Psicología

Niños y el estrés de la vuelta al cole: ocho pasos para gestionarlo

En septiembre llega el estrés de la vuelta al cole

El estrés de la vuelta al cole

El estrés de la vuelta al cole / 123RF

Ángel Rull

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El inicio del curso escolar es un período que, aunque esperado con entusiasmo por algunos, puede generar estrés en muchos niños y niñas. Este estrés se manifiesta como una respuesta natural del cuerpo y la mente ante el cambio y la adaptación a nuevas rutinas, expectativas académicas y sociales. Es un fenómeno común que afecta a la mayoría de los estudiantes en mayor o menor medida, y se caracteriza por sensaciones de tensión, preocupación y, en algunos casos, síntomas físicos como dolores de cabeza o estómago.

Este tipo de estrés no es exclusivo de los estudiantes, ya que también puede afectar a los padres y madres que se ven inmersos en la preparación para el regreso a clases. Sin embargo, nuestros hijos, debido a su desarrollo emocional y cognitivo, pueden experimentar estas emociones de manera más intensa o desbordante.

¿Por qué genera emociones negativas?

El regreso a clases, aunque puede ser un momento emocionante, también suele generar una serie de emociones negativas en niños y niñas. Este período de transición implica adaptarse a nuevas rutinas, enfrentar expectativas académicas, y reintegrarse en un entorno social que puede resultar complejo. La incertidumbre, el miedo a lo desconocido, la presión por el rendimiento académico y las dinámicas sociales complejas son factores que contribuyen a este malestar emocional. Comprender por qué la vuelta al cole puede ser fuente de ansiedad es fundamental para poder ofrecer el apoyo necesario y mitigar estas emociones negativas en los más pequeños.

Estas son las causas más frecuentes:

  • Incertidumbre y miedo a lo desconocido: la vuelta al cole puede representar un salto hacia lo desconocido. Nuevos profesores, compañeros, asignaturas y expectativas académicas pueden generar ansiedad. El miedo a no cumplir con las expectativas, a no encajar socialmente o a ser juzgados por sus compañeros puede ser fuente de preocupación.
  • Presión académica: con el inicio del curso, regresan las tareas, exámenes y responsabilidades académicas. La presión por obtener buenas calificaciones o simplemente por cumplir con las demandas escolares puede ser abrumadora, especialmente para aquellos que han tenido dificultades académicas en el pasado.
  • Cambios en la rutina: durante las vacaciones, los horarios y rutinas suelen ser más relajados. La vuelta al cole implica retomar horarios estrictos, madrugar y cumplir con obligaciones diarias. Estos cambios abruptos pueden ser difíciles de asimilar, provocando malestar y estrés.
  • Interacciones sociales: la dinámica social en la escuela puede ser complicada. Las relaciones con compañeros pueden generar conflictos, y la necesidad de pertenecer a un grupo puede ser una fuente constante de ansiedad. Además, las experiencias previas de acoso escolar o exclusión social pueden intensificar estos sentimientos.

¿Qué consecuencias tiene sino se gestiona?

No gestionar adecuadamente el estrés de la vuelta al cole en niños y niñas puede tener repercusiones profundas tanto en su bienestar emocional como en su desarrollo académico y social. Este tipo de estrés, si se prolonga y no se aborda de manera adecuada, puede manifestarse en una variedad de problemas que afectan su rendimiento escolar, su salud física y emocional, así como su comportamiento y relaciones interpersonales. Es crucial entender estas consecuencias para poder intervenir a tiempo y prevenir que estas dificultades se conviertan en problemas crónicos que afecten su calidad de vida a largo plazo.

