimagen, generan estrés minoritario y condicionan las conductas relacionales.

A menudo heredamos mensajes de generaciones anteriores que no fueron sometidos a crítica. Frases como "no pareces gay" provienen de una visión que reduce la identidad a la apariencia. Aunque se suponga entendida, es esencial desmontar estas ideas y enseñar a pensar de forma crítica para construir una convivencia más empática.

La televisión y redes han mejorado su inclusión, pero aún hay carencias. Muchas series LGTBIQ+ incluyen personajes diversos, pero la información sobre realidades no binarias o intersexo sigue siendo escasa. Esta falta de referentes refuerza la creencia de que "eso no existe" o que es pasajero. Además, el movimiento ha resaltado hasta ahora identidades homosexuales principalmente masculinas. Esa priorización genera percepciones de que "unas identidades importan más que otras" y contribuye a la permanencia de ciertos estereotipos.

El impacto emocional de estas expresiones

Desde la experiencia psicológica, estas frases pueden generar sentimiento de invalidación. Cuando una persona escucha "no me importa si son trans, pero...", se siente como si su identidad no fuese plenamente legítima. Este tipo de comentarios minan la autoestima, provocan inseguridad y consolidan la idea de que el reconocimiento de derechos es una concesión.

Otro efecto habitual es la autoexigencia y el perfeccionismo. Las frases estereotipadas provocan que algunas personas LGTBIQ+ presionen su comportamiento para "encajar" o "no destacar", generando ansiedad y desgaste emocional. Esta tensión interna se convierte en un esfuerzo constante por disimular o adaptarse a expectativas ajenas.

Finalmente, estas expresiones también generan exclusión y soledad. La calidad de la comunicación es clave para el sentido de pertenencia. Comentarios aparentemente "inocentes" pueden hacer sentir que no se pertenece a entornos sociales, lo cual dificulta la creación de redes de apoyo. El aislamiento emocional que esto provoca tiene consecuencias en la salud mental y el bienestar.

¿Qué podemos hacer desde el lenguaje?

Como sociedad, podemos transformar el lenguaje y las actitudes a través de la escucha activa y el autocuestionamiento. Antes de hablar, es importante reflexionar: ¿esta frase invisibiliza? ¿Hace daño? Esta práctica sencilla puede evitar muchas situaciones dolorosas y generar entornos más seguros.

La formación y sensibilización también son herramientas clave. Instituciones, empresas y medios deben ofrecer espacios formativos sobre diversidad LGTBIQ+. Estas iniciativas permiten ampliar la mirada y corregir errores que muchas veces no se perciben como tales.

Finalmente, fomentar una visibilidad plural y ejemplarizante ayuda a desactivar expresiones dañinas. Impulsar narrativas comprensivas que incluyan distintas identidades es esencial. A través del lenguaje, podemos elegir si perpetuamos estigmas o abrimos espacios de reconocimiento. Sustituir frases dañinas por expresiones afirmativas no es un gesto superficial, sino un acto de justicia cotidiana.

En 2025 seguimos escuchando frases que demuestran que aún queda Orgullo LGTBIQ+ por hacer. Las palabras construyen realidades: invisibilizan, jerarquizan, limitan y excluyen. Pero también iluminan caminos para la empatía, el respeto y la convivencia diversa. Desde una voz profesional y cercana, mi llamada es a cultivar un lenguaje cuidadoso y romper patrones. Cada expresión cuenta: podemos elegir si perpetuamos estigmas o abrimos espacios de reconocimiento. Ese es el verdadero orgullo: uno que no se reduce a colores en banderas, sino que late en cada frase, en cada escucha, en cada acción de justicia y dignidad.

* Ángel Rull, psicólogo.