Psicología

"¿Soy el adulto que quería ser?": Ocho claves para hacer autoevaluación

En nuestra infancia y adolescencia marcamos cómo queremos que sea nuestro futuro

¿Soy el adulto que quería ser?

¿Soy el adulto que quería ser? / 123RF

Ángel Rull

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La autoevaluación es una buena herramienta que nos permite reflexionar sobre nuestro crecimiento personal y nuestras decisiones de vida. A lo largo de los años, es común que nos preguntemos si hemos llegado a ser la persona que alguna vez imaginamos. Este proceso de introspección puede ayudarnos a identificar áreas en las que hemos crecido, así como aspectos que quizás hemos descuidado.

Por eso, debemos explorar las ocho claves para hacer una autoevaluación efectiva y determinar si estamos en el camino de convertirnos en el adulto que queríamos ser.

1. Reflexiona sobre tus valores y principios

Uno de los primeros pasos para realizar una autoevaluación es reflexionar sobre tus valores y principios. ¿Cuáles son las creencias fundamentales que guían tu vida? Estos valores pueden incluir la honestidad, la integridad, la empatía, el respeto, entre otros. Es importante preguntarse si tus acciones y decisiones diarias están alineadas con estos principios.

Una vez que has identificado tus valores, la siguiente pregunta es: ¿Estás viviendo de acuerdo con ellos? Por ejemplo, si valoras la honestidad, ¿eres honesta en tus relaciones personales y profesionales? Si la respuesta es negativa, esto podría ser una señal de que no estás viviendo de acuerdo con los principios que consideras importantes, lo que puede generar insatisfacción personal.

2. Evalúa tus logros y metas

Todos tenemos metas y sueños que queremos alcanzar. Al hacer una autoevaluación, es esencial reflexionar sobre los logros que has conseguido hasta ahora. ¿Cuáles eran tus metas cuando eras más joven? ¿Has alcanzado alguna de ellas? Reconocer tus logros es importante, ya que te permite ver cuánto has avanzado y te motiva a seguir creciendo.

Por otro lado, también es útil identificar las metas que aún no has alcanzado. Pregúntate si estas metas siguen siendo relevantes para ti o si han cambiado con el tiempo. A veces, las prioridades cambian y eso está bien. Lo importante es ser consciente de estos cambios y ajustar tus objetivos de acuerdo con ellos.

3. Analiza tus relaciones personales

Las relaciones personales son un reflejo importante de quiénes somos. Durante una autoevaluación, es útil analizar la calidad de tus relaciones con familiares, amigos y compañeros. ¿Estás rodeado de personas que te apoyan y te hacen sentir valorado? ¿Cultivas relaciones que son saludables y significativas?

También es importante identificar si hay relaciones tóxicas en tu vida. Estas relaciones pueden ser una fuente de estrés y malestar, impidiéndote alcanzar la felicidad y la paz interior. Si descubres que algunas relaciones están teniendo un impacto negativo en tu bienestar, podría ser momento de reevaluarlas y considerar tomar medidas para protegerte emocionalmente.

4. Examina tu desarrollo profesional

El trabajo es una parte importante de nuestras vidas, y sentirnos realizados en nuestra carrera es clave para ser el adulto que queríamos ser. Al hacer una autoevaluación, pregúntate si estás satisfecho con tu desarrollo profesional. ¿Te sientes valorada en tu trabajo? ¿Estás haciendo lo que amas o te sientes atrapada en una carrera que no te apasiona?

Además de la satisfacción actual, también es importante considerar las oportunidades de crecimiento en tu carrera. ¿Estás aprendiendo y desarrollándote constantemente? Si sientes que tu carrera se ha estancado, podría ser el momento de buscar nuevas oportunidades, adquirir nuevas habilidades o incluso considerar un cambio de rumbo profesional.

5. Considera tu bienestar físico y mental

El bienestar físico y mental es esencial para llevar una vida plena. ¿Estás cuidando de tu salud física mediante una alimentación equilibrada, ejercicio regular y descanso adecuado? Además, ¿cómo manejas el estrés y las emociones negativas? El cuidado personal no es un lujo, sino una necesidad para ser el mejor adulto que puedes ser.

Mantener un equilibrio entre el trabajo, la vida personal y el autocuidado es clave para tu bienestar general. Si descuidas tu salud física o mental, es probable que experimentes agotamiento, ansiedad o depresión, lo que puede afectar negativamente todas las áreas de tu vida. Reflexiona sobre las áreas en las que podrías mejorar tu autocuidado y haz los ajustes necesarios.

6. Revisa tus hábitos y rutinas diarias

Los hábitos que desarrollamos a lo largo del tiempo tienen un impacto significativo en nuestra vida diaria. Al hacer una autoevaluación, considera si tus hábitos actuales están contribuyendo positivamente a tu bienestar y al logro de tus metas. Por ejemplo, ¿tienes hábitos saludables como leer, hacer ejercicio o meditar regularmente?

Por otro lado, también es importante identificar los hábitos que pueden estar obstaculizando tu crecimiento personal. Estos pueden incluir hábitos como la procrastinación, el consumo excesivo de redes sociales o el descuido de tus responsabilidades. Identificar estos hábitos negativos es el primer paso para cambiarlos y adoptar prácticas más constructivas.

7. Reflexiona sobre tu impacto en los demás

Parte de ser el adulto que querías ser implica considerar el impacto que tienes en los demás. ¿Estás contribuyendo positivamente a la vida de quienes te rodean? ¿Te esfuerzas por ser una buena persona, un buen amigo, un buen compañero o un buen líder? Reflexionar sobre tu legado y la huella que estás dejando en los demás es crucial para tu crecimiento personal.

Además de tu impacto directo en las personas cercanas, también es útil considerar cómo contribuyes a la comunidad o a la sociedad en general. ¿Participas en actividades de voluntariado o en iniciativas que promuevan el bienestar común? Ser consciente de cómo tus acciones benefician a los demás puede brindarte una gran satisfacción personal y un sentido de propósito.

8. Evalúa tu felicidad y satisfacción general

Finalmente, la autoevaluación debe incluir una reflexión sobre tu nivel general de felicidad y satisfacción con la vida. ¿Te sientes feliz en tu día a día? ¿Estás satisfecha con las decisiones que has tomado y con la dirección en la que va tu vida? La felicidad no siempre es constante, pero es importante evaluar si, en general, te sientes contento con tu vida.

Si descubres que no estás tan feliz como quisieras, considera qué cambios podrías hacer para mejorar tu bienestar. Estos ajustes podrían incluir dedicar más tiempo a tus pasatiempos, mejorar tus relaciones, buscar nuevas oportunidades profesionales o incluso cambiar la perspectiva con la que enfrentas los problemas de la vida. Recuerda que la autoevaluación no es solo para identificar lo que no está funcionando, sino también para reconocer lo que sí lo está y hacer los ajustes necesarios para seguir creciendo.

La pregunta "¿Soy el adulto que quería ser?" es una invitación a la reflexión profunda y al crecimiento personal. Al utilizar estas ocho claves para hacer una autoevaluación, puedes obtener una visión más clara de dónde te encuentras en tu vida y qué cambios podrías hacer para acercarte más a la persona que deseas ser. La autoevaluación no es un proceso de autocrítica, sino una herramienta para el autoconocimiento y la mejora continua. Tomarse el tiempo para reflexionar sobre estos aspectos puede ayudarte a vivir una vida más auténtica, plena y alineada con tus verdaderos deseos y valores.

* Ángel Rull, psicólogo.