Entrevista | Jaume Funes Psicólogo y educador

"La reivindicación de la complejidad es también una lucha contra el cerebro"

"Cada vez hay más agujeros por la obsesión de tener explicaciones simples y no tener que pensar"

"Siempre atribuimos el problema a lo que no lo es, como que los adolescentes tienen la culpa de todo"

Jaume Funes, en Barcelona.

Jaume Funes, en Barcelona. / Jordi Cotrina

Fidel Masreal

Fidel Masreal

Barcelona
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Jaume Funes publica un libro políticamente incorrecto sobre el debate entre entre humanismo y tecnologías. 'El humanismo en tiempos digitales' nos lleva a terrenos como el de la salud mental y las pantallas, la educación, los adolescentes, los valores predominantes y la reivindicación de la complejidad.

-¿Qué le ha movido a escribir sobre humanismo y digitalización?

-Es una desesperación eterna: siempre atribuimos el problema a lo que no lo es. Como con los adolescentes, que siempre tienen la culpa de todo. Y ahora estamos con lo de si instauramos censura a ciertos artefactos... lo cual puede ser razonable, pero siempre lo manifiesta el mundo adulto que no quiere entrar en el fondo del problema, porque es difícil de responder y obliga a pensar. Esto de prohibir la tecnología es como el alcohol: ¿Algún parlamentario esperó a los 18 años para beber alcohol?

Esto de prohibir la tecnología es como el alcohol: ¿Algún parlamentario esperó a los 18 años para beber alcohol?

-Sobre jóvenes, móviles y salud mental, ¿El problema es el smartphone o conflictos subyacentes?

-Los procesos de dependencia, aparte de las dependencias químicas, tienen que ver con situaciones, personalidades, momentos... Y respecto a la idea de que la infancia no debe aproximarse a una pantalla ¿De qué mundo hablan? ¿Ustedes se han de preocupar de que el niño no se acerque a una pantalla o de que tenga el derecho a una persona que les acompañe a descubrir la vida? ¡Este debate de ahora ya lo tuvimos con la televisión!

¿El problema de los jóvenes son las horas que estan en la pantalla o que pasan a no razonar?

-Respecto a la Inteligencia Artificial, afirma que nos podrá sustituir el día que dejemos de imaginar un mundo diferente, porque el ser humano es "imaginar y construir belleza"...

-La inteligencia siempre genera cosas nuevas sobre lo que ya está imaginado, por tanto, nuestro deber es imaginar el contrario de lo que la máquina imagina.

-Dicho de forma exagerada, si el mundo estuviera impregnado de solidaridad, los algoritmos...

-Serían solidarios (ríe).

Nuestro deber es imaginar el contrario de lo que la máquina imagina

-"Nos pilla la tecnología ya deshumanizados", sostiene. Suena pesimista.

-La idea de deshumanizados viene de un mundo en el que todo es igual, en el que el otro no existe, en el que el ser humano ya no es un valor y hemos convertido las vidas humanas en negocio y damos por bueno que puedes explotar y destruir ¿El problema de los jóvenes son las horas que están en la pantalla o que pasan a no razonar? Acabamos privando al ser humano del valor de la duda. Es que cansa mucho pararse a pensar cada día y decimos 'a la mierda, que piense la máquina'.

Las innovaciones tecnológicas no están al servicio de la condición humana, pero podrían estarlo

-Usted se pregunta si las innovaciones tecnológicas pueden estar al servicio de la condición humana...

-Objetivamente, creo que no. Pero podrían estarlo. ¿Reclamaremos el derecho del adolescente a construir su identidad digital sin que se la construya la industria? Una de las luchas que deberían tener los políticos progresistas es volver a dar el poder a las personas para usar esto de otro modo. Las redes como comunidad son un gran invento.

-Sostiene en el texto que "ocultamos el habernos quedado sin saber con qué valores podemos o no podemos ser humanos"

-Los adultos dicen que los jóvenes no tienen valores. Si un adolescente no tiene valores es que sus adultos no los tienen. ¿Por qué no nos preguntamos cómo se expresan ahora estos valores? En el mundo político y del poder económico parece que se haga un proceso para aprender a mentir.

-¿Estamos a tiempo de reaccionar?

- El futuro siempre se puede escribir. En este momento no se puede escribir porque demasiada gente hace que las máquinas le predigan el futuro. Tenemos la obligación de construir el futuro, no de esperar que alguien decida cómo será el futuro.

