PSICOLOGÍA
Tiempo minimalista: cómo instaurar un modelo más eficiente
La sensación de no tener tiempo genera estrés y problemas de ansiedad
Ángel Rull
Licenciado en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, con más de 10 años de experiencia en el ámbito de la Psicología Sanitaria, tanto en clínica con población general, como en hospitales, con patologías más severas. Desde 2017, trabajo diariamente con personas de diferentes edades y con una amplio abanico de problemas de manera online, rompiendo las barreras físicas de la terapia convencional.
Ángel Rull
Vivimos actualmente desde la acumulación, tanto de tareas como de objetos y relaciones. Todo es importante, todo es necesario y nos cuesta mucho romper con responsabilidades autoimpuestas. El sentido del deber hacia lo externo nos quita de nuestro centro y convertimos todo en prioritario salvo a nosotros mismos y nuestras necesidades. A corto plazo lo vemos como una inversión, trabajar más horas porque acabamos de llegar a la empresa o invertir más tiempo porque hemos empezado con esta tarea hace dos días, pero después se convierte en un círculo vicioso del que ya no sabemos salir. Es demasiado tarde para expresar nuestra disconformidad o para rechazar más trabajo.
Ante el estilo de vida acumulativo propio de occidente, se ha instaurado un nuevo orden desde el minimalismo, muy necesario en cada persona. No siempre lo que acumulamos son objetos, por eso nos cuesta ver que nosotros también caemos en esa trampa. Pero, el mero hecho de no saber cortar relaciones tóxicas o trabajar sin parar, también entra dentro de esa acumulación y del malestar que nos produce. Para esto último, un modelo más eficiente será el de convertir nuestro tiempo en algo minimalista.
Menos cosas
Desde hace unos años, la perspectiva minimalista se ha instaurado en nuestras casas, aunque siempre desde una perspectiva material. Nos deshacemos de todo aquello que ya no nos sirve, que no tiene una utilidad o que no nos gusta. Vaciamos cