Psicología

Hay un número mínimo de horas que deberíamos dedicar a nuestros amigos y tiene una explicación psicológica

Los vínculos necesitan tiempo de calidad

Tiempo de calidad con amigos

Tiempo de calidad con amigos / 123RF

Ángel Rull

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En la actualidad, el tiempo que se destina a las relaciones de amistad ha disminuido considerablemente. Las responsabilidades laborales, los compromisos familiares y la sobrecarga de tareas diarias han reducido el espacio disponible para compartir con amigos. La tecnología, aunque permite estar en contacto de manera virtual, también ha sustituido los encuentros presenciales por interacciones rápidas y superficiales.

Otro factor que influye es la cultura de la productividad. En muchas sociedades, el tiempo de ocio y las relaciones sociales son vistos como un lujo, en lugar de una necesidad. Esto lleva a que muchas personas prioricen otras áreas de su vida en detrimento de sus amistades, lo que a largo plazo puede afectar su bienestar emocional y su sentido de pertenencia.

El estilo de vida también juega un papel crucial. La geografía y la distancia pueden dificultar los encuentros presenciales, especialmente cuando los amigos residen en ciudades diferentes. Además, con el paso del tiempo, las prioridades cambian, lo que puede hacer que la frecuencia de las reuniones disminuya sin que se perciba como un problema inmediato.

¿Qué consecuencias tiene?

La falta de tiempo dedicado a la amistad puede traer consigo diversas repercusiones en la salud mental y emocional. Una de las principales es el sentimiento de soledad, que puede intensificarse cuando las interacciones con los amigos se vuelven esporádicas o poco significativas. La ausencia de vínculos sociales estables está relacionada con niveles más altos de estrés y ansiedad.

Otra consecuencia relevante es la disminución del apoyo emocional. La amistad ofrece un espacio seguro para compartir preocupaciones, expresar emociones y recibir retroalimentación sin juicios. Cuando este espacio se reduce, las personas pueden sentirse más aisladas y desprotegidas frente a los problemas de la vida cotidiana.

En el ámbito físico, la falta de relaciones sociales también tiene impacto. Estudios han demostrado que mantener vínculos de amistad fuertes está asociado con una mayor longevidad y un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Esto se debe a que la interacción social reduce el estrés y fomenta hábitos saludables, como la actividad física y el autocuidado.

¿Cuál es el número de horas y qué debemos hacer en esas horas?

Investigaciones en el ámbito de la psicología social han identificado un número mínimo de horas semanales que se recomienda dedicar a la amistad para mantener relaciones significativas. Según estudios, un mínimo de seis horas a la semana es el tiempo ideal para preservar la conexión emocional y fortalecer los lazos de confianza.

Este tiempo no necesariamente debe concentrarse en reuniones presenciales extensas, sino que puede distribuirse en diferentes actividades. Compartir una comida, practicar deporte en conjunto, realizar llamadas telefónicas o incluso enviar mensajes de voz pueden ser formas efectivas de mantener el contacto y nutrir la relación.

Es importante también que estas interacciones sean de calidad. No se trata solo de cumplir con un tiempo estipulado, sino de aprovecharlo para fortalecer la confianza, compartir experiencias y disfrutar del vínculo. Establecer rutinas, como un encuentro semanal o un espacio fijo para conversar, puede ayudar a incorporar este hábito de manera natural en la vida cotidiana.

¿Cuál es la explicación psicológica?

Desde el punto de vista psicológico, la necesidad de compartir tiempo con amigos se fundamenta en la teoría del apego y la regulación emocional. Las relaciones de amistad proporcionan un soporte afectivo que contribuye a la estabilidad emocional y al bienestar psicológico. La presencia de amigos en la vida cotidiana ayuda a gestionar el estrés y a enfrentar situaciones difíciles con mayor resiliencia.

Además, el contacto social estimula la liberación de hormonas como la oxitocina y la dopamina, que están vinculadas al placer y la sensación de conexión. Estas sustancias químicas refuerzan los vínculos afectivos y generan un impacto positivo en la salud mental, reduciendo los niveles de ansiedad y fortaleciendo la autoestima.

La teoría del bienestar subjetivo también respalda la importancia de las amistades. Mantener relaciones sociales activas contribuye a una mayor satisfacción con la vida, ya que permite compartir logros, experiencias y emociones en un entorno de confianza y apoyo. Esto influye directamente en la percepción de felicidad y en la construcción de una identidad sólida.

El tiempo que se dedica a la amistad tiene un impacto directo en el bienestar emocional y físico. En un mundo donde las responsabilidades y el ritmo acelerado pueden hacer que las relaciones sociales queden en segundo plano, es fundamental reconocer la importancia de priorizar el vínculo con los amigos.

Las investigaciones sugieren que al menos seis horas semanales son necesarias para mantener relaciones significativas. Sin embargo, más allá del número, la clave está en la calidad del tiempo compartido. Incorporar hábitos como encuentros regulares, llamadas o mensajes puede fortalecer la conexión y prevenir la sensación de aislamiento.

Desde la psicología, se ha demostrado que la amistad es un pilar fundamental para el equilibrio emocional, la reducción del estrés y el mantenimiento de una vida plena. Por ello, dedicar tiempo a los amigos no solo es una cuestión de placer, sino también una necesidad para el bienestar integral.

* Ángel Rull, psicólogo.