Entrevista | Jordi Costa Superviviente del suicidio de su padre y presidente de la asociación Tramuntana
Jordi Costa, superviviente: "El mal de las personas es no hablar, hablar cura más que una pastilla"
"Las terapias y las asociaciones de víctimas me han dado la vida"
"Estoy en paz con mi padre, entiendo lo que hizo"

Jordi Costa, presidente de la Asociación Tramuntana contra el suicidio. / David Aparicio Fita


Fidel Masreal
Fidel MasrealPeriodista
Licenciado en Ciències de la Comunicació por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), curso de periodismo jurídico-político por la UAM - El País, ha ejercido como periodista político en Onda Cero, diari Menorca, Ràdio Barcelona (cadena SER) -donde fue jefe de la sección de Política- y Els Matins de TV3. Desde septiembre del 2008 es redactor en El Periódico, primero como cronista parlamentario en Madrid y en la actualidad especializado política catalana. Autor de "Conviure amb la depressió" (Mina, Eniclopèdia Catalana, 2007), "Game Over: els partits polítics, corrupció i vicis del sistema" (La Mansarda, 2013), "Cuentos Ex" (Magma Editorial, 2019) y "Contes del procés" (Magma, 2019). Colabora como analista en TVE, Catalunya Ràdio, SER Catalunya y RAC-1, entre otros.
Jordi Costa, originario de Maçanet de Cabrenys, de 58 años, no olvidará el día y la hora exacta en que supo que su padre se había suicidado. No se lo esperaba. A partir de ahí empezó un duro y largo proceso de duelo y un conocimiento profundo sobre la realidad incómoda del suicidio. Ahora es el presidente de la asociación Tramuntana després del suïcidi, en Figueres, porque siente que ha de devolver todo lo que recibió. Y porque hablar cura.
-¿Se esperaba que su padre tomara esa decisión?
-No. Dado que no se habla de suicidio y se ve un tema tan lejano, no piensas que tu padre pueda tomar esta decisión. Al hacerse mayor conducía menos, no veía de un ojo, tenía 86 años.
No se habla de suicidio y se ve un tema tan lejano, no piensas que tu padre pueda tomar esta decisión
Sí, tenía sus momentos depresivos, sobre todo en primavera. Era cazador desde niño pero cada vez le costaba más todo. El médico le dijo que no se quedaría ciego pero que no le renovarían el carnet de conducir y el permiso de armas. A los 20 días se suicidó.
-¿Había dado algún indicio?
-Ahora, cuando ya ha pasado todo, veo que hacía tiempo que iba dando señales. Por eso en la asociación luchamos tanto por la prevención. Un día me dijo 'aquí tienes la documentación, aquí hay dinero guardado, las cuentas están arregladas'... Yo le dije: 'pero si estás bien'. Y me contestó: 'nunca se sabe'. Luego hay gente que te comenta cosas sobre lo que decía él, pero no le daban más importancia, creían que tenía un mal día. Ahora entiendo las prisas por dejarlo todo atado e ir al notario. Hacía tiempo que tenía este malestar emocional.
Ahora entiendo las prisas por dejarlo todo atado e ir al notario. Hacía tiempo que tenía este malestar emocional
-¿Cómo recuerda ese día?
-Me llamaron a las ocho y cinco, estaba llegando al trabajo. Y ya supe que algo pasaba. Mi primo me dijo que mi padre había hecho un disparate. Le contesté: 'está muerto, se ha pegado un tiro'. Ese día, llamó a atención médica, pulsando el botón de asistencia que llevaba encima. Y le dijo a la chica: 'estoy cansado, estoy harto, me voy'. Bajó la escalera y se disparó.
-¿Qué sentimientos albergó usted?
-En un primer momento me quedé frío. Creía que estaba en una película. No me lo creía. Lloraba, sentía rabia, estaba triste.
-¿Cómo evolucionaron estos sentimientos?
-Llamé a mi terapeuta. Me dijo que necesitaba ayuda. Pensé que mi padre había sufrido un gran malestar y que le pudo más la idea de sacarse del medio. Aquí no hay cobardes ni valientes. Seguí trabajando. Estuve meses como en una nube, no lloraba, no hablaba. Me avisaron de que ya me vendría la emoción...

