PSICOLOGÍA

Sentido vital: formas de encontralo para ser feliz

Nuestro propósito y su búsqueda nos orienta el bienestar pleno

Una chica de viaje con un mapa

Una chica de viaje con un mapa / periodico

Ángel Rull

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Vemos en nuestra vida cómo las diferentes personas con las que nos relacionamos tienen distintas formas de levantarse por la mañana o de sacar motivación para enfrentar el día a día. De hecho, nosotros encontramos que, dependiendo de la temporada, estamos de mejor o de peor humor. ¿Por qué hay esas diferencias incluso en personas que llevan vidas parecidas? Esto puede deberse, en muchos casos, a lo lejos o cerca que estamos de nuestro propósito vital, de aquello que nos llena plenamente y se acerca a lo que siempre hemos querido hacer, incluso siendo pequeños. No necesariamente tiene que ver con nuestra carrera profesional, ya que podemos obtener dinero por un lado, y en nuestro tiempo libre dedicarnos a hacer lo que de verdad nos llena. Aunque cuanto más se aleje ese trabajo de nuestro sentido vital, menos bienestar podemos estar experimentando.

El sentido vital es aquello que da significado a lo que somos, a nuestra esencia y nuestra verdad individual. No siempre se parece a lo que los demás esperan de nosotros o a la carrera que un día escogimos, y debemos de forma auténtica saber cuál es el nuestro, por encima de la opinión externa o de los pasos ya andados.

Autenticidad

La autenticidad no solo es mostrar todo lo que tenemos en nuestro interior, sino también vivir acorde a ello. Escuchar nuestros valores, expresar nuestras emociones, seguir nuestras metas y dejar de lado la necesidad de estar a la altura de las expectativas de los demás es ser genuinos y nos hace vivir plenamente. Aunque en muchos casos nos parece complicado, sobre todo cuando nos hemos alejado mucho de nuestro sentido vital. Mantener los mismos esquemas o no saber cuál es nuestro propósito no nos permitirá alcanzar la felicidad y seguiremos viviendo resignados y frustrados, levantándonos de mal humor por las mañanas.

A través de los siguientes puntos, podremos encontrar nuestro sentido vital y podremos empezar a orientarnos hacia él:

1. Mira a las personas que te rodean

¿Qué están haciendo tus padres, tus amigos o tus compañeros de trabajo? Evalúa cuáles son sus metas, sus motivaciones y su forma de vivir. De forma inconsciente tú te has estado orientando también a lo mismo, tanto por imitación como por la necesidad de encajar, y eso no siempre se relaciona con lo que de verdad eres. Fíjate si tener lo que ellos tienen te hará sentirte pleno o solo proyectarías una imagen de éxito para ellos.

2. Otras personas

Hay numerosas personas que conoces con los que no tienes una relación pero que despiertan algo en ti. Sus valores o cómo se expresan llevan tiempo llamándote la atención. ¿A qué se atreven ellos y tú no? Acércate más a esas personas, contágiate y busca nuevos vínculos. Ellos podrían ayudarte a acercarte a lo que eres.

3. Diez años más

Evalúa tu vida de forma estadística y, en base a lo que tienes y lo que estás haciendo, mira cómo estarás en diez años. Imagina con todo detalle esa vida. ¿Es la que querías? ¿Falta algo o ni siquiera estás cerca de tus sueños? Ese futuro es el que estás construyendo ahora y siempre tienes tiempo de cambiarlo.

4. Tus pasiones

Eso con lo que disfrutas, aunque no te genere ingresos, o lo que hace que pasen las horas volando, se acerca a lo que de verdad te gustaría ser. Encuentra en tus pasiones tu sentido vital. Solo plantéate eso. Ya llegará la clave que te hará poder integrarlo con tu profesión.

Aquello que nos motiva a levantarnos por las mañanas, aquello que nos hace sonreír al acostarnos o de lo que hablamos con pasión, es nuestro sentido vital. Entender qué es, dar una forma a eso y buscar la manera de vivir acorde a ello, nos puede hacer sentir un bienestar totalmente pleno. Nunca es tarde para encontrarlo.

Ángel Rull, psicólogo.