Estas son las consecuencias principales:

  • Impacto en el rendimiento académico: el estrés prolongado puede interferir con la capacidad de concentración, la memoria y el aprendizaje. Como resultado, los niños y niñas pueden experimentar un descenso en su rendimiento académico.
  • Problemas de salud física y emocional: el estrés no gestionado puede manifestarse físicamente en forma de dolores de cabeza, problemas gastrointestinales, alteraciones del sueño y un sistema inmunológico debilitado. Emocionalmente, puede llevar a sentimientos de tristeza, irritabilidad y una mayor susceptibilidad a trastornos de ansiedad o depresión.
  • Problemas de comportamiento: los niños y niñas bajo un estrés significativo pueden mostrar cambios en su comportamiento, como aislamiento, agresividad o una mayor tendencia a tener conflictos con sus compañeros o familiares.
  • Dificultades en las relaciones sociales: el estrés puede afectar la forma en que los niños y niñas interactúan con los demás. Pueden volverse más retraídos, evitar actividades sociales o, por el contrario, mostrarse más irritables y tener conflictos con sus compañeros.

Pasos para gestionar el estrés de la vuelta al cole

Gestionar el estrés de la vuelta al cole en niños y niñas es esencial para asegurar un inicio de curso saludable y positivo. Este proceso requiere de un enfoque consciente y proactivo por parte de los adultos, quienes pueden implementar una serie de estrategias que ayuden a los más jóvenes a adaptarse mejor a los cambios que supone el regreso a las aulas. Estos ocho pasos, si se aplican de manera consistente, pueden reducir significativamente la ansiedad y el malestar asociados a esta etapa, promoviendo un ambiente en el que los niños y niñas se sientan seguros, apoyados y preparados para enfrentar los retos del nuevo año escolar.

Estos son los pasos a seguir:

1. Crear una rutina predecible

Establecer horarios claros para dormir, comer, estudiar y jugar ayuda a los niños y niñas a sentirse seguros y a reducir la ansiedad. Una rutina predecible les da un sentido de control y estabilidad.

2. Hablar abiertamente sobre sus emociones

Fomentar un ambiente en el que los niños y niñas se sientan cómodos hablando sobre sus miedos y preocupaciones es crucial. Escucharles sin juzgar y validar sus sentimientos les ayuda a sentirse comprendidos y apoyados.

3. Fomentar expectativas realistas

Ayudar a los niños y niñas a entender que no necesitan ser perfectos en todo lo que hacen puede aliviar la presión. Establecer metas alcanzables y celebrar sus logros, por pequeños que sean, es fundamental.

4. Promover el tiempo para el juego y la recreación

El juego es esencial para el desarrollo emocional y social. Asegurarse de que los niños y niñas tengan tiempo para jugar y relajarse les ayuda a liberar tensiones y a desconectar de las exigencias escolares.

5. Prepararse con anticipación

Involucrar a los niños y niñas en la preparación para el nuevo curso escolar, como elegir materiales o planificar su horario, puede ayudarles a sentirse más en control y reducir el estrés.

6. Establecer una comunicación abierta con la escuela

Mantener una comunicación fluida con los profesores y el personal escolar permite detectar y abordar problemas potenciales desde el inicio. Esto también ayuda a los niños y niñas a sentir que sus preocupaciones son tomadas en cuenta.

7. Practicar técnicas de relajación

Enseñar a los niños y niñas técnicas de respiración, meditación o mindfulness puede ser una herramienta poderosa para gestionar la ansiedad. Practicar estas técnicas juntos como familia puede hacer que sean más efectivas.

8. Fomentar relaciones positivas

Apoyar a los niños y niñas en la creación y mantenimiento de amistades saludables es clave. Las relaciones positivas con sus compañeros les proporcionan un apoyo emocional esencial y reducen la sensación de aislamiento.

El estrés de la vuelta al cole es un fenómeno común que afecta a muchos niños y niñas, pero con las estrategias adecuadas, es posible ayudarles a gestionarlo de manera efectiva. La clave está en crear un entorno seguro, de apoyo y comprensión, donde puedan expresar sus emociones y aprender a enfrentar los problemas que se les presentan. Como adultos, tenemos la responsabilidad de guiarles en este proceso, asegurándonos de que comiencen el nuevo curso escolar con la confianza y la tranquilidad necesarias para tener éxito, tanto académica como emocionalmente.

* Ángel Rull, psicólogo.