Cómo acompañar a quien sufre

Rompamos el tabú: navidades y salud mental

Para personas con trastornos alimentarios, adicción al alcohol, depresiones severas o fobia social, las navidades pueden suponer un momento crítico

La salud mental también puede fluctuar ¿Cómo saberlo, entonces? Hay que comunicarse más

Navidad, un período emocionalmente intenso.

Navidad, un período emocionalmente intenso. / AdobeStock

Ariadna Rogero

Ariadna Rogero

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La Navidad puede ser un momento sensible para mucha gente. Reencontrarnos con personas a las que apenas vemos una vez al año, o, al contrario, echar en falta a las que ya no están, puede hacer aflorar las emociones más escondidas. Si algunos médicos aconsejan no dejar los antidepresivos durante las fiestas por algún motivo tiene que ser. Las personas a las que queremos pueden darnos muchas alegrías y ser, a su vez, ser fuente de conflictos intensos.

En medio de la dictadura de la felicidad, hay quien convive con un sufrimiento invisible

Es importante tener presente que, en medio de la dictadura de la felicidad, hay quien convive con un sufrimiento invisible. Para personas con trastornos alimentarios, adicción al alcohol, depresiones severas o fobia social, por poner algunos ejemplos, las navidades pueden suponer un momento crítico. Y no es que quieran arruinarte las fiestas, esto no va de ti.

Seguramente, en cada grupo de amistades, familia, o cena de empresa, haya alguien que no pase por un buen momento. En los casos más extremos, también en Navidad, hay quien puede tener pensamientos de poner punto final a su vida. Para otra gente, en cambio, puede ser un tiempo de reposo y reflexión necesario para curarse. De reencuentros esperados, cuidado y divertimento. ¿Cómo lo encajamos? 

¿Sabemos cómo acompañarnos?

Para empezar, hay que ser consciente de que la salud mental es un privilegio y cuando alguien no está bien, no es culpa suya, hay muchos factores que intervienen. A menudo no es sencillo, pero tampoco tenemos suficiente cultura de la salud mental para sostener según qué conversaciones. Es muy fácil, con la mejor de las intenciones, decir lo que no toca, que se haga un silencio incómodo o tirar de tópico.

No es que quieran arruinarte las fiestas, esto no va de ti

Hay que tener presente que muchísima gente, para evitarse problemas, ha aprendido a fingir. En salud mental se le llama auto estigma cuando, consciente o inconscientemente, escondemos lo que nos pasa. Ocultarse puede ser un recurso válido para seguir formando parte de una sociedad que, si estás mal te señala, te excluye o te discrimina. En el mejor de los casos, te da prisa para que vuelvas a la “normalidad” lo antes posible. ‘Hay que pasar página’, tienen que oír quiénes hacen un duelo.  

Muchísima gente, para evitarse problemas, ha aprendido a fingir

Aún hay quien cree que cuando alguien no está bien de salud mental es porque quiere o porque no se esfuerza, es débil o incapaz de gestionar los problemas de forma “madura”. Aun no tenemos claro qué es la salud mental, ni qué podemos esperar de quienes sufren.

Pondré un ejemplo reciente: Una fotógrafa de prensa retrataba una chica de 20 años, activista de Obertament, que ha tenido varios diagnósticos de salud mental. La entrevista era sobre soledad no deseada y se le pidió, expresamente para la foto, que dejara de sonreír. La activista, obviamente, no se lo tomó bien. ¿Quién decide cómo hay que exteriorizar el sufrimiento?

¿Cómo saberlo, entonces? Hay que comunicarse más

Hay una norma no escrita que dice que, si estamos pasando por una experiencia dolorosa, tenemos que manifestarlo con el tono dramático que corresponde. Si no mostramos un gesto triste o afectado, perderemos credibilidad. Y esto no solo aplica en la narrativa de los medios de comunicación, sino que forma parte de los prejuicios que hay a nuestro alrededor.

El estereotipo despista, la comunicación acerca

Es un mito creer que la persona que sufre de malestar psíquico o emocional tiene que manifestarlo de una manera concreta y encajar en el cliché. Esta falsa creencia impide entender que el estado emocional de las persones raramente es un contenedor estanco, previsible y bien definido.

El estado emocional de las persones raramente es un contenedor estanco, previsible y bien definido

Tampoco acostumbra a ser dual: estoy bien o estoy mal. Ni constante: estoy siempre igual de bien o siempre igual de mal. La salud mental también puede fluctuar, experimentar matices y variaciones según cada cual. ¿Cómo saberlo, entonces? Hay que comunicarse más.

Ariadna Rogero. Responsable de medios y activismo en Obertament.