Salud mental y adicciones | Joan Testimonio en primera persona

"La adicción multiplica la mala salud mental y la depresión multiplica la adicción"

"Si ya cuesta que la gente entienda la depresión, con la patología dual todavía estamos muy verdes"

"A veces se ve la adicción como algo que le pasa a una determinada clase social y no es así"

Alcoholismo: ¿qué enfermedades pueden desencadenar el consumo de alcohol, aunque sea moderado?

Alcoholismo: ¿qué enfermedades pueden desencadenar el consumo de alcohol, aunque sea moderado? / Freepik

Fidel Masreal

Fidel Masreal

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Joan vivió en primera persona como su depresión iba asociándose con un aliado fatal, el alcoholismo. Coincidiendo con el Día Internacional de la lucha contra la Depresión, en el que las entidades han llamado la atención sobre la llamada patología dual (dos problemas unidos que se retroalimentan), Joan nos habla con sinceridad de la dureza de estos dos trastornos y de lo poco o nada que se conoce su existencia. Preservamos su intimidad y le brindamos un nombre distinto al suyo.

-La patología dual, la combinación por ejemplo entre depresión y adicciones, ¿Es tan común como desconocida?

-Yo no supe que tenía una patología dual hasta que llegué al Centro de Día de Adicciones. Lo estaba sufriendo y no sabía lo que era. Poca gente sabe qué es. Estás en plena depresión y no sabes por qué caes en una adicción, y esta acaba comiéndote igual que la depresión. Un día necesitas una cosa, luego un poco más. Era como una rueda y cada día me sentía peor mentalmente, físicamente... totalmente hecho una mierda. Sí, se tiene que explicar, pero si ya cuesta que la gente entienda la depresión, con la patología dual todavía estamos muy verdes.

la enfermedad me llevó a la adicción. Me decía 'me merezco una copa'

-¿Qué fue antes, el trastorno o la adicción?

-Ni una cosa va antes ni otra después, van en conjunto. En mi caso, el alcohol era la excusa. Había tenido un mal momento y me decía 'me merezco una copa'. Como en las películas. Poco a poco iba usando esta excusa del mal momento, o de la necesidad de relajarme. Y la cerveza o la copa te comen el día a día. Entonces ya es al revés. Necesitas empezar el día con la copa porque, si no, no puedes comenzar. Me imagino que en mi caso la enfermedad me llevó a la adicción.

-¿Y una adicción puede llevar a una depresión?

-En el caso del alcohol, sí. Es una manera de estimularte pero es depresivo 100% dado que te lleva a estar todavía más depresivo contigo mismo. Te ayuda a caer más en la enfermedad.

-¿Damos todavía poca importancia al alcoholismo?

-No se ve ni como una droga. Sí se ve mal la etiqueta de alcohólico. Pero en el Centro de Día, si eras fumador de marihuana eras un drogata, pero si consumías alcohol no pasaba nada. Es aquello de 'bebo cuando salgo con los amigos de fin de semana, pero entre semana también', y está bien visto. El otro día salí a una cena por primera vez en mucho tiempo y la gente enseguida pide cervezas. Ahora lo veo francamente mal porque no hay control.

Si la gente pasara un por el Centro de Día vería que sus conductas con el alcohol son adicciones

Está bien visto pero están cayendo. Si la gente pasara un por el Centro de Día vería que sus conductas con el alcohol son adicciones. Una cerveza diaria es una conducta de adicción y está bien visto. O ahora con las fiestas: una copita, el cava, un vino, otro vino...

-¿Salir de la adicción es tan difícil como se cuenta?

-Sí, lo es. A mí me ha costado, y todavía no sé si he salido. Llevo cinco años abstemio y sigo pensando si algún día podré volver a tomar una copa de cava, que me gusta mucho. Lo que más me ha costado no es el hecho de no consumir, sino de afrontarlo socialmente. Dejarlo es una cuestión de voluntad. Yo vi que no funcionaba, pedí ayuda. Con los profesionales a tu lado, sales.

-¿El papel del entorno es importante, para salir?

-Sí, he convivido con compañeros cuyo entorno estaba en pleno consumo. Querían salir y ese entorno era una carga. No tener consumo a tu lado te ayuda muchísimo a olvidarte de ello. Las primeras veces que salía a cenar en una terraza podía decir qué estaba bebiendo cada uno de los comensales de todas las mesas.

Lo que más me ha costado no es el hecho de no consumir, sino de afrontarlo socialmente

Era tal la obsesión que me fijaba en las copas de todos. Es increíble como la mente se va exclusivamente a lo que no tienes.

-¿La adicción y la depresión, juntas, multiplican los efectos negativos de ambas?

-La adicción multiplica los efectos negativos de la mala salud mental y la depresión multiplica la adicción, hasta que te das cuenta. Caes en una bola de nieve que cada vez se hace más grande. Si no consigues pedir ayuda, la gente se queda ahí en sus adicciones. En mi caso, el hígado comenzaba a sufrir y esto también me hizo reaccionar. Me estaba cargando la salud.

-Salir debe ser muy difícil, cuando sufres ambos problemas

-Todos los que estábamos en el Centro de Día de adicciones teníamos una T delante, un trastorno. No sabes si la enfermedad te lleva a la adicción o la adicción a la enfermedad. Uno era bipolar, otro depresivo...había de todo. He visto a gente a las que les ha costado mucho, sobre todo si son jóvenes y no se dan cuenta y no quieren renunciar a salir de fiesta un domingo.

A la que empieces a dudar de si estás en una adicción o no, pide ayuda

Y entre personas adulta, había una médica que sabía lo que le estaba pasando pero lo dejó para irse de fiesta a su pueblo. Hasta ahí radica la dificultad de la voluntad. A veces se toma la adicción como algo que le pasa a una determinada clase social y no es así, en el Centro vi a ingenieros, médicos, enfermeras y también a gente sin estudios. En esto puede caer cualquiera.

-¿Qué le dirías a quien pueda estar empezando a caer?

-Le diría lógicamente que no caiga porque irá a peor. Pero es que no te das cuenta, en ese momento. A la que empieces a dudar de si estás en una adicción o no, pide ayuda. Aunque no seas adicto. A partir de ahí, voluntad y médicos que te ayuden.

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