Ante el 8M
El género, factor clave en la salud mental
"La mala educación, la indisciplina o la promiscuidad eran indicadores de una mujer de salud mental desequilibrada"
"Una cosa ha cambiado, cada vez tenemos menos miedo de hablar en alto"

Fotograma de 'Black Box Diaries' / Toni Albir
Cada 8M se presenta una nueva ocasión para revisar el panorama del feminismo. El último año hemos conocido historias de mujeres comunes que han tenido el valor de romper el silencio y cambiar la vergüenza de bando. En muchos de estos relatos vemos la relación tan estrecha entre las violencias que recibimos las mujeres y los problemas de salud mental.
Una vez el sufrimiento ha sido insoportable, las mujeres han recibido una etiqueta psiquiátrica y se han sentido doblemente discriminadas
Según el CIS, en España, la incidencia de la depresión después de la pandemia era el doble en mujeres que en hombres. Y, en este sentido, es alarmante comprobar, a poco que hables con algunas de ellas, la cantidad de mujeres que han sufrido por el hecho de ser mujeres. Y que, una vez el sufrimiento ha sido insoportable, han recibido una etiqueta psiquiátrica y se han sentido doblemente discriminadas: por ser mujer y estar loca.
Afortunadamente, cada vez más, salen a la luz nuevos testimonios de mujeres que, no tan solo están encontrando la manera de expresarse parando la espiral destructiva del miedo y el silencio, sino que, además, están exigiendo ser reparadas.
El valor de romper el silencio
Black Box Diaries, uno de los documentales nominados a los Oscar 2025, es testimonio del proceso de desgaste mental y emocional por el que puede pasar una mujer que sufre una violación. Lo que es interesante de este documento, dirigido por la propia protagonista, es que rompe con la imagen estereotipada de la víctima. Shiori llora en algunos momentos, pero también ríe con las amigas. Tiene reacciones contrapuestas: Es racional y analítica en la preparación del juicio, pero también tiene lagunas mentales, vive momentos delirantes o extremadamente dolorosos como consecuencia del trauma.
Se espera de una víctima que se oculte, o que se muestre débil y afligida. Dar la cara rompe con el estereotipo
La protagonista no tan solo lucha en los juzgados, también contra un relato público que le va a la contra, el del estigma: “Si lo haces público te marcarán por siempre jamás” , “aunque continúes trabajando como periodista la gente solo te verá como la víctima”, "es su palabra (de hombre poderoso) contra la tuya (que no eres nadie y quieres aprovecharte). “Mejor que no digas nada o será peor”.
Según el documental, en Japón solo el 4% de mujeres agredidas lo denuncian. Se espera de una víctima que se oculte, o que se muestre débil y afligida. Que tenga vergüenza. Y, en este sentido, dar la cara rompe con el estereotipo, a pesar de correr el riesgo de ser desacreditada, precisamente porque levantar la voz no es el comportamiento esperable de una mujer maltratada.
Niña rebelde, mujer descarriada
Otro ejemplo reciente de como la salud mental de las mujeres se resiente de la violencia que recibimos por el hecho de serlo, queda reflejado en la cinta catalana ‘Els Buits’, un ejercicio de memoria histórica que da lugar a un documental nominado tanto a los Goya como a los Gaudí y ganador del Festival de Cine de Autor de Barcelona.
Con 17 años, Mariona fue detenida por la policía y, con el consentimiento paterno, internada en un correccional
Con 17 años, Mariona, que se movía por ambientes de protesta estudiantil, fue detenida por la policía y, con el consentimiento paterno, internada en un correccional del Patronato de Protección a la Mujer, institución dedicada a “regenerar a mujeres caídas” durante el franquismo. En aquella prisión para chicas pasó unos años aislada, haciendo trabajos forzosos y sin opción a relacionarse. En los últimos años, desarrolló una anorexia y fue trasladada a una unidad psiquiátrica.
Marcadas para siempre
Según la tesis doctoral de Carmen Guillen, una investigación exhaustiva sobre el mismo tema, las miles de adolescentes internadas en al menos 142 instituciones de este tipo en toda España, no habían cometido ningún delito pero sí un pecado a ojos de la Iglesia y del régimen franquista: transgredir las normas morales que la dictadura había impuesto a las mujeres.
Lesbianas, activistas o menores embarazadas eran exploradas por el ‘Reloj de la moral’, informes emitidos por profesionales psiquiátricos
Chicas lesbianas, activistas o menores embarazadas eran exploradas por el ‘Reloj de la moral’, informes emitidos por profesionales psiquiátricos donde se evaluaba el estado de la reclusa, que podía concluir en diagnósticos como ‘Débil mental profunda’ o ‘Mentalmente retrasada’ por no haber mostrado simpatía u obediencia. Puedes escuchar más testimonios del Patronato de Protección de la Mujer en el Podcast ‘De eso no se habla’.
Una historia muy similar se explica en la película danesa ‘Las rebeldes’ (2023). La casa de chicas de la isla de Sprogø representa un ‘capítulo particularmente horroroso de la historia’, según lo describe la propia web del pueblo, donde iban a parar las chicas ‘moralmente defectuosas’. Entre 1923 y 1961 centenares de chicas fueron enviadas a esa casa en contra de su voluntad por el hecho de haber vivido su sexualidad con libertad. La mala educación, la indisciplina o la promiscuidad eran indicadores de una mujer de salud mental desequilibrada que tenía que ser controlada, medicada, corregida e, incluso, esterilizada.
Desafío social
El conflicto de intereses que se genera al hacer público según qué puede poner en situación incómoda a personas del entorno. Es por esto que a veces levantar la voz es quedarse sola, que los tuyos no puedan sostener las implicaciones de dar la cara y enfrentar el estigma.
Romper el silencio puede tener consecuencias que tienes que poder asumir. Por eso, callar no implica falta de valentía. Protegerse es muy legítimo. Cada cual tiene que valorar si puede asumir los costes según sus circunstancias.
Sororidad y recuperación del trauma
Hay también que tienen claro que no quiere ser víctima para siempre y que salirse de esta identidad pasa por hacerlo público al coste que haga falta y dejar un legado a la siguiente generación de mujeres. Contribuir al cambio, aunque sea poniendo el propio trauma a la palestra. “Cada vez que he hablado siento que estoy desnuda, pero hoy siento que estoy cubierta de mantas" -dice Shiori a las mujeres periodistas que la rodean.
El dolor no deja de hacer daño, pero sentirte apoyada le resta poder a la individualidad que te aísla y te margina
Muy recientemente, también aquí en Catalunya, se han hecho públicos varios casos de mujeres periodistas que, más allá de generar el odio esperable en las redes, también han recibido mucho apoyo por el hecho de haber dado el paso de exponerse. Al saber que no estás sola el dolor no deja de hacer daño, pero el hecho de compartir el malestar y sentirte apoyada, le resta poder a la individualidad que te aísla, te margina y te llena de desesperanza. Compartir una experiencia dolorosa, sentir el soporte y la validación de otres es la mitad del camino para sanar la herida. A pesar de que el mundo sigue siendo el que es, una cosa ha cambiado, cada vez tenemos menos miedo de hablar en alto.
Ariadna Rogero, responsable de medios y activismo de Obertament
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