-"Necesitamos construir cultura que llene los grandes agujeros que con la desaparición o la crisis de sentidos antiguos produce la sociedad digital": ¿Qué quiere decir con esto de los agujeros?

-Cada vez hay más agujeros producidos por la obsesión humana de tener explicaciones simples para no tener que pensar y no sufrir. Una parte del mundo científico vende a la gente la idea de qué correlación es igual a causa.

-Es lo que plantean autores como Haidt, superventas, que sostienen que el consumo de pantallas y redes sociales es la causa del aumento de los trastornos juveniles?

-Se habla del riesgo mirar pantallas hasta los tres años ¿Por qué esta edad? Todo menor tiene derecho a tener una persona que le lee el cuento, o mirar la pantalla y descubrir que hay música, que puede encontrar a otro personaje. No le pasará nada si la madre le ayuda a entender el mundo que hay detrás de la pantalla.

En lugar de amenazar, intentemos descubrir cómo afecta al desarrollo infantil el mundo digital

La simplificación también se aplica a este tema. Haced el favor de observar la vida de los niños y descubrir cómo está cambiando. Seamos serios e intentemos descubrir cómo afecta al desarrollo infantil estar inmersos en el mundo digital. Este es el reto, en lugar de amenazar sobre los problemas. Si estás en el agua, aprende a nadar. Cuando prohíbes una tecnología, lo primero que harás es agudizar desigualdades sociales.

-Reflexionas sobre cómo la tecnología nos puede permitir concentrarnos en lo importante...

-Si un estudiante de Bachillerato no usa la Inteligencia Artificial para su trabajo de investigación es estúpido. Y nos obsesionamos con qué no lo haga. El problema debería ser qué preguntas se ha hecho, qué buscaba, a qué conclusiones diversas ha llegado, cuál sería la síntesis...

-¿Qué opina de la idea de que tecnología binaria, simplista, es del agrado del cerebro?

-La reivindicación de la complejidad y la cultura es también una lucha contra el propio placer del cerebro. Las neuronas si pueden funcionar con un solo input, no les compliques la vida. Serás más feliz pero serás más estúpido, porque el cerebro se desarrolla en función de lo que está viviendo.

¿Usted qué quiere, aprender más y a veces sentirse infeliz o sentirse feliz y no entender nada?

Esta es la discusión: ¿Usted qué quiere, aprender más y a veces sentirse infeliz o sentirse feliz y no entender nada? Dado que vivimos en un mundo de sistemas interconectados, no querer tener esta complejidad es una renuncia excesiva, pero nos es más fácil decir que la causa es esta y el remedio este otro.

-¿Dónde aprendemos a ser personas?

-Esta pregunta es la clave del libro. No hay ningún desarrollo automático, se debe garantizar que las personas que dependen de usted se convierten en personas, no en consumidores... Mensaje para el pediatra, el maestro, la madre o el padre: cuando piensen en cómo le gustaría que fuera su hijo o alumno, piensen en cómo ayudarlo a colocar lo que lo hace persona, a descubrir, a tener ganas de saber, a estar en compañía de otros... La pregunta retórica es: ¿Ustedes no saben que las personas no vienen montadas de serie?

Se debe garantizar que las personas que dependen de usted se convierten en personas, no en consumidores

-La pantalla como causa de los problemas de salud mental... ¿Es una tesis que usted comparta?

-Para muchas personas milagrosamente puede ser una ayuda. Personas a las que nadie escucharía pueden hallar algo así como un reflejo de sí mismas en la pantalla. No hablamos de pantallas, sino de cómo son las vidas solas.

Para muchas personas la tecnología milagrosamente puede ser una ayuda

-Y añade en el libro: "Cuando se relacionan el mundo digital con la pérdida de la salud mental olvidan que las pantallas llenan vacíos y que suprimirlos, sin alternativas, puede conducir a sentir más todavía el vacío de la propia existencia"

-Cuando yo empezaba, el problema eran los chavales en la calle, luego las salas de máquinas, después la tele... ¿Pero usted qué ofrece a estas vidas? Sé que este discurso no es políticamente correcto. Soy un adolescente de 77 años que trabajaba en la calle en 1974. Uno ha de inventar discursos que sean útiles a las personas, no intentar que las personas se coloquen en mi discurso.