Crisis de la tutela a menores

La tutela de la indefensión

En vez de ofrecer apoyo, los servicios sociales han recomendado renunciar a la custodia para poder acceder a recursos terapéuticos

Cuando las familias han pedido ayuda, a menudo se han encontrado cuestionadas, juzgadas y, en muchos casos, desprotegidas

Fachada de la sede de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA), a 26 de mayo de 2025, en Barcelona, Catalunya (España).

Fachada de la sede de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA), a 26 de mayo de 2025, en Barcelona, Catalunya (España). / MANU MITRU

AFATRAC

Barcelona
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En las últimas semanas han salido a la luz diversas informaciones que apuntan a posibles casos de abusos y negligencias en la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA). Es absolutamente inadmisible que una institución encargada de proteger a niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad se vea relacionada con hechos tan graves como la pederastia o la falta de actuación frente a abusos.

Nuestras familias con hijos e hijas con problemas de salud mental a menudo se han encontrado cuestionadas y juzgadas

Desde AFATRAC, asociación de familiares afectados por trastornos de conducta, celebramos la reforma anunciada por el Gobierno para cerrar la DGAIA y abrir la Dirección General de Prevención y Protección a la Infancia y Adolescencia (DGPPIA). Sin embargo, exigimos una investigación transparente, rigurosa e independiente, así como la depuración inmediata de responsabilidades.

Sentimiento de desconfianza y desprotección

Conocemos de primera mano las carencias del sistema: el 50% de nuestras familias han pasado por procesos de adopción, y todas ellas tienen hijos e hijas con problemas de salud mental derivados de trastornos del neurodesarrollo. Cuando estas familias han pedido ayuda, a menudo se han encontrado cuestionadas, juzgadas y, en muchos casos, desprotegidas.

Es especialmente grave que, en vez de ofrecer apoyo, los servicios sociales –y en concreto los equipos de atención a la infancia y la adolescencia (EAIA), que actúan delegados por la DGAIA– hayan recomendado renunciar a la custodia para poder acceder a recursos terapéuticos privados inasumibles, o directamente hayan activado la retirada de la misma. Estas actuaciones han causado un sufrimiento inexplicablemente profundo, tanto a los niños como a las familias.

Cambios y asunción de responsabilidades

Por todo ello, exigimos:

• La investigación a fondo de las denuncias contra la DGAIA mediante un organismo independiente.

Cambios estructurales y protocolos más humanos en la gestión de casos. Es necesario un cambio en el sistema de toma de decisiones.

Apoyo efectivo y no punitivo a las familias que piden ayuda. Antes de sacar custodia alguna, es necesario fomentar la acogida y las familias necesitamos más ayudas.

• Una apuesta real por servicios públicos accesibles y especializados: necesitamos profesionales altamente formados y experimentados y un verdadero seguimiento de cada caso.

• El cambio de modelo debe virar hacia un nuevo modelo preventivo.

Tal y como se ha pedido desde la Mesa del Tercer Sector Social, la PINCat y la Confederación Empresarial del Tercer Sector Social, es necesario reforzar con más recursos el resto del Departament de Drets Socials para hacer frente a estos cambios, así como reconocer a las profesionales del sector con una mejora de sus condiciones laborales y el aumento de los fondos de financiación de las entidades.

Pedimos al Gobierno que se concrete cómo se hará el seguimiento de esta reforma y que se tenga en cuenta a la experiencia de las entidades de familiares. Los niños y adolescentes necesitan protección real.

AFATRAC, Asociación de familiares de afectados por trastornos de conducta