Cuidar al cuidador

Profesionales de emergencias admiten su vulnerabilidad y piden apoyo

"Rompamos el estigma de que podemos con todo", reclama un agente implicado

Disponer de un psicólogo no significa que se acabe acudiendo a él, pero genera tranquilidad a los agentes

Una noche de patrulla con la Guardia Urbana en Sants

Una noche de patrulla con la Guardia Urbana en Sants / MARC ASENSIO CLUPES

Fidel Masreal

Fidel Masreal

Barcelona
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Once. Once es el número de llamadas diarias que atiende la policía de Barcelona, la Guardia Urbana, relacionadas con intentos de suicidio. Y a eso hay que sumarle los casos de extrema gravedad en los que la Urbana, los servicios sociales, el SEM y otros especialistas se ponen en primera línea: intentos de desahucio, violencia machista, abandonos, maltrato familiar... Se trata de un trabajo al límite. Un error de apreciación puede ser fatal. La carga emocional de estas mujeres y hombres es altísima. Y la pregunta es obvia: ¿Quién cuida a quien nos salva? Un reciente debate en Barcelona, organizado por Després del suïcidi-associació de supervivents, ha servido para exponer con sinceridad que las repercusiones son duras y que se necesita más apoyo.

Uno de los casos más sonados tuvo lugar en Madrid. Sergio Tubío es un bombero especializado en este tipo de situaciones. Con una larga experiencia. Tras atender el caso de un menor de 16 años que falleció, sufrió un episodio de estrés postraumático. En las redes sociales fue bautizado de inmediato como "el traumatizado"

Yo aquí abiertamente lo digo, no puedo con todo y he intervenido en muchísimas crisis suicidas

Sergio Tubío

— Bombero especializado en crisis suicidas

Y ahora Tubío da la cara con un mensaje valiente: "Rompamos por favor el estigma de que podemos con todo, yo aquí abiertamente lo digo, no puedo con todo y he intervenido en muchísimas crisis suicidas. Creo que intervengo mejor desde mi vulnerabilidad porque si sé lo que me puede afectar sé como protegerme", describe. Protegerse, ¿cómo? Tubío habla de formación especializada, terapia psicológica y finalmente la aceptación de que "yo solo no puedo".

Cuando hay protocolos, los agentes no van

Andrés Cuartero, jefe de psicología del SEM, revela una cierta paradoja: cuando se establecen mecanismos de apoyo a los agentes, estos no acuden, excepto si el jefe establece la obligatoriedad o la necesidad de ello. Cuartero revela que en su organización se ha optado por la función peer to peer (el apoyo mutuo entre profesionales). ¿Cómo? Cada persona en primera fila nombra a dos personas que serán su personal de apoyo en la organización. Se firma un consentimiento informado. Y ese trabajo se remunera, con dinero o horas libres.

Es una situación excesivamente compleja, a la hora de intervenir

Alejandro Delgado

— Subinspector de la Guardia Urbana

Es un apoyo 24/7. "Los dos compañeros se convierten en soportadores", explica Cuartero, que espera poder trasladar esta prueba piloto a todos los intervinientes en situaciones similares. Además, clama porque se lleven a cabo estudios pormenorizados sobre el impacto de estas gestiones de crisis.

Un efecto devastador

Uno de los estudios que ya se ha llevado a cabo es el que hicieron 500 profesionales de psiquiatría en toda España. La media de suicidios de sus pacientes es de cuatro por cada profesional. Y todos admitieron que se trataba de "la experiencia más devastadora a nivel profesional, porque no se mueren, se nos mueren", como describe Víctor Pérez, psiquiatra de referencia internacional y director del Hospital del Mar. El riesgo, tras esta experiencia, es que el psiquiatra no quiera atender más este tipo de urgencias.

El riesgo de insensibilizarse

Una vez asumido que se trata de una intervención con consecuencias emocionales, el riesgo que los profesionales asumen como existente es que se genere una cierta insensibilidad para evitar sufrir más, que se "pase por encima" de los casos, según un especialista. Juani Soriano, directora territorial del Centro de Urgencias y Emergencias Sociales (CUESB) insiste en que "somos vulnerables por mucho uniforme que llevemos" y lanza una reflexión: "¿Tengo las herramientas suficientes, personales y de capacitación de mi organización para poder pedir ayuda si la necesito?". Para Soriano, es muy importante que los profesionales tengan una mirada abierta. Y lanza una hipótesis: "si no tienes un psicólogo 24 horas, malo, no te están cuidando; si lo tienes, parece que no se utiliza tanto, pero el hecho de saber que lo tienes tranquiliza".

Una cuestión vocacional

Otra cuestión en la que hay acuerdo entre los especialistas es que se trata de un trabajo vocacional. Pérez pone un ejemplo tomado de los Simpson, y en concreto del personaje de Lisa, la hija de Homer, superdotada y con altinteligenciaia emocional. "La gente como Lisa es la que buscamos los partidos políticos, los colegios, y cuando buscas a alguien para casarte...suele ser gente tremendamente vocacional, que se enfrenta a una situación que muchas veces es difícil; el sistema no está preparado para mejorar la resiliencia de estas Lisas que tenemos en el sistema, si tienen que atender 12 horas continuadas se van a quemar, me da miedo la gente que a base de rozar, se inmunicen sobre el sufrimiento ajeno y dejen de sufrir".

Me da miedo la gente que a base de rozar, se inmunicen sobre el sufrimiento ajeno y dejen de sufrir

Víctor Perez

— Psiquiatra, director del Hospital del Mar

Alejandro Delgado, agente de la Urbana, relata que tuvo que vivir muy de cerca un suicidio de un compañero joven. "Tengo que decir que es una situación excesivamente compleja, a la hora de intervenir, y afortunadamente hay mesas transversales en las que podemos ver diferentes perspectivas" pero aunque se ha avanzado en ello "quedan muchos grises". Delgado recuerda el riesgo añadido: los policías trabajan con un arma, que es una herramienta letal cuando son ellos los que desarrollan respuestas emocionales intensas.

La feminización como respuesta

Delgado subraya la importancia de la feminización de la Urbana, porque "ha servido para desmitificar al policía espartano, fuerte, porque el 90 por ciento de nuestras intervenciones se realizan con cabeza y corazón, con ejercicio empático, y, por tanto, hay que ir a una sensibilización constante de lo que es ponerse en situación de vulnerabilidad, nos toca la parte más oscura de la sociedad, que son las víctimas de un sistema...complicado". Y eso sucede con esas once llamadas de teléfono al día, con lo cual existen patrullas que trabajan en una sola tarde en dos o tres tentativas de suicidio. "Por tanto, sí, tenemos que luchar contra la desensibilización que se puede provocar", concluye.