Derechos fundamentales y salud

Salud reduce un 30% los largos ingresos psiquiátricos pero tardaría más de 10 años en eliminarlos

El plan del Govern logra cambiar la mirada de los hospitales: "En algún caso eran almacenes de personas"

Se necesitan recursos de vivienda y trabajo para poder acelerar la salida de los pabellones

Recinto Torribera

Recinto Torribera / Diputacíon de Barcelona

Fidel Masreal

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Barcelona
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Que los pacientes psiquiátricos no han de quedar ingresados de por vida es no solo una cuestión de humanidad sino un mandato legal catalán, estatal e internacional (Los Quality Rights de la OMS). Pero llevarlo a cabo no es fácil. Topa con reticencias de familias, instituciones hospitalarias y prejuicios sociales. Según datos conocidos por EL PERIÓDICO, El Govern ha logrado en los últimos cinco años reducir un 30% el número de personas en esta situación (de 2087 a 1443), ingresadas durante años (a veces durante treinta y cuarenta años), pero para llegar a cero casos sería necesaria más de una década, si se sigue el actual ritmo.

Josep Tristany, responsable del Plan Director de Salud Mental del Govern, es firme en su posición: "No se trata de una opción, sino de un derecho, implica el compromiso de todos, obliga a cerrar camas y a identificar necesidades". "Tenemos mucho trabajo, es uno de los temas pendientes desde hace tiempo", admite.

"Un almacén de personas"

¿De dónde venimos, en cuanto a la decisión de ingresar a las personas en psiquiátricos de por vida? La directora del Pacte Nacional per la Salut Mental, Isabel Sierra admite que "se ha actuado con un cierto proteccionismo, siempre con buena intención, intentando suplir la voluntad de las personas". Más contundente es Tristany: "Cuando analizamos a las entidades proveedoras de estos servicios vimos que unas trabajaban con un modelo dirigido a la recuperación y otras que eran poco más que un almacén de personas". Actualmente los centros con ingresos de larga duració con Torribera, Benito Menni, Pere Mata, Sant Joan de Deú i Martorell.

Se ha actuado con un cierto proteccionismo, siempre con buena intención, intentando suplir la voluntad de las personas

Isabel Sierra

— Directora del Pacte Nacional per la Salut Mental

Cabe recordar que ya en el 2004 y en el 2012 el Govern se propuso sacar a las personas ingresadas durante años en pabellones psiquiátricos (de los mal llamados manicomios). Y fracasó. Ahí ya se detectó que los diferentes centros que gestionan estos pabellones tienen miradas más o menos favorables a esta desinstitucionalización.

Un proceso de transición

El plan vigente tiene tres vías de trabajo: cero ingresos nuevos, definir las necesidades de quienes salen (rehabilitación intensiva) y planear un regreso progresivo a la vida en sociedad. Se ha creado también un espacio ágora de baja exigencia y flexible en el servicio de rehabilitación comunitaria con un objetivo básico: crear vínculos (en especial en personas que llevan décadas ingresadas en una situación cronificada).

En estas unidades se persigue implicar a todos, asociaciones y entidades de la comunidad. E incorporar el agente de apoyo entre iguales. Es decir, una persona que haya sido usuaria de estos servicios y sea un puente, un aliado, de las personas a las que se vaya reinsertando en la sociedad. Eso, además, genera también un cambio de mirada en los equipos profesionales.

Autocrítica: falta rehabilitación

El Govern admite que unas 400 personas que ingresaban en unidades de larga estancia carecían de un servicio de rehabilitación comunitaria adecuado. Se trataba, a menudo, de programas programados con un horario estricto y al que no acceden los usuarios que se retrasan. Es necesario, admite Tristany, "un acompañamiento más individualizado y centrado en las necesidades" de cada persona ingresada.

Derechos Sociales, también

Una parte del éxito de esta desinstitucionalización pasará porque la 'conselleria' de Derechos Sociales e Inclusión también provea de servicios a las personas que recuperen su vida comunitaria. De ahí la necesidad de definir, en la llamada cartera de servicios, las necesidades de estas 1443 personas ingresadas en materia de vivienda, capacitación y trabajo.

También ha ido cambiado la mirada de las entidades proveedoras

Josep Tristany

— Plan Director de Salud Mental del Govern

Existen cinco pruebas piloto de desinstitucionalización en marcha. Y es determinante, según Tristany, el cambio de mirada. "Es uno de los asuntos pendientes desde hace más tiempo, debemos acompasar el cierre de camas a los recursos de otros departamentos". Se trata, en suma de un proceso lento, que está logrando, apunta Tristany, uno de los retos más importantes: "cambiar la mirada".