La obsesión por adelgazar

Psicólogos y entidades alertan sobre las dietas de verano y piden "quemar las básculas"

Reconocer los factores psicológicos previos y evitar reducirlo todo al peso, claves de una buena relación con el cuerpo

La presión publicitaria y en redes sociales afecta especialmente a mujeres con trastornos de conducta alimentaria

Entrevista a Mery Viñas, psicóloga experta en alimentación

La psicóloga Mery Viñas, en la redacción de EL PERIÓDICO. / Zowy Voeten y Patricio Ortiz

Fidel Masreal

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Barcelona
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Solo hay que entrar en Google y teclear "perder peso" para constatar como aparecen ideas como "quemagrasas", "rápidamente", "sin hacer dieta" o "de una manera fácil". También aparece un concepto clave, entre una nube de propuestas milagrosas: la nutrición y la pérdida de peso, mitos y verdades. Ahora que se acerca el verano y las vacaciones para muchos (no todos), la obsesión por la dieta se incrementa. Y lo saben bien psicólogas como Mery Viñas y también la Asociación Contra la Anorexia y la Bulumia (ACAB). Ambas piden lo mismo: "quemar las básculas" y atender a los riesgos psicológicos, en ocasiones graves, de obsesionarse con reducir quilos, en parte por la presión publicitaria.

Viñas recibe en su consulta a estas mujeres con una mala relación con su cuerpo (como el 87% de las mujeres, según un estudio). Y eso en cierta medida, alerta, es fruto de "la industria del descontento: interesa que estemos inseguras, porque una mujer insegura consumirá mucho más, y si no es un descontento por las arrugas será por la celulitis, las estrías... y los quilos de más. Siempre hay alguna cosa. Todo para no aceptar el paso del tiempo". Añádase ello que ahora ya es motivo de orgullo explicar a las amigas una operación de estética.

La báscula es el enemigo

"La báscula es el enemigo, cuando nos subimos en ella el humor cambia si no vemos el número que esperamos, creemos que es una herramienta de salud y, en cambio, se convierte en mala salud, en obsesión, porque además el peso depende de muchos más factores que el ejercicio físico", describe la psicóloga.

Interesa que estemos inseguras, porque una mujer insegura consumirá mucho más

Mery Viñas

— Psicóloga

En ello está totalmente de acuerdo la directora de la ACAB, Sara Bujalance: "Las básculas, preferiblemente quemarlas; debería ser una herramienta de uso médico, un criterio más y no el principal". "Como dice la OMS hay que poner el acento en el estilo de vida y no tanto en el peso, que es un elemento complejo, y si reforzamos la idea de que el peso es el resultado del estilo de vida, estamos responsabilizando a la persona de la obesidad y es discriminatorio. Una persona no vale más en función del peso".

En este mismo sentido, Viñas va al fondo de la cuestión: "Se trata de preguntarse cómo estoy emocionalmente, los dietistas deberían pasar primero un test para saber el nivel de estrés; la base es la parte mental". Comer para darse un premio emocional no está mal, añade, "el problema es cuando es la única manera que tienes de gestionar las emociones". Y entonces de lo que se trata es de atender a cuestiones como la soledad, la tristeza y el estrés.

Si se hace al revés, si se aplica una dieta estricta, al no cumplir se genera todavía más angustia. Además la inmensa mayoría de dietas se incumplen. Y en la mayoría de estos casos no solo se recupera peso sino que se aumenta.

Las peores consecuencias

Si alguien sabe cuáles son las peores consecuencias de la obsesión por el peso son las personas con anorexia y bulimia, mayoritariamente mujeres, y sus familias. "El impacto del bombardeo actual de dietas de verano y cuerpos 'perfectos' en la publicidad tiene un efecto disparador en las personas con TCA (Trastorno de la Conducta Alimentaria)", explica Bujalance, sin dejar de recordar que este trastorno tiene una causa multifactorial. "Quienes acaban realizando estas dietas son las personas con mayor vulnerabilidad, que no tienen madurez para protegerse y carecen de herramientas para acceder a información seria, y acaban picando por una influencer o una vecina", describe.

El bombardeo actual de dietas de verano y cuerpos 'perfectos' tiene un efecto disparador en las personas con TCA

Sara Bujalance

— Directora de la Asociación Contra la Anorexia y la Bulimia

Las redes

El gran reto actual en cuanto a dietas y mensajes nocivos son las redes sociales. "Te abres un perfil de Instagram sin tener ni idea y divulgas lo que crees, con la mala suerte de que hay quien te hace caso", se lamenta Bujalance. Mary Viñas también trabaja en esta difícil tarea pedagógica frente a las redes, donde también existen buenas prácticas, ciertamente.

Consejos para no obsesionarse

  1. Preguntarnos: ¿Cúanta hambre tengo, de 0 a 10? Hay que conectar con las sensaciones del cuerpo.
  2. Es positivo comer sano. Obsesionarse con ello es negativo porque genera problemas peores que los que resuelve.
  3. Evitar cuidarse desde el miedo o ideas de cumplimiento o incumplimiento, de haber "pecado", etc.
  4. Cuidado con los productos milagrosos para adelgazar, incluso algunos de los que se venden en farmacias.
  5. Disfrutemos de la vida, del verano.
  6. Si hay miedo a bañarse en bikini, es bueno recordar que todos los cuerpos son diversos. Y que no te miran todos a ti.