Adicción
Ni Android ni iPhone: un estudio revela que usar móviles antiguos mejora la salud mental
¿Cómo saber si estás enganchado al móvil?
¿Eres adicto al móvil o solo te gusta estar conectado? Las nueve señales que marcan la diferencia

Dos personas usan teléfonos móviles. / UPF
El teléfono móvil se ha convertido para muchos en una extensión de la mano. Todo parece estar concentrado en estos dispositivos: información, entretenimiento y hasta los amigos. Sin embargo, el uso excesivo del smartphone puede desencadenar una adicción silenciosa que afecta tu concentración, tu salud mental y tus relaciones personales. La mente humana, en su búsqueda constante de estímulos inmediatos, es especialmente vulnerable a las notificaciones, redes sociales y aplicaciones diseñadas para captar tu atención.
Más que el pasar muchas horas frente a la pantalla, que también, aquello que más preocupa es la hiperconectividad que acaba generando una sensación de dependencia. La necesidad de revisar el móvil constantemente incluso sin una razón concreta.
Preocupación por el uso del móvil
El 80% de los menores de 30 años de Estados Unidos afirman estar preocupados por usar demasiado su dispositivo, según un estudio de la revista PNAS Nexus. Unas cifras que bien pueden extrapolarse a los jóvenes españoles.
Dicha investigación utilizó una muestra de 467 participantes que desactivaron el acceso a Internet en sus teléfonos móviles. Eso sí, con la posibilidad de utilizar dispositivos como ordenadores. Los resultados mostraron que "el 91% de los participantes mejoró en al menos uno de estos resultados": niveles mucho más bajos de ansiedad, estrés y fatiga mental.
Niveles mucho más bajos de ansiedad, estrés y fatiga sin móvil
Los investigadores subrayan que los niveles de ansiedad de los participantes se vieron reducidos notablemente, incluso "con efectos mayores que los antidepresivos". “Cuando las personas no tenían acceso a internet móvil, pasaban más tiempo socializando en persona, haciendo ejercicio y estando en la naturaleza”, señalan.
También se observó una mejora en el sueño y en la calidad del descanso. Está demostrado que el uso del móvil antes de dormir dificulta la conciliación del sueño. Los niveles de concentración fueron uno de los beneficios más destacados del experimento. Evitar las distracciones que suponen las alertas de mensajes y de las redes sociales permitieron a los participantes focalizarse en sus tareas con mayor facilidad y productividad.
Para muchos, también aumentó "la satisfacción con la vida"; una mayor conexión con el presente y una actitud más positiva. En conclusión, volver a los móviles antiguos, aquellos que solo permitían llamadas, SMS y poco más, podría ser mucho más beneficiosos que la hiperconectividad a la que nos exponen los 'smartphones'.
Señales de alarma
Hay unos cuantos señales de alarma que nos pueden indicar que estamos adictos al móvil y a sus estímulos. No responder a estímulos externos cuando se está con el teléfono; la necesidad de conectarse al llegar a casa; presentar inquietud, angustia o irritabilidad si no se puede conectar; dormir menos de lo necesario; perder interés por otras actividades lúdicas o sociales; disminuir el rendimiento académico o en otras obligaciones de la vida cotidiana, entre otras.
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