Diez años de una entidad de referencia en Terrassa

Club Social Egara: "Donde la solidaridad, la complicidad y el apoyo son la norma"

Yoga, trabajos cognitivos y sentido de comunidad, pilares de una entidad de ayuda a personas con trastornos

Actividad del Club Social Egara al aire libre

Actividad del Club Social Egara al aire libre / C.S.E:

Carmen Vallejo, María Ruiz y Miguel Mota

Barcelona
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Este año, el Club Social Egara celebra sus primeros 10 años de vida. Cuando miro atrás, no puedo evitar pensar en cómo han cambiado nuestras vidas gracias a este espacio. Hace casi 9 años que empecé a venir al club, y todavía me sorprende cómo, en todo este tiempo, ha sido una fuente constante de apoyo y bienestar.

Aquí he encontrado personas que me han ayudado a crecer personalmente, a mantenerme activa y a sentirme parte de una comunidad que me acoge y me hace sentir valorada. Por eso, cuando pienso en los 10 años del Club, pienso en todos los momentos vividos, en las personas que he conocido, y en lo que el Club ha significado para mí y para muchas de nosotras.

Este espacio me permite reencontrarme con habilidades que tenía desentrenadas

Para mí, las actividades de los Clubes Sociales no son solo una manera de pasar el tiempo, sino una forma de cuidarme a todos los niveles. Desde las sesiones de yoga hasta los trabajos cognitivos, cada taller me recuerda que, a pesar de los años, todavía puedo crecer y mejorar. Este espacio me permite reencontrarme con habilidades que tenía desentrenadas, y me hace sentir más en forma y más conectada conmigo misma.

También nos encontramos, hablamos de la vida y las emociones, simplemente compartimos el día a día y eso es muy enriquecedor. Es por todo esto que, cuando llegan las vacaciones o un fin de semana largo, echo tanto de menos el Club y a sus profesionales. Lo que más valoro es la comunidad que se ha creado entre nosotros.

"Te sientes escuchado"

Una de las personas con las que me he cruzado a lo largo de este viaje es María. Cuando llegó al Club, ella no conocía a nadie en Terrassa. Al principio le costaba salir sola, pero fue gracias al Club que empezó a sentirse más segura. Los primeros días, algunos compañeros la ayudaron a moverse por la ciudad, a conocer las calles e incluso a utilizar el transporte público. “El club no es solo un lugar para hacer actividades, es un lugar donde te ayudan y donde te sientes escuchado”, me dijo un día, y yo subrayo estas palabras.

Es un lugar donde te ayudan y donde te sientes escuchado

Miguel es otra persona que ha hecho que el Club sea especial para mí. Él siempre habla de la importancia de mantenerse activo, de las actividades entretenidas que nos ofrecen y del aprendizaje continuo. “Aquí siempre aprendemos algo nuevo,” dice, y tiene toda la razón. Pero también es consciente de que la falta de recursos dificulta que el club, que forma parte de la Cartera de Servicios Sociales del Departamento de Derechos Sociales e Inclusión, pueda acoger a más personas, que tienen tanto derecho como nosotros de disfrutar de este espacio. “Hay que reclamar más recursos a la Administración para todas aquellas personas que quieren unirse a este servicio y están en la lista de espera” reclama.

Apoyo y solidaridad

Cuando pienso en el Club Social Egara desde mi experiencia personal, veo que no solo es un espacio para hacer actividades, sino un lugar donde encontrarnos los unos a los otros, donde compartir nuestros momentos buenos y los no tan buenos, donde crecemos juntos como comunidad. El Club me ha dado la oportunidad de mantener mi mente activa, de hacer nuevas amistades y de sentirme más conectada con la vida, a pesar de los retos que podamos tener. Es un espacio donde la solidaridad, la complicidad y el apoyo son la norma.

Es un lugar donde te ayudan y donde te sientes escuchado

Celebro que el Club cumpla una década, y espero que siga siendo así muchos años más. Soy consciente de que la vida no siempre es fácil, pero aquí he encontrado un lugar donde las dificultades se pueden afrontar mejor, con la ayuda de los compañeros y los profesionales que nos acompañan. Para mí, el Club es una familia, una familia que crece y se enriquece con el paso de los años. Y quiero seguir formando parte de esta familia muchos años más. 

Carmen Vallejo, María Ruiz y Miguel Mota, socias y socio del Club Social Egara