Danza y salud mental | Montse Colomé Pujol Coreógrafa y bailarina

"La danza transforma vidas psicológicamente"

"Con el baile, una mujer que había sufrido acoso pasó de ser mujer objeto a ser mujer sujeto"

El pare Abat de Montserrat dijo: 'intentaré hacer bailar a mi comunidad cada día'

Montse Colomé, en la sede de AISGE (Artistas Intérpretes, Entidad de Gestión de Derechos de Propiedad Intelectual) de Barcelona.

JORDI COTRINA

Fidel Masreal

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Montse Colomé Pujol lleva bailando desde los cinco años. Bailarina, coreógrafa, su verdadera vocación era el trabajo social pero su familia -al contrario de lo que es habitual- la animó a seguir en el mundo artístico. Era una familia donde la música y el baile han formado parte del día a día. Montse ha recorrido todo el mundo con sus coreografías y recoge en 'Celebration' sesenta años de movimiento, con un mensaje rotundo: bailar cambia la vida.

-En el espectáculo recomiendas que todos bailemos diez minutos cada día

-He sido maestra durante años y esto lo sé: he visto siempre en las clases a personas que buscan en la danza otra manera de socializar. He visto a alumnas a las que claramente les hacía un gran bien, por diferentes cuestiones. Algunas de ellas se han quedado en mi vida, porque me tienen como representación de la danza y la danza ha sido su salvación.

-Ponme un ejemplo

-Hablamos de personas con movilidad complicada y a las que los médicos les recomiendan ejercicios. De repente, en una clase de danza la música y el movimiento te hace ir a otros lugares que con la palabra no llegas.

Hay mucha gente con timidez a la que la danza le ha dado herramientas para decir que 'mi cuerpo existe y lo quiero trabajar

Y se mueven desde ellas mismas. Lo he vivido y es muy gratificante. La danza por sí misma transforma, básicamente psicológicamente. Hay mucha gente con timidez a la que la danza le ha dado herramientas para decir que 'mi cuerpo existe y lo quiero trabajar para poderme expresar'.

-¿En qué espectáculos has vivido esta experiencia?

-Este otoño presenté en Temporada Alta una pieza sobre violencia hacia las mujeres, una explicaba que había sufrido acoso escolar desde pequeña y la danza le hizo reencontrar su cuerpo y decía algo muy bonito: había pasado de ser un cuerpo objeto a un cuerpo sujeto. Y lo hizo bailando danza hindú, que son movimientos muy sensuales, y dijo que la danza la cambió. Me emocionó mucho. Es uno de los momentos más bonitos del espectáculo.

Barcelona 07.11.2024 Sociedad Montse Colomé, bailarina y coreógrafa fotografiada en el patio de la Associació d'Intèrprets. Fotografía de Jordi Cotrina

Montse Colomé, bailarina y coreógrafa. / JORDI COTRINA

-Has trabajado también con personas con trastornos mentales

-Vinieron a La Caldera, el centro de creación de Les Corts, a proponer una actividad de movimiento y danza con personas con trastornos. Hicimos clases enfocadas a salir a escena. Fue enriquecedor. Nunca hablamos de cuál era su problema, no me hizo falta. Vi que el cuerpo a veces reaccionaba tarde, como si su medicación los tuviera amortiguados, pero el movimiento les iba muy bien.

El cuerpo a veces reaccionaba tarde, como si su medicación los tuviera amortiguados, pero el movimiento les iba muy bien

La música es como si estuviera distante, para ellos. Curiosamente, miraban el reloj, y estaban pendientes de la hora de la medicación. Me sorprendió esta dependencia y una manera de actuar muy metódica. Me pareció que faltaba algo de libertad. Costó, pero lo conseguimos.

-Que la danza es terapéutica parece evidente...

-Tengo un amigo que ha sufrido un accidente grave y ha estado en la Clínica Guttman y al salir me ha dicho que le gustaría hacer un trabajo de la danza para mejorar la terapia física. No estaría mal que la danza incidiera ahí. Quizás presentamos un proyecto a la Guttman.

-¿Por qué nos cuesta tanto movernos?

-En Catalunya nos cuesta. La sardana, por ejemplo, es una danza inventada, se decidió crear desde la cabeza y esto nos ha marcado mucho.

Somos un pueblo de musculatura apretada. Nos cuesta, hay demasiado 'seny'.

Si no la sabes repartir no la sabes bailar correctamente, y una danza que no puedas bailar espontáneamente es un problema. Somos un pueblo de musculatura apretada. Nos cuesta, hay demasiado 'seny'.

-¿Qué pasa cuando bailas en casa sin pensar?

-Te dejas llevar por la música y lo que te da la música a tu cuerpo, sin juicios. Cuando oigo decir 'no sé bailar' digo que no, que todos sabemos bailar, yo bailo incluso con el sonido de la lavadora. Conozco personas mayores que lo hacen, en casa. A los jóvenes les cuesta más. Insisto: el movimiento genera cosas, el problema es que a veces queremos saber demasiado qué genera. No hace falta saberlo exactamente. Es una cuestión de dejarse llevar y ver qué te hace sentir.

-En 'Celebration' reivindicas los cuerpos no normativos en la danza

-Cuando yo estudiaba, tenías que ser de una manera. A mí la profesora dado que soy pequeña, siempre me hacía bailar solos. Pero cuando estuve en una escuela afroamericana de danza, en Estados Unidos, vi que había cuerpos distintos, que estaban todos mezclados, y perdí el complejo.

Lo bueno sería que cada cual halle su manera, porque no hay una única verdad.

Allí no se fijaban tanto en la constitución física sino en lo que tú podías aportar. Hay personas con una manera de bailar con una genuinidad que es la que los hace diferentes. Lo bueno sería que cada cual halle su manera, porque no hay una única verdad.

-Te han dado el premio Serra d'Or de artes escénicas...

-Sí, y en mi intervención dije lo de bailar cada día. Lo que más me sorprendió es que el pare Abat de Montserrat, en el discurso de clausura dijo: 'De hoy me llevo un reto difícil, intentaré hacer bailar a mi comunidad cada día'.

-¿Me estás diciendo que en Montserrat los 'escolanets' bailan cada día?

-¡El pare Abad lo dijo!