Psicología
La rutina que ayuda a combatir la depresión de manera natural
Algunos hábitos nos ayudan a combatir la depresión

Combatir la depresión de manera natural / 123RF


Ángel Rull
Ángel RullLicenciado en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, con más de 10 años de experiencia en el ámbito de la Psicología Sanitaria, tanto en clínica con población general, como en hospitales, con patologías más severas. Desde 2017, trabajo diariamente con personas de diferentes edades y con una amplio abanico de problemas de manera online, rompiendo las barreras físicas de la terapia convencional.
La depresión es un trastorno del estado de ánimo que va más allá de la tristeza pasajera o el malestar ocasional. Se trata de una condición compleja que afecta tanto a nivel emocional como físico, generando un impacto significativo en la calidad de vida de quien la padece. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo, y puede presentarse en distintas formas y grados de severidad.
A nivel emocional, la depresión se caracteriza por una sensación persistente de tristeza, vacío o desesperanza. Estas emociones suelen ir acompañadas de una pérdida de interés en actividades que anteriormente resultaban placenteras. Las personas con depresión pueden sentir que su vida carece de propósito o significado, lo que a menudo contribuye a un ciclo de pensamientos negativos difíciles de romper.
Desde una perspectiva física, la depresión también se manifiesta a través de síntomas como fatiga constante, alteraciones en el sueño (ya sea insomnio o hipersomnia) y cambios en el apetito. Estos síntomas físicos no son solo un reflejo del malestar emocional, sino que también agravan la sensación de agotamiento y desesperanza, creando una espiral que puede ser difícil de detener.
Es importante destacar que la depresión no discrimina por edad, género o contexto social. Puede afectar a cualquier persona en cualquier momento de su vida. Aunque sus causas son multifactoriales, incluyendo predisposición genética, experiencias traumáticas y desequilibrios químicos en el cerebro, el entorno y los hábitos cotidianos también juegan un papel crucial en su desarrollo y manejo.
¿Cómo interfiere en la vida de quien la sufre?
La depresión no solo afecta a la persona en su interior, sino que también tiene un impacto significativo en su entorno y en las actividades diarias. Las relaciones interpersonales, el desempeño laboral y la capacidad para disfrutar de los momentos cotidianos se ven profundamente alterados. Quien vive con depresión puede sentir que cada aspecto de su vida se convierte en una carga pesada y difícil de sobrellevar.
En el ámbito personal, la depresión a menudo genera aislamiento. Las personas que la padecen pueden evitar el contacto social debido al agotamiento emocional y la sensación de no ser comprendidas. Esta desconexión puede alimentar la soledad, un factor que, a su vez, intensifica los sentimientos de tristeza y vacío.
En el entorno laboral, la depresión puede traducirse en una disminución del rendimiento, falta de concentración y absentismo. Las tareas que antes resultaban sencillas pueden convertirse en un reto significativo. Esto no solo genera frustración personal, sino que también puede llevar a conflictos con compañeros o superiores, lo que agrava aún más la situación.
En la vida diaria, la depresión afecta la capacidad de disfrutar de actividades cotidianas. Desde el simple hecho de levantarse de la cama hasta la participación en hobbies o actividades recreativas, todo puede sentirse como un esfuerzo monumental. Este impacto global en el día a día subraya la importancia de entender la depresión como un trastorno que va más allá de la tristeza, afectando todos los aspectos de la vida.
¿Nuestros hábitos pueden combatir la depresión?
Si bien la depresión tiene causas complejas y multifactoriales, existe evidencia de que ciertos hábitos y rutinas pueden influir positivamente en su manejo. Los hábitos diarios no solo moldean nuestro bienestar físico, sino que también afectan directamente nuestra salud mental. Incorporar prácticas que fomenten un estilo de vida equilibrado puede contribuir significativamente a reducir los síntomas de la depresión.
Uno de los hábitos más beneficiosos es la actividad física regular. Numerosos estudios han demostrado que el ejercicio tiene un efecto positivo en la química del cerebro, aumentando la producción de endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad. Además, el ejercicio contribuye a regular el sueño y a mejorar la autoestima, factores que pueden ayudar a contrarrestar los síntomas depresivos.
Otro hábito clave es la alimentación equilibrada. Lo que comemos no solo impacta nuestra salud física, sino que también influye en nuestro estado de ánimo. Una dieta rica en nutrientes esenciales, como omega-3, antioxidantes y vitaminas del complejo B, puede promover un mejor equilibrio químico en el cerebro. Por el contrario, el consumo excesivo de azúcares y alimentos ultraprocesados puede empeorar los síntomas de la depresión.
El sueño también juega un papel crucial. Establecer una rutina de sueño regular ayuda a mantener el equilibrio emocional y físico. La privación del sueño puede exacerbar la fatiga, la irritabilidad y los pensamientos negativos, mientras que un buen descanso contribuye a la resiliencia emocional y al bienestar general. Pequeños ajustes en los hábitos diarios pueden marcar una diferencia significativa en cómo se maneja la depresión.
La rutina que ayuda a combatir la depresión de manera natural
Si bien no existe una fórmula única para todos, hay ciertos elementos clave que pueden integrarse en una rutina diaria para ayudar a combatir la depresión de manera natural. La clave es crear un equilibrio entre actividades que promuevan el bienestar físico y emocional, sin imponerse expectativas poco realistas que generen frustración.
Esto es lo que deben integrar en tu rutina diaria:
1. Comenzar el día con propósito
Dedicar los primeros minutos del día a establecer una intención o practicar ejercicios de respiración puede ayudar a empezar con una mentalidad más positiva. Levantarse a la misma hora todos los días, abrir las cortinas para dejar entrar la luz natural y tomar un desayuno nutritivo son pequeños pasos que generan un impacto acumulativo en el estado de ánimo.
2. Incorporar actividad física
No es necesario realizar entrenamientos intensos para beneficiarse del ejercicio. Caminatas al aire libre, yoga o incluso bailar al ritmo de música favorita pueden ser formas efectivas de activar el cuerpo y la mente. La exposición a la luz solar durante estas actividades también ayuda a regular los ritmos circadianos y a mejorar la producción de vitamina D, ambos factores clave para el bienestar emocional.
3. Crear momentos de conexión y disfrute
Dedicar tiempo a actividades que generen alegría o satisfacción, como leer, pintar o cocinar, puede ser terapéutico y combatir la depresión. Igualmente, establecer conexiones con otras personas, ya sea compartiendo una comida en familia o teniendo una conversación con amistades, aporta un sentido de pertenencia y apoyo emocional.
La clave de esta rutina no radica en seguir un esquema rígido, sino en adaptar estas prácticas a las necesidades y preferencias de cada persona. La constancia en pequeños hábitos puede generar cambios significativos a largo plazo, promoviendo una vida más equilibrada y con mayor bienestar emocional.
* Ángel Rull, psicólogo.
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