PSICOLOGÍA

Cómo poner límites a los suegros cuando se meten en la pareja

Las relaciones implican zonas de seguridad tanto internas como externas a los implicados

Día de los Abuelos 2018

Día de los Abuelos 2018 / periodico

Ángel Rull

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Las relaciones de pareja no son entidades separadas y aisladas del resto de personas. Al estar con otro, tanto sus amigos, como su profesión o su familia pasa a ser también parte de nuestra vida. Esto puede enriquecernos, sumar en nuestro bienestar y nutrir nuestra vida, pero no siempre es tan fácil ni positivo. Los suegros son una de esas partes que se integran en nuestras relaciones y pueden complicarnos la existencia. De hecho, en algunos casos, pueden llegar a detonar rupturas y divorcios. Pero no somos conscientes de que su intromisión o su falta de límites es también responsabilidad nuestra, no solo de nuestra pareja o de ellos mismos. Somos nosotros los que nos ponemos excusas o elevamos barreras de miedo que permiten todo ese malestar.

El estado ideal de una relación sería solo apoyarse en los aspectos positivos de todo lo que rodea a la pareja, pero es solo una utopía. Si ganamos en relaciones sociales con las amistades de nuestra pareja, también podemos salir perdiendo con nuestros suegros. Aunque siempre hay que tener en cuenta que una clave puede ayudarnos: la necesidad de poner siempre límites. Es solo nuestra responsabilidad.

Hasta aquí

Los suegros son parte inseparable de cualquier relación. Por mucho que no los queramos, siempre van a venir acompañando. Es cierto que, en muchos casos, la relación con ellos es plenamente satisfactoria. Se respetan los tiempos y los espacio, nos acogen como si fuéramos sus propios hijos y podemos sentir que son parte fundamental de nuestra vida. Aunque parezca una situación ideal, que se alcanza por cómo son ellos, hay ciertos rasgos de nosotros mismos que propiciarían o impedirían que eso ocurriera. Y es que, normalmente tendemos a pensar que todo lo negativo que me ocurre es por culpa de todo lo externo, cuando eso solo nos quita responsabilidad y nos estanca en una falsa comodidad.

Partamos del punto de la relación que partamos e independientemente de la relación que hayamos ya construido con nuestros suegros, es posible generar nuevas realidades. Existe una necesidad de poner límites, en todas las situaciones, sabiendo que somos nosotros los que debemos hacerlo y no esperar a que aparezcan de la nada. Aunque parezca complicado, siempre hay pequeñas pautas que podrán hacernos el camino más fácil:

1. Complejo de adivino

En multitud de momentos de nuestra vida buscamos que el otro sea capaz de adivinar nuestros pensamientos o nuestras emociones y sepa qué necesitamos. Esto casi nunca es posible, ya que justamente el otro también hace lo mismo. Además, se da por hecho de que todo está bien mientras no digamos lo contrario.

Si consideramos que nuestros suegros se entrometen y sabemos que hay que poner límites, no podemos dar por hecho que se tienen que dar ellos cuenta. Lo hagan o no, somos nosotros los que debemos decir hasta dónde pueden entrar en nuestra relación.

2. Qué me molesta

Es importante saber qué cosas son las que exactamente me molestan y cuál sería la alternativa aceptable para mí. Hechos concretos y soluciones precisas tienen que ir acompañando a los límites en todo momento.

3. Qué me despierta

Las personas de nuestra vida pueden llegar a generarnos malestar porque nos hacen ver partes de nosotros que no nos gustan. Si mi suegra carece de límites me puede estar reflejando el cómo soy una persona que deja que los demás me invadan. Esa parte es importante ya que nos muestra una realidad más amplía de la que pensábamos.

4. Tu responsabilidad

Tanto si es tu pareja la que te ha dicho que poner límites es su responsabilidad como si no ha ocurrido pero tú lo das por hecho, tienes que ser consciente de que esto no es así. Los suegros también son ahora parte de tu vida y, por tanto, tienes tú que gestionarlo, siempre desde el respeto y haciéndoselo saber a tu pareja.

5. Claro y conciso

Cuando nos callamos, tendemos a acumular y a estallar en los momentos más inoportunos. Esto nos crea culpa y malestar que perpetúa la situación. Para evitarlo, pon límites siempre en cada momento, sin dejar pasar el tiempo y usando tonos neutros.

Los suegros no son solo los padres de tu pareja, son ahora una parte de tu vida que tienes tú que saber gestionar, independientemente de las ganas que tengas o de lo complicado que te parezca. Las cosas que no están bien, si las dejamos pasar, no se estabilizan o se mantienen, sino que empeoran. Tienes que coger el toro por los cuernos con tus suegros.

Ángel Rull, psicólogo.