Salud y emociones

Consejos para ayudar a quien sufre anorexia en una comida navideña

Se trata de un reto para las personas diagnosticas y se debe actuar sin juicios, sin presión y con naturalidad

Superarlo con éxito constituye una gran satisfacción íntima, un ejemplo de resiliencia postraumática

La Navidad está asociada a comidas copiosas.

La Navidad está asociada a comidas copiosas. / VICTORIA ROVIRA

Fidel Masreal

Fidel Masreal

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La Navidad es un período aociado a comidas y cenas copiosas, calóricas, y largas sobremesas. Es un escenario deseado por muchos pero temido por otros. Para las personas que sufren un trastorno de conducta alimentaria (TCA) se trata de un auténtica prueba, un desafío. Sara Bujalance, presidenta de la asociación contra la anorexia y la bulimia, ofrece una serie de pautas básicas para hacer la vida más fácil a estas personas en estos días:

Regla número uno: no juzgar

Esta regla sirve tanto si una persona de la familia sufre un TCA como si no. En las comidas navideñas nos reencontramos con familiares que no hemos visto en meses, o incluso en todo el año. En la mesa no debemos opinar sobre su aspecto físico, ni hacer los típicos comentarios de "te has engordado" o "estás mucho más delgada" o "te has dejado canas".

Tampoco es aconsejable opinar sobre lo que come o deja de comer cada cual. Las frases "que delgada estás por lo que comes" o "no has comido nada", no son oportunas y pueden ser contraproducentes para quien sufre un trastorno de bulimia o anorexia.

¿Qué cocinar?

Si una persona de la familia está en tratamiento por un TCA, es aconsejable hablar con ella o con sus padres, previamente, y ponerse a su disposición por si se ha de adaptar algun plato o tener en cuenta alguna circunstancia. Siempre la prudencia es buena consejera.

Si la persona es adulta y no está en tratamiento pero sospechamos que está sufriendo este trastorno, lo mejor es preparar la comida o la cena con naturalidad y ella misma ya tomará sus propias decisiones sobre qué comer.

¿Debemos intentar hacer una comida menos copiosa? Con o sin familares con anorexia, lo cierto es que en las fiestas navideñas se nos va demasiado de madre la cantidad de comida, la frecuencia y la potencia calórica de los ágapes. No es lo más recomendable para la promoción de la salud. Estaría bien revisar si se puede hacer el mismo menú, gastronómicamente rico, pero lo más saludable posible.

¿Es aconsejable evitar que la persona con TCA esté en la comida?

Depende de la fase en la que esté en su tratamiento. Si está ingresada, no asistirá, evidentemente. Pero aunque esté en casa, el equipo clínico puede consensuar con ella que todavía no está preparada. Pero la recomendación es que en la medida de lo posible esté presente, para que el TCA no altere la dinámica familiar. En todo caso, nunca debemos forzar a que la persona coma o cene, tenga o no tenga un trastorno. 

¿Cómo debemos comportamos durante la comida?

Es muy importante evitar los comentarios habituales del estilo "estoy tan lleno que mañana no desayunaré, tendré que ponerme a dieta para quemar calorías". Los pensamientos de la cultura de la dieta ("me he pasado, tendré que compensar") debemos evitarlos y evitar los comentarios gordofóbicos o los juicios sobre el físico de nuestros compañeros de mesa. A la persona que sufre un TCA debems tratarla con normalidad, no presionarla en ningún caos, dejarla respirar.

¿Qué hacemos si después de comer, ella se va al baño?

Si la persona con TCA está en tratamiento y ha acordado que tras la comida es bueno que se quede en la silla o el sofá, se lo podemos recordar, animándola a seguir las pautas del tratamiento. Si se ha ido a vomitar, no hay que decirle nada en ese momento en el que está toda la familia presente. Es mejor hablarlo después con ella y preguntarle cómo se ha sentido. Debemos perder el miedo a que pueda pasar.

¿Es un reto positivo para ellas, asistir a estas comidas?

La finalidad es siempre poder disfrutar de la vida. Cuando las personas afectadas están cerca de la recuperación, acostumbran a disfrutar de estos momentos, con la compañía de sus seres queridos y sin estar pendientes de las calorías de cada plazo. Es un crecimiento terapéutico y un ejemplo de resiliencia, lo viven de una manera muy satisfactoria, porque el reto es grande y puede disparar la ansiedad (comida calórica, abundante y en invierno sin mucha posibilidad de salir después a pasear).