Psicología
¿Cómo aceptar una ruptura? Estos cinco pasos te ayudarán
La negación dificulta el proceso de duelo

Cómo aceptar una ruptura / 123RF


Ángel Rull
Ángel RullLicenciado en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, con más de 10 años de experiencia en el ámbito de la Psicología Sanitaria, tanto en clínica con población general, como en hospitales, con patologías más severas. Desde 2017, trabajo diariamente con personas de diferentes edades y con una amplio abanico de problemas de manera online, rompiendo las barreras físicas de la terapia convencional.
Tras el fin de una relación, se desata un torrente de emociones que pueden parecer abrumadoras. Inicialmente, se vive un estado de shock y desconcierto, en el que la mente lucha por asimilar la nueva realidad. Quien ha compartido una historia de vida con otra persona puede sentirse desorientado ante la repentina ausencia de esa compañía que tanto influyó en la rutina diaria. La sensación de vacío y la incertidumbre respecto al futuro generan una etapa en la que resulta difícil encontrar un punto de apoyo.
En este periodo, el dolor se manifiesta tanto a nivel emocional como físico. Es común experimentar alteraciones en el sueño, cambios en el apetito y una marcada sensación de fatiga. La mente se ve inundada por recuerdos, memorias y pensamientos que, en ocasiones, generan una sensación de nostalgia o de pérdida irremediable.
Asimismo, la ruptura implica la desintegración de una vida compartida, lo que afecta la forma en que cada ser se relaciona con su entorno. Los planes y proyectos que se habían tejido conjuntamente quedan en suspenso, y la rutina se ve alterada de forma drástica. Esta transformación, aunque dolorosa, es también la oportunidad para replantear metas personales y redescubrir aspectos propios que quizá habían quedado en segundo plano durante la relación. La ruptura, por tanto, abre la puerta a una etapa de reevaluación y reconstrucción, donde el dolor inicial puede, con el tiempo, dar paso a un crecimiento significativo.
¿Por qué nos cuesta tanto aceptar la ruptura?
Aceptar una separación puede resultar extremadamente complicado debido a la forma en que se entrelazan las emociones, la identidad y las expectativas. Durante la relación, muchas personas llegan a fusionar parte de su sentido de ser con la otra persona, lo que hace que el fin de la unión se sienta como una pérdida de una parte esencial de sí mismas. La ruptura, en este sentido, implica no solo la pérdida de la compañía, sino también la necesidad de reconstruir la propia identidad a partir de nuevas bases. Este proceso puede generar una sensación de vacío y de desorientación que resulta difícil de superar.
Otro aspecto que contribuye a la dificultad para aceptar la separación es el peso de las expectativas sociales y culturales sobre el amor y las relaciones afectivas. Desde una edad temprana, se nos enseña que el amor romántico es la piedra angular de una vida plena, y la ruptura se percibe, en ocasiones, como un fracaso o una imperfección. Esta presión externa, combinada con el dolor interno, hace que el proceso de aceptación se complique aún más.
Además, el miedo a enfrentar la soledad y a replantear el futuro contribuye a que muchas personas se resistan a aceptar la ruptura. El temor a no encontrar nuevamente un sentido de pertenencia o a enfrentarse a la incertidumbre de lo desconocido puede llevar a la persona a aferrarse a recuerdos o a mantener esperanzas infundadas de reconciliación. Esta ambivalencia emocional refuerza el estancamiento, impidiendo que se dé el paso necesario para reconstruir la vida desde una perspectiva renovada. En definitiva, la complejidad para aceptar la ruptura radica en la confluencia de factores internos y externos, que en conjunto dificultan el proceso de soltar lo que fue y abrirse a lo que puede llegar a ser.
Cinco pasos que te ayudarán a aceptar una ruptura
La experiencia de separarse de una relación significativa es un proceso que afecta profundamente la vida emocional y cotidiana. En el entorno de las relaciones afectivas, la ruptura se presenta como un punto de inflexión que obliga a cada ser a reconsiderar su identidad, sus proyectos y sus vínculos.
Estos son los cinco pasos que te ayudarán a aceptar una ruptura:
1. Permítete sentir y validar tus emociones
Es fundamental reconocer que el dolor es una respuesta natural ante la pérdida y que cada emoción, ya sea tristeza, frustración o confusión, tiene su razón de ser. En lugar de reprimir o minimizar lo que se siente, es importante dar espacio al llanto, a la reflexión y a la manifestación sincera de los sentimientos. Permitirse sentir significa aceptar que el proceso de duelo es un camino personal en el que no existen fórmulas mágicas, sino una invitación a ser honesto con la propia experiencia. Al validar cada emoción, se sientan las bases para una transformación que permita sanar de forma profunda y auténtica.
2. Reflexiona sobre lo que has aprendido
Cada experiencia, por dolorosa que sea, deja consigo lecciones que son válidas. Tomarse el tiempo para reflexionar sobre lo vivido permite identificar patrones y comprender qué aspectos de la relación aportaron crecimiento y cuáles generaron estancamiento. Este proceso de introspección favorece el autoconocimiento y abre la posibilidad de establecer nuevos límites y expectativas en futuras relaciones.
3. Reconstruye tu red de apoyo y conecta con quienes te valoran
En momentos de crisis, el apoyo de amigos, familiares y seres cercanos resulta esencial para reconfigurar la perspectiva y encontrar consuelo. Rodearse de personas que ofrecen comprensión y empatía contribuye a que el proceso de duelo se viva de manera menos solitaria. La interacción con otros permite compartir experiencias, recibir consejos y, sobre todo, recordar que la vida continúa con posibilidades infinitas. Esta conexión social ayuda a restablecer el equilibrio emocional y a abrir nuevos horizontes en la búsqueda de bienestar personal.
4. Redescubre tus pasiones y proyectos personales
Una ruptura puede verse como una oportunidad para reconectar con aquellos intereses y actividades que quedaron en un segundo plano durante la relación. Dedicar tiempo a hobbies, proyectos creativos o nuevas actividades favorece el redescubrimiento de la propia esencia y fortalece la autoestima. Todos tenemos la capacidad de reinventarnos y de explorar nuevas facetas de la personalidad. Este proceso de reconexión con lo que realmente apasiona contribuye a construir una vida plena y rica en experiencias, alejando gradualmente la sombra del pasado.
5. Establece nuevas metas y construye un futuro propio
La aceptación de la ruptura se consolida cuando se comienza a proyectar una nueva visión del futuro, basada en metas personales y en la búsqueda de nuevos horizontes. Establecer objetivos, tanto a corto como a largo plazo, permite reenfocar la energía en la creación de una vida que refleje los propios valores y aspiraciones. Este paso implica dejar atrás las expectativas heredadas y construir un camino personal que abrace la posibilidad de la transformación. Al visualizar un futuro lleno de oportunidades, cada ser se fortalece y encuentra la motivación necesaria para avanzar con seguridad y optimismo.
Cada uno de estos pasos no es un proceso lineal, sino que puede requerir retrocesos y revisiones. La clave está en la constancia y en la apertura para reconocer que el camino hacia la sanación es único para cada experiencia. A través de la autoobservación, la reflexión y la conexión con el entorno, es posible transformar el dolor en una oportunidad para el crecimiento personal y la renovación de la identidad. Así, aceptar la ruptura se convierte en un acto de amor propio y de compromiso con una vida más auténtica y plena.
* Ángel Rull, psicólogo.
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