Psicología
El truco de los psicólogos para sobrellevar las fiestas navideñas en cinco pasos
Las fiestas navideñas pueden ser una fuente de estrés y malestar
Ángel Rull
Ángel RullLicenciado en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, con más de 10 años de experiencia en el ámbito de la Psicología Sanitaria, tanto en clínica con población general, como en hospitales, con patologías más severas. Desde 2017, trabajo diariamente con personas de diferentes edades y con una amplio abanico de problemas de manera online, rompiendo las barreras físicas de la terapia convencional.
La Navidad es, para muchas personas, una época del año que combina alegría, tradiciones y tiempo en familia. Sin embargo, también puede convertirse en una época de malestar emocional. Este contraste se debe a la acumulación de expectativas, la sobrecarga de actividades y las presiones sociales y familiares que suelen caracterizar estas fechas.
Una de las principales razones por las que la Navidad genera malestar es la idealización de las celebraciones. Los medios de comunicación y la cultura popular promueven una imagen de felicidad perfecta, llena de reuniones armoniosas y regalos espectaculares. Esta idealización no siempre coincide con la realidad, lo que puede llevar a sentimientos de insatisfacción o frustración cuando las cosas no salen como se había planeado.
Además, las fiestas navideñas suelen traer consigo recordatorios de pérdidas personales o de relaciones que ya no están presentes. Esto puede intensificar sentimientos de tristeza o soledad, especialmente para quienes han atravesado duelos recientes o tienen relaciones familiares complejas. Estos aspectos emocionales, sumados a las demandas económicas y sociales de la época, contribuyen a que muchas personas experimenten esta época con cierto malestar.
¿Qué síntomas observamos en nosotros mismos?
El malestar asociado a la Navidad puede manifestarse de diversas maneras, dependiendo de las circunstancias y del estado emocional de cada persona. Es importante prestar atención a los síntomas que aparecen durante estas fechas, ya que pueden ser señales de que el estrés o las emociones negativas están afectando nuestra salud mental.
Uno de los síntomas más frecuentes es el aumento de la ansiedad. Las tareas y responsabilidades asociadas a la Navidad, como organizar reuniones, comprar regalos o cumplir con compromisos sociales, pueden generar una sensación de agobio. Este estrés se manifiesta en pensamientos acelerados, dificultad para concentrarse o incluso en alteraciones del sueño.
Otro síntoma común es el cambio en el estado de ánimo. Muchas personas experimentan irritabilidad, tristeza o una combinación de ambas emociones durante las fiestas. Estos cambios pueden estar relacionados con la sobrecarga emocional o con expectativas no cumplidas. Además, la presencia de conflictos familiares puede agravar estas sensaciones, haciendo que la Navidad se perciba como un periodo tenso.
Por último, también es frecuente observar fatiga física y emocional. La acumulación de actividades y la falta de descanso pueden llevarnos a sentirnos agotados, lo que impacta nuestra capacidad para disfrutar de las celebraciones. Reconocer estos síntomas es el primer paso para abordar el malestar y buscar maneras de gestionarlo.
¿Cómo nos afecta?
El impacto de las fiestas navideñas en nuestra salud emocional y en nuestras relaciones personales puede ser significativo. Aunque la Navidad está pensada como una época de unión y celebración, el malestar que genera en muchas personas puede tener consecuencias tanto inmediatas como a largo plazo.
En el plano emocional, la acumulación de estrés y la presión por cumplir con las expectativas sociales pueden llevar a una sensación de agotamiento emocional. Esto, a su vez, puede disminuir nuestra capacidad para disfrutar de los momentos agradables que también forman parte de estas fechas. Además, las emociones negativas, como la tristeza o la frustración, pueden intensificarse si no se abordan adecuadamente.
A nivel social, las tensiones familiares o los conflictos latentes tienden a agudizarse durante las reuniones navideñas. Las diferencias de opinión, los desacuerdos pasados o la falta de comunicación pueden salir a la superficie, afectando las relaciones y generando un ambiente de incomodidad. Esto puede dificultar la conexión emocional con los seres queridos.
Por último, el impacto físico también es importante. La falta de descanso, el aumento del consumo de alimentos y bebidas o el esfuerzo por cumplir con todas las actividades programadas pueden generar un desgaste significativo en nuestro cuerpo. Este desgaste, sumado al impacto emocional, refuerza la importancia de encontrar maneras efectivas de gestionar las exigencias de la Navidad.
El truco de los psicólogos para sobrellevar las fiestas navideñas en cinco pasos
Las fiestas navideñas, aunque están pensadas como un momento de unión y alegría, a menudo traen consigo estrés y malestar emocional. Las exigencias sociales, los conflictos familiares y las expectativas de perfección pueden ser abrumadoras. Pero hay cinco pasos, basados en estrategias psicológicas, para sobrellevar esta época del año de manera más equilibrada y disfrutarla plenamente.
Estos son los cinco pasos clave para sobrellevar las fiestas de manera más equilibrada y satisfactoria:
1. Establece límites claros
Una de las mejores maneras de reducir el estrés navideño es aprender a decir que no. No es necesario asistir a todas las reuniones ni cumplir con todas las expectativas sociales. Define qué compromisos son importantes para ti y dales prioridad. Esto también incluye establecer un presupuesto realista para los regalos y las celebraciones, evitando gastos excesivos que puedan generar tensión financiera.
2. Planifica con antelación
Una buena planificación puede ayudarte a evitar el agobio que genera la acumulación de tareas. Crea una lista de actividades y organiza tu tiempo de manera que puedas cumplir con lo necesario sin sentirte abrumado o abrumada. Delegar responsabilidades también es clave para aliviar la carga.
3. Practica el autocuidado
Durante las fiestas, es fácil descuidar nuestras propias necesidades en favor de los compromisos sociales. Sin embargo, dedicar tiempo al descanso, a la actividad física y a actividades que disfrutes es esencial para mantener el equilibrio emocional. Escuchar a tu cuerpo y respetar tus límites te ayudará a gestionar mejor las demandas de la época.
4. Gestiona las expectativas
La Navidad no tiene por qué ser perfecta. Aceptar que las cosas pueden no salir como se había planeado y que no es necesario cumplir con todas las tradiciones puede reducir significativamente el estrés. Focalizarse en los momentos positivos y en lo que realmente importa, como la conexión con los seres queridos, es fundamental.
5. Fomenta la comunicación abierta
Hablar con claridad y respeto sobre tus necesidades y emociones con tu familia o amistades puede prevenir malentendidos y reducir tensiones. Crear un espacio donde todos se sientan escuchados y valorados contribuye a un ambiente más armonioso durante las celebraciones.
Aunque la Navidad puede traer consigo momentos de tensión y malestar, aplicar estas estrategias permite disfrutar de las fiestas de una manera más equilibrada y satisfactoria. Lo importante es recordar que cada persona vive esta época de manera diferente y que no existe una forma “correcta” de celebrarla.
* Ángel Rull, psicólogo.
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