Psicología
¿Te cuesta disfrutar de los logros? Quizás sufras el síndrome del impostor
En la infancia se nos graban mensajes de no suficiencia

Síndrome del impostor / 123RF


Ángel Rull
Ángel RullLicenciado en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, con más de 10 años de experiencia en el ámbito de la Psicología Sanitaria, tanto en clínica con población general, como en hospitales, con patologías más severas. Desde 2017, trabajo diariamente con personas de diferentes edades y con una amplio abanico de problemas de manera online, rompiendo las barreras físicas de la terapia convencional.
El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico en el que la persona duda de sus propios logros y siente un miedo persistente a ser descubierta como un fraude. Quienes lo experimentan suelen atribuir sus éxitos a la suerte, al azar o a la ayuda de los demás, en lugar de reconocer sus propias capacidades y esfuerzos. Esta sensación de inadecuación puede generar una gran angustia emocional, afectando el bienestar y la confianza personal.
A pesar de que el término "síndrome del impostor" se ha popularizado en los últimos años, no se trata de un diagnóstico clínico, sino de un estado emocional que puede aparecer en diferentes momentos de la vida. Puede afectar a cualquier persona, sin importar su éxito académico o profesional. Sin embargo, es especialmente común en quienes han crecido en entornos exigentes o en contextos donde se ha valorado más el perfeccionismo que el aprendizaje progresivo.
Este fenómeno también está influenciado por factores sociales y culturales. En muchas ocasiones, el miedo a no estar a la altura de las expectativas impuestas por la sociedad, la familia o el propio entorno laboral hace que las personas sientan que no merecen sus logros. En este sentido, el síndrome del impostor no solo impacta a nivel individual, sino que también es un reflejo de las exigencias externas que moldean la percepción del éxito.
Seis signos que revelan que podrías estar sufriéndolo
Si alguna vez has sentido que no mereces tus logros o que en cualquier momento alguien descubrirá que "no eres tan bueno" en lo que haces, podría ser una señal de que experimentas el síndrome del impostor. Aunque cada persona lo vive de manera diferente, hay ciertos patrones de pensamiento y conducta que suelen repetirse.
Estos son algunos de los signos más frecuentes:
1. Dudas constantes sobre tus capacidades
La sensación de que no eres lo suficientemente bueno o buena persiste a pesar de las evidencias objetivas de tu competencia.
2. Atribución del éxito a factores externos
En lugar de reconocer tu esfuerzo y habilidades, tiendes a pensar que todo se debe a la suerte o a la ayuda de los demás.
3. Miedo a ser descubierto como un fraude
Aunque no exista razón para dudar de ti mismo o de ti misma, sientes que en cualquier momento alguien notará que "no perteneces" a ese lugar.
4. Perfeccionismo extremo
Crees que tus logros solo tienen valor si son impecables, lo que te lleva a exigirte en exceso.
5. Dificultad para aceptar halagos
Cuando alguien reconoce tu trabajo, sientes que no lo mereces y buscas minimizar tus logros.
6. Comparación constante con los demás
Percibes a otras personas como más capaces que tú, lo que refuerza la sensación de inferioridad.
Factores que pueden influir en su desarrollo
El síndrome del impostor no surge de la nada. Existen factores que pueden favorecer su aparición, desde el entorno familiar hasta las experiencias profesionales. Identificar estos factores puede ayudar a comprender por qué ciertas personas son más propensas a experimentarlo.
Uno de los factores más comunes es el estilo de crianza. Crecer en un ambiente en el que el reconocimiento dependía del rendimiento académico o profesional puede generar una sensación de insuficiencia constante. Si desde la infancia se recibieron elogios condicionados al éxito, es posible que en la adultez se perciban los logros como algo frágil y efímero.
El entorno laboral también juega un papel importante. En espacios altamente competitivos, donde el éxito se mide en términos de productividad y reconocimiento externo, es fácil caer en la trampa de sentir que nunca se es lo suficientemente bueno. Además, la falta de diversidad en ciertos sectores puede hacer que algunas personas sientan que no pertenecen, lo que refuerza la sensación de impostura.
Por otro lado, las redes sociales han amplificado este fenómeno. La exposición constante a las vidas "perfectas" de otras personas puede alimentar la percepción de que no se está a la altura, a pesar de que las imágenes compartidas en redes rara vez reflejan la realidad completa.
¿Por qué es importante aprender a valorar los logros personales?
El impacto del síndrome del impostor va más allá de la autoestima. Cuando las personas no pueden reconocer sus logros, pueden verse afectadas su motivación, su bienestar emocional e incluso su salud mental. Por eso, aprender a valorar los propios éxitos es fundamental para el desarrollo personal.
No disfrutar de los logros puede generar un círculo vicioso de insatisfacción constante. La sensación de "no ser suficiente" puede llevar a una autoexigencia excesiva, lo que a su vez provoca estrés y agotamiento. En el largo plazo, esto puede afectar la manera en que se toman decisiones profesionales o personales, ya que el miedo al fracaso puede hacer que se eviten nuevos retos.
También es importante considerar el impacto que tiene en la percepción de la propia identidad. Reconocer los logros personales ayuda a construir una imagen más realista de uno mismo o una misma, permitiendo establecer una relación más saludable con el éxito y con las expectativas propias y ajenas.
Cuatro estrategias para afrontar el síndrome del impostor
Afrontar el síndrome del impostor no significa eliminar por completo las dudas sobre uno mismo o una misma, sino aprender a gestionarlas de una manera más saludable. Algunas estrategias pueden ayudar en este proceso.
Estas son las cuatro estrategias para afrontar el síndrome del impostor:
1. Reconocer los pensamientos automáticos
Cuestionar la idea de que el éxito se debe a la suerte y recordar las habilidades y el esfuerzo que han llevado hasta ese punto.
2. Aceptar los halagos y los reconocimientos
En lugar de minimizarlos, tomarse un momento para reflexionar sobre su veracidad y permitir que formen parte de la percepción personal.
3. Evitar la comparación constante
Cada persona tiene su propio camino y sus propias circunstancias. Enfocarse en el propio crecimiento en lugar de medir el éxito en relación con los demás.
4. Registrar los logros
Llevar un diario de logros personales puede ayudar a visualizar los avances y a construir una narrativa más positiva sobre uno mismo o una misma.
El síndrome del impostor es una experiencia común que afecta a muchas personas, incluso a aquellas que han alcanzado grandes éxitos en su vida. Aprender a reconocer y cuestionar las creencias limitantes que lo alimentan es un primer paso para disfrutar de los logros de una manera más plena. El éxito no depende de la validación externa, sino de la capacidad de reconocer el propio esfuerzo y crecimiento con autenticidad y sin miedo.
* Ángel Rull, psicólogo.
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