Psicología

Estrés en los niños: cómo aprender a detectarlo

Los más pequeños pueden tener problemas de salud mental parecidos a los de los adultos

Una niña llorando

Una niña llorando / 123Rf

Ángel Rull

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El estrés es un problema que afecta a muchas personas, incluyendo a los niños. En los últimos años, el estrés en niños se ha convertido en un problema cada vez más común. Los niños experimentan estrés por diversas razones, como el cambio de escuela, los conflictos familiares, los problemas de salud, las presiones académicas y las preocupaciones económicas. El estrés puede tener un impacto significativo en la vida de un niño y, por lo tanto, es importante que los padres y los cuidadores comprendan las causas, los síntomas y las formas de ayudar a los niños a manejar el estrés.

¿Qué es el estrés?

El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones desafiantes o estresantes. Cuando una persona se enfrenta a una situación difícil, el cuerpo responde liberando una serie de hormonas, como el cortisol y la adrenalina, que activan el sistema nervioso simpático y preparan al cuerpo para una respuesta de lucha o huida. El estrés puede ser causado por diversos factores, como la presión escolar, problemas familiares, cambios en el entorno o eventos traumáticos.

Los niños también pueden experimentar estrés, aunque sus desencadenantes pueden ser diferentes a los de los adultos. Algunas de las causas más comunes de estrés en niños incluyen el cambio de escuela, la presión académica, la tensión familiar, la presión social y los eventos traumáticos, como la pérdida de un ser querido. Es importante tener en cuenta que el estrés no siempre es negativo; de hecho, un cierto nivel de estrés puede ser beneficioso para los niños, ya que les ayuda a desarrollar habilidades de afrontamiento y resiliencia.

Sin embargo, cuando el estrés es constante o demasiado intenso, puede tener efectos negativos en la salud física y mental de los niños. El estrés crónico puede afectar el sistema inmunológico, el sueño, la digestión y el crecimiento, y también puede aumentar el riesgo de problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad.

Diferencias entre estrés y ansiedad

Es importante entender la diferencia entre el estrés y la ansiedad. Aunque estos dos términos se utilizan a menudo indistintamente, hay una diferencia clara entre ellos. El estrés es la respuesta natural del cuerpo ante una situación que se percibe como una amenaza. Esta respuesta se conoce como respuesta de lucha o huida y se activa cuando el cuerpo detecta una amenaza o un peligro. La respuesta de lucha o huida incluye la liberación de hormonas como el cortisol y la adrenalina, que aumentan el ritmo cardíaco, la respiración y la presión arterial. Estas respuestas fisiológicas preparan al cuerpo para luchar o huir de la amenaza.

La ansiedad, por otro lado, es una respuesta emocional que se produce cuando una persona percibe una amenaza o un peligro. La ansiedad se caracteriza por sentimientos de preocupación, miedo o aprensión y puede estar acompañada de síntomas físicos como sudoración, temblores y palpitaciones del corazón. A diferencia del estrés, la ansiedad no siempre está asociada con una situación concreta y puede ser persistente y generalizada.

¿Qué consecuencias tiene el estrés en niños?

El estrés puede afectar negativamente el desarrollo físico y mental de los niños, e incluso tener un impacto duradero en su salud y bienestar en la edad adulta.

Algunas de las consecuencias del estrés en niños son:

·       Problemas de salud mental: El estrés crónico en niños puede aumentar el riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad y depresión. También puede provocar cambios en la personalidad del niño, como la irritabilidad, la impaciencia y la agresividad.

·       Problemas de salud física: El estrés en niños puede afectar el sistema inmunológico, haciéndolos más propensos a sufrir enfermedades como resfriados, gripe y otros problemas de salud.

·       Problemas de sueño: Puede interferir en la calidad y cantidad de sueño de los niños, lo que a su vez puede tener un impacto negativo en su rendimiento escolar y su capacidad para concentrarse y aprender.

·       Problemas de comportamiento: Puede manifestarse a través de comportamientos inapropiados, como la agresividad, la impulsividad y la falta de autocontrol. También pueden presentarse problemas de alimentación y conductas adictivas como el consumo de drogas, alcohol y tabaco, aunque esto lo podríamos observar ya en la adolescencia.

·       Problemas de rendimiento académico: El estrés crónico puede tener un impacto negativo en el rendimiento académico de los niños, disminuyendo su capacidad de atención, memoria y aprendizaje.

·       Problemas de relación: El estrés en niños puede afectar su capacidad para establecer y mantener relaciones sociales saludables, disminuyendo su empatía y habilidades de comunicación.

Síntomas de estrés en niños

El estrés puede manifestarse de muchas maneras diferentes en los niños. Algunos síntomas pueden ser físicos, mientras que otros pueden ser emocionales o de comportamiento.

A continuación podemos observar algunos de los síntomas más comunes e importantes del estrés en los niños:

1.     Dolores de cabeza y dolores de estómago

Uno de los síntomas más comunes del estrés en los niños son los dolores de cabeza y dolores de estómago. Los niños pueden sentir que sus estómagos están revueltos, lo que puede provocar náuseas y vómitos. Estos síntomas físicos pueden ser causados por el estrés, ya que puede afectar el sistema digestivo y el sistema nervioso.

2.     Cambios en el apetito

El estrés también puede afectar el apetito de un niño. Algunos niños pueden experimentar un aumento en el apetito, mientras que otros pueden perder el interés en la comida. También pueden tener antojos por alimentos poco saludables, como dulces y alimentos ricos en grasas y carbohidratos. Estos cambios en el apetito pueden tener un impacto negativo en la salud y el bienestar de un niño.

3.     Problemas de sueño

El estrés también puede afectar el sueño de un niño. Algunos niños pueden tener problemas para conciliar el sueño o despertarse durante la noche. Otros pueden dormir más de lo habitual y tener dificultades para despertarse por la mañana. Los problemas de sueño pueden afectar la capacidad de un niño para concentrarse y aprender en la escuela, lo que puede provocar problemas académicos.

4.     Comportamiento agresivo o irritable

El estrés puede causar cambios en el comportamiento de un niño. Algunos niños pueden volverse más agresivos o irritables cuando están estresados. También pueden tener dificultades para controlar sus emociones y reaccionar de manera exagerada a situaciones cotidianas. Estos cambios en el comportamiento pueden afectar las relaciones de un niño con los demás y su capacidad para interactuar socialmente.

5.     Ansiedad y miedo

El estrés también puede provocar ansiedad y miedo en los niños. Pueden preocuparse por situaciones cotidianas, como ir a la escuela o estar separados de sus padres. También pueden tener miedo a cosas específicas, como los perros o los truenos. Estos miedos pueden ser desproporcionados y pueden interferir con la capacidad de un niño para realizar actividades cotidianas.

6.     Problemas en la escuela

Puede tener un impacto negativo en el rendimiento académico de un niño. Pueden tener dificultades para concentrarse y gestionar las tareas del día a día, lo que llevaría a fracaso académico o, al menos, una notable reducción en su nota media.

El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones estresantes, sin embargo, cuando el estrés se vuelve crónico, puede tener graves consecuencias para la salud física y mental del niño. Por eso, la detección temprana nos ayudará a evitar peores consecuencias y que podamos restaurar cuanto antes el equilibrio emocional.

* Ángel Rull, psicólogo.