Declaración internacional

120 investigadores creen que es pronto para asegurar que prohibir los móviles mejore la salud mental de los jóvenes

Sí advierten de que el uso de móviles y redes sociales se correlaciona con problemas de atención y adicción

Cuestionan que existan métodos para establecer causa-efecto entre el uso de las redes sociales y la depresión

Dos adolescentes usan sus teléfonos móviles.

Dos adolescentes usan sus teléfonos móviles. / David Zorrakino. Europa Press

Fidel Masreal

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Barcelona
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El uso intensivo de teléfonos inteligentes y redes sociales puede causar problemas de sueño, se correlaciona con problemas de atención y conductas adictivas; en las niñas, el uso de redes sociales puede estar asociado con la insatisfacción corporal, el perfeccionismo, la exposición a trastornos mentales y el riesgo de acoso sexual y depredación. Las evidencias sobre la relación entre privación social del móvil y agresión relacional es todavía limitada. Y la decisión de restringir el uso y prohibirlo a nivel escolar todavía solo puede ofrecer de momento evidencias preliminares.

Estas son algunas de las conclusiones de un manifiesto que firman 120 investigadores de todo el mundo, mayoritariamente de Estados Unidos pero también de Canadá, Australia, Italia, China, Gran Bretaña, Alemania, la República Checa y España, entre otros. Se trata de un documento elaborado a partir de afirmaciones con las que los expertos -vinculados a la psicología, la psiquiatría, la salud pública, las ciencias sociales, el marketing y el business y la biomedicina, entre otros campos de investigación. En total, 11 disciplinas diferentes relacionadas con la salud mental y los teléfonos inteligentes, desde perspectivas diferentes.

Una de las afirmaciones que se pusieron a debate y que generó más consenso es la de que la privación del sueño reduce la calidad de la salud mental. También que la salud mental de los jóvenes ha empeorado en los últimos veinte años. También, que las adicciones comportamentales afectan negativamente a la salud mental. También que la infancia ha pasado de jugar a los teléfonos móviles.

No hay evidencia que prohibir sea útil

Con respecto a retrasar la edad de acceso a teléfonos inteligentes, aumentar la edad mínima para el uso de redes sociales a 16 años y prohibir los teléfonos en las escuelas, más del 56 % de los expertos cree que estas medidas tendrían un impacto generalmente positivo en la salud mental de los adolescentes, y menos del 21 % cree que no lo tendrían. Sin embargo, al final del proceso de consenso de este documento internacional, más del 93 % de los expertos coincidieron en que la evidencia científica actual es demasiado preliminar para respaldar o cuestionar las afirmaciones de que estas recomendaciones son beneficiosas para la salud mental general de los adolescentes.

Investigar llevará años

Sin embargo, se ha observado que obtener evidencia causal de alta calidad sobre la efectividad de las decisiones políticas a menudo lleva años, mientras que los responsables de las políticas a menudo tienen que tomar decisiones en entornos que cambian rápidamente y con datos limitados.

Sin determinismo científico sobre las causas

El consenso no excluye muchas puertas todavía abiertas y un rechazo a afirmaciones deterministas . Por ejemplo, si bien la mayoría de los expertos creía que el uso de teléfonos inteligentes y redes sociales puede causar privación social, al final del proceso de consenso entre ellos, el 96,7 % coincidió en que existe evidencia de que tanto la magnitud como la dirección del efecto del uso de teléfonos inteligentes y redes sociales sobre la privación social probablemente estén influenciadas por diversos moderadores individuales y sociales. Asimismo, si bien el 97,4 % de los expertos coincidió en que el uso intensivo de redes sociales puede causar algunos problemas de sueño, aún no está claro en qué medida causa privación de sueño específicamente.

Investigar más

En general, los resultados de este proceso deliberativo y el conjunto de recomendaciones concretas proporcionadas pueden ayudar, según los investigadores internacionales, "a orientar la investigación futura y las políticas basadas en evidencia sobre el uso de la tecnología por parte de los adolescentes".

Prudencia a la hora de hablar de causas

Sobre las posibles causas, entre los expertos se advierte de que la depresión puede estar relacionada con un mayor uso de las redes sociales pero este uso no necesariamente la exacerba. "Los expertos destacaron la dificultad de establecer la causalidad para varias afirmaciones, debido a limitaciones teóricas, éticas y prácticas" y esperan que en el futuro se puedan establecer métodos para evaluar si existe una relación causal entre el uso de las redes sociales y la salud mental de los adolescentes.

Entre los firmantes de este documento está Jonathan Haidt, psicólogo social norteamericano autor de un controvertido ensayo que afirma que sí existe una relación causa-efecto entre los móviles, las redes sociales y el aumento de los problemas de salud mental entre los adolescentes. Un documento contundentemente rechazado por otros investigadores.