Entrevista | Josep Maria Fericgla Antropólogo y psicoterapeuta

"Si el 10% de la gente fuera capaz de estar media hora al día sin hacer nada, cambiábamos la Humanidad"

La auténtica pandemia es la depresión y no se arregla con fármacos. Tiene un padre y una madre: soledad y presión social

La humanidad es un grupo de caballos hacia el abismo sin querer parar ni que nadie los pueda frenar

Entrevista a Josep Maria Fericgla, escritor, investigador y especialista en Antropología, Etnopsicología, Estados expandidos de consciencia y chamanismos.

Entrevista a Josep Maria Fericgla, escritor, investigador y especialista en Antropología, Etnopsicología, Estados expandidos de consciencia y chamanismos. / Jordi Cotrina

Fidel Masreal

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Josep Maria Fercigla, licenciado en Geografía e Historia y Doctor en Antropología cultural por la Universitat de Barcelona (UB), es especialista en estados alterados de conciencia, plantea una reflexión: la necesidad de recuperar los ritos iniciáticos, la comunidad y la necesidad de no hacer nada. Sus opiniones sobre la profesión médica son polémicas y discutibles. Pero su aportación al debate es digna de ser escuchada.

-Usted insiste mucho en la idea de comunidad. El pensador coreano Byung Chul Han reclama la recuperación de los rituales, compartir tiempo juntos alrededor de la hoguera...

-Es así. Nos hace falta, como el aire que respiramos, recuperar comunidades. No hablo de vínculos como apretar el 'like' sino de comunidades de verdad.

Nos hace falta, como el aire que respiramos, recuperar comunidades

-Esto, llevado a la salud mental, se relaciona con la búsqueda interior y la comunidad...

-La auténtica pandemia no son los virus sino la depresión. Y no se arregla con fármacos. Tiene un padre y una madre: la soledad y la presión social.

-Decir que no a toda farmacología no es arriesgado?

-Es que los efectos secundarios de los antidepresivos son tan bestias...

-Pero hay depresiones graves...

-Yo no soy nadie para decir que sí o que no a la medicación, pero a estas personas las invito que suban al campus que dirijo en Can Benet y que estén en la naturaleza.

-Usted es muy crítico con los libros de autoayuda...

-Todo esto de 'cambia, transforma' es una payasada. No hay nada que cambiar. El único cambio real es aceptarse a sí mismo. Y no en un sentido de autocomplacencia ni narcisismo. Es muy difícil aceptarse a sí mismo.

Todo esto de 'cambia, transforma' es una payasada. No hay nada que cambiar. El único cambio real es aceptarse a sí mismo

-A veces cuesta toda una vida aceptarse...

-Exacto. Un amigo me dijo recientemente: ahora he entendido lo que me decías con lo de aceptarse; no es cambiar de actitud, sino aceptarse cuando estás de buen humor y de mal humor, eufórico y depresivo... aceptarse a uno mismo con las reacciones que sean, sin quererlas cambiar, porque entonces lo estamos tapando.

-La literatura psicológica del 'transfórmate' puede generar más ansiedad...

-Acéptate a ti mismo y a partir de aquí empieza a trabajar, porque no es fácil.

-¿Hasta que no nos pegamos una hostia en la vida, no empezamos esta tarea introspectiva?

-No es que haga falta una hostia. Hace falta que se rompa de alguna manera la estructura cognitiva de los valores infectos que tenemos, de producir, consumir, demostrar lo que tengo... Al pasar por una experiencia de expansión la conciencia, se descubre la realidad detrás de la realidad.

Hace falta que se rompa la estructura cognitiva de los valores infectos que tenemos, de producir, consumir

-¿Cómo ve el futuro, hacia donde vamos?

-Hacia el desastre. La imagen que tengo de la humanidad es un grupo de caballos galopando., hacia el abismo sin que nadie los pueda parar. Ni ellos quieren parar. Estamos al final de una era, y los finales de era son así, violentos, desordenados, sin espiritualidad, ni disciplina ni límites claros en nada, ni en el sexo.

-¿Qué vendrá después?

-Sospecho que otra época de esclavitud dura. No con cadenas sino con pantallas, con inteligencia artificial. Lo digo con pánico y tristeza porque tengo hijos. Ello convivirá con pequeños núcleos de gente que está cultivando semillas, gente que se aparta de esto, que no pasa el día mirando TikTok.

-Para entrar en contacto con la dimensión espiritual y con la conciencia que usted reivindica, ¿Qué hay que hacer?

-Hay que dejar de hacer. Una opción sería irse a vivir a la selva. Otra, estar menos ocupados. Tenemos pánico a estar desocupados. Estar en contacto con uno mismo implica estar en silencio.

Tenemos pánico a estar desocupados. Estar en contacto con uno mismo implica estar en silencio

No hacer nada. Pero no se trata de no hacer nada mirando la televisión. Si el 10% de la gente, aquí en Occidente, fuera capaz de estar media hora al día sentada sin hacer nada, cambiábamos la Humanidad.

-Sin hacer nada, ni meditando...

-No, sin hacer nada. Badant, como decimos en catalán. En Estados Unidos, en la Universidad de Colorado [fue en Virgina y Harvard, en el 2014] estudiaron cuánto tiempo los estudiantes de psicología podían estar sin hacer nada. Si se agobiaban, apretaban un botón, recibían una descarga eléctrica y podían levantarse o ponerse música. El 75% prefirieron la descarga [fueron dos tercios, que prefirieron la descarga -leve- sin más]. ¡Ni quince minutos pueden estar quietos! La solución pasa por estar quietos, un ratito cada día. Y las cosas se hacen con más calma. Debemos aprender a no estar todo el día ocupados o preocupados. El déficit de atención de los niños es por esto, porque nadie les presta atención real. Los niños pequeños necesitan la atención de los padres, porque el déficit de atención por parte de los adultos genera lo mismo que el déficit de comida o agua.