Psicología

Si te pasan estas seis cosas en reuniones sociales, podrías tener ansiedad sin saberlo

La ansiedad nos genera un malestar que influye en el día a día

Ansiedad y vida social

Ansiedad y vida social / 123RF

Ángel Rull

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La ansiedad es una respuesta natural del organismo ante situaciones que percibimos como amenazantes o estresantes. Se trata de un mecanismo de defensa que nos prepara para reaccionar ante posibles peligros, activando respuestas fisiológicas y emocionales que nos ayudan a afrontar los problemas del entorno. Sin embargo, cuando esta reacción se vuelve frecuente, intensa o desproporcionada en relación con la realidad, puede interferir en la vida cotidiana y generar un malestar significativo.

Desde un punto de vista fisiológico, la ansiedad se manifiesta a través de síntomas como aceleración del ritmo cardíaco, sudoración excesiva, tensión muscular y sensación de inquietud. A nivel cognitivo, suele acompañarse de pensamientos repetitivos sobre posibles riesgos o consecuencias negativas. En lo emocional, puede generar una sensación persistente de nerviosismo o inseguridad.

¿Qué es la ansiedad social?

La ansiedad social es una forma específica de ansiedad que se manifiesta en situaciones de interacción con otras personas. Quienes la experimentan suelen sentir un temor intenso a ser evaluados, juzgados o rechazados, lo que puede dificultar la participación en reuniones, eventos o cualquier entorno donde haya contacto interpersonal.

Este tipo de ansiedad se manifiesta de diversas maneras. Algunas personas pueden evitar situaciones sociales por completo, mientras que otras asisten a eventos, pero con un alto nivel de incomodidad y tensión. En ambos casos, la ansiedad social genera un desgaste emocional considerable y puede influir negativamente en la autoestima y en la forma en que se establecen relaciones.

Además de los síntomas físicos comunes de la ansiedad, como taquicardia o sudoración, la ansiedad social suele ir acompañada de pensamientos recurrentes sobre el propio desempeño en interacciones sociales. La persona puede cuestionar constantemente si ha dicho algo inapropiado, si ha sido bien recibida por los demás o si ha proyectado la imagen que deseaba. Este tipo de rumiaciones pueden prolongarse incluso después de que la interacción ha terminado.

¿Por qué no nos damos cuenta de que la tenemos?

Una de las razones por las que muchas personas no identifican su ansiedad social es porque los síntomas pueden confundirse con timidez o con una simple incomodidad pasajera en entornos sociales. Además, la ansiedad social no siempre se manifiesta de manera evidente, sino que puede expresarse a través de hábitos o conductas que parecen inofensivas, como evitar el contacto visual, preferir conversaciones breves o buscar excusas para no asistir a reuniones.

Otro factor que dificulta su reconocimiento es la normalización del malestar. Muchas personas asumen que sentirse incómodas en reuniones es algo natural y no identifican que esa incomodidad puede estar limitando su vida social. En algunos casos, incluso pueden creer que simplemente “no les gustan” los eventos sociales, sin considerar que detrás de esa preferencia podría haber un temor subyacente a la evaluación o al juicio de los demás.

Además, la ansiedad social puede camuflarse detrás de estrategias de afrontamiento como el uso excesivo del teléfono móvil en reuniones, la preferencia por roles pasivos en las conversaciones o la dependencia de ciertas rutinas para sentirse en control en situaciones sociales. Estas estrategias pueden dar la impresión de que la persona está cómoda en entornos sociales, cuando en realidad está gestionando una gran incomodidad interna.

Estas seis cosas que te pasan indican que tienes ansiedad en reuniones sociales

Si bien es común experimentar ansiedad en ciertos momentos de la vida, cuando se convierte en un estado constante o aparece sin una causa aparente, puede afectar la manera en que nos relacionamos con el mundo. En contextos sociales, esta ansiedad puede tomar una forma particular y afectar la capacidad de interactuar con otras personas de manera fluida y espontánea.

Estas seis cosas que te pasan indican que tienes ansiedad en reuniones sociales:

1. Sentir un nerviosismo intenso antes, durante o después de una reunión

Las reuniones sociales pueden generar ansiedad en diferentes momentos. Algunas personas sienten inquietud desde el momento en que reciben la invitación, imaginando posibles situaciones incómodas o anticipando el juicio de los demás. Durante la reunión, el malestar puede manifestarse como tensión física, dificultad para relajarse o una necesidad constante de evaluar cómo está siendo percibida. Después del evento, es común revivir la experiencia en la mente y analizar cada detalle con autocrítica.

2. Preocuparse en exceso por lo que piensan los demás

Si constantemente te preguntas cómo has sido percibido o temes que alguien haya interpretado mal tus palabras o gestos, es posible que la ansiedad social esté presente. La preocupación por la opinión ajena puede llevar a una vigilancia extrema sobre el propio comportamiento, lo que dificulta la espontaneidad en las interacciones y genera un agotamiento emocional significativo.

3. Evitar reuniones o buscar excusas para no asistir

Cuando el malestar asociado a las reuniones es intenso, una de las estrategias más comunes es evitarlas. Puede tratarse de rechazar invitaciones, llegar tarde deliberadamente para reducir el tiempo de interacción o buscar excusas para no participar en ciertos eventos. Aunque esta evitación alivia momentáneamente la ansiedad, refuerza el temor y dificulta futuras interacciones sociales.

4. Experimentar síntomas físicos de malestar

El cuerpo refleja la ansiedad de múltiples maneras. Algunas personas experimentan taquicardia, sudoración excesiva, temblores o sensación de falta de aire en entornos sociales. También pueden aparecer molestias digestivas o tensión muscular. Estos síntomas pueden generar un miedo adicional, ya que la persona teme que los demás noten su malestar y esto aumente su incomodidad.

5. Tener dificultades para mantener una conversación

Las interacciones sociales requieren fluidez y espontaneidad, pero cuando la ansiedad está presente, pueden volverse un reto. Sentir que las palabras no fluyen con facilidad, quedarse en blanco en medio de una conversación o no saber cómo intervenir en un grupo pueden ser señales de que la ansiedad está interfiriendo. En algunos casos, la persona intenta compensar esto hablando demasiado o evitando el contacto visual para reducir la incomodidad.

6. Sentirse agotado después de un evento social

Las reuniones sociales no deberían dejar una sensación extrema de fatiga, pero cuando la ansiedad es alta, la persona puede terminar completamente agotada después de una interacción. La hipervigilancia constante, el análisis de cada detalle y la tensión acumulada generan un desgaste emocional que puede durar horas o incluso días, afectando la disposición para participar en nuevos encuentros.

La ansiedad en reuniones sociales puede manifestarse de muchas formas, algunas de ellas más sutiles de lo que podríamos imaginar. Sentir nerviosismo excesivo, preocuparse en exceso por la opinión ajena, evitar eventos, experimentar síntomas físicos, tener dificultades en las conversaciones o terminar agotado tras una interacción son señales de que la ansiedad podría estar afectando la vida social.

Identificar estos patrones es clave para comprender mejor cómo influyen en el bienestar personal y cómo pueden estar limitando la forma en que nos relacionamos. Reconocer la ansiedad social no implica resignarse a vivir con ella, sino entender que existen formas de afrontarla y de encontrar un equilibrio entre la comodidad personal y la vida social. Reflexionar sobre estos síntomas es el primer paso para recuperar la tranquilidad en las interacciones cotidianas.

* Ángel Rull, psicólogo.