Jordi Costa, en Figueres. / David Aparicio Fita
-¿Y le vino?
-Empezaron a venirme preguntas como por qué o cómo no me di cuenta, la vergüenza, también por el hecho de ser de un pueblo. La ausencia. La negación. La ambivalencia.
-¿Fue a terapia de grupo?
-Sí, en Mataró. Conocí a padres de jóvenes de 20 años que se habían suicidado. Esto deja una cicatriz de por vida. Ahora me doy cuenta de que lo amaba más de lo que yo pensaba. Pasas por una montaña rusa de emociones.
-¿Que todo sucediera en un pueblo pequeño, dificultó el duelo?
-Sí, porque en las ciudades la gente va a la suya, pero en el pueblo es la noticia de la que todos hablan. Que si cómo lo ha hecho, que si por qué, que si no lo habíamos cuidado suficiente... Esto afecta, claro, sobre todo cuando viene de familiares.
En el pueblo es la noticia de la que todos hablan. Que si cómo, que si porqué, que si no lo habíamos cuidado suficiente...
-Han pasado cuatro años. ¿Cómo está ahora?
-He evolucionado para bien. Encontré información procedente de asociaciones. Pedí ayuda, supe que era un superviviente, que tenía derechos, que podía estar bien, que tenía derecho a vivir bien y que por ello no estoy haciendo nada malo. No se habla de la muerte. Antes sí se hacía, te hacían partícipe, pero ahora se hace creer a los niños que no nos morimos.
Antes se hablaba de la muerte, ahora no; se hace creer a los niños que no nos morimos
-¿Está en paz con su padre?
-Sí, estoy en paz. Entiendo que fue una decisión que no tomó él sino su enfermedad. No pudo aguantar más el malestar que tenía y el único camino fue ese, el de irse.
Fue una decisión que no tomó él sino su enfermedad. No pudo aguantar más el malestar el único camino fue irse
No pensó en las consecuencias del mal que nos haría. Si yo lo hubiese sabido, lo habría frenado. He hecho las paces porque he hablado mucho. He tenido rabia contra él.
-¿Entiende la decisión que tomó él?
-Sí, no era como tenía que acabar, nadie merece acabar así, pero entiendo que tras tantos años se vio acorralado, al saber que no podría conducir, que no podría ir a lo suyo. Y creo que siguió pensando en nosotros y en mi madre y se dijo 'no seré una carga para ellos'.
-Después de haber pasado este duelo, ahora usted se dedica a los otros en la Associació Tramuntana. ¿Por qué lo hace?
-Hago terapia de grupo desde hace años. Me ayudó, porque me sentía solo, nadie me entendía, ni mi madre ni mi mujer. Nadie. Tenía subidas y bajadas, recuerdos, culpa, vergüenza, negación, aceptación.
Tengo la obligación de devolver lo que se me ha dado por parte de gente sin ánimo de lucro que me ha atendido a cualquier hora
Y a mí se me ha dado la vida, a través de estas asociaciones y terapias. Una mujer me dijo que su hijo se suicidó con 14 años y que ahora se permitía ir a la discoteca. Yo quería ser como ella. En todo este proceso siempre que he llamado me han ayudado. Y tengo la obligación de devolver lo que se me ha dado por parte de gente sin ánimo de lucro que me ha atendido a cualquier hora.
-¿Hablar cura?
-Totalmente, más que una pastilla. Hablar cura. El mal de las personas es no hablar, es una enfermedad muy mala, te come por dentro y hace que te suicides o que acabes consumiendo o haciendo cosas que no querías hacer. Hablar es una liberación. Cuando voy a terapia salgo nuevo.
Hay que sacarlo todo por la boca, todo.Fui a la lápida de mi padre a decirle lo que pensaba, lo positivo y lo negativo
Hay que sacarlo todo por la boca, todo. Lo que tenga importancia y lo que no. Fui a la lápida de mi padre a decirle lo que pensaba, lo positivo y lo negativo: 'eres un cabrón y un hijo de puta, me has hecho una putada' pero al mismo tiempo 'no te he podido decir cómo te he querido, te amaba más de lo que creía, te echo mucho de menos porque aunque estuvieras a tu rollo siempre que tuve un problema acabé contigo, no merecías morir'.
-¿Quiere añadir algo más?
-No me has preguntado por la asociación. Somos los primeros que hemos organizado una carrera atlética hablando del suicidio, tenemos un grupo para ayudar a la gente y que en Girona se hable del suicidio. Tenemos muchas cosas en marcha.
- Marina Díaz Marsá: 'A los psiquiatras no nos queda tiempo para hacer psicoterapia, podemos prescribir un medicamento
- El 80% de pacientes que sobreviven al cáncer los primeros cinco años continúan vivos una década después
- Nueva Mutua Sanitaria, la aseguradora que se queda con la asistencia de Muface en el extranjero
- Una masa de aire polar traerá frío, lluvia y nieve a Catalunya a partir del viernes
- Confirmado por el BOE: esta es la multa para quienes están empadronados en un sitio y viven en otro
- La Guardia Civil pide a los conductores comprobar el suelo antes de entrar al coche ante el incremento de denuncias de una nueva estafa
- La Candelaria ríe en Catalunya: esto es lo que sucederá con el invierno
- ¿Nieve en Barcelona? La posibilidad de que el Tibidabo amanezca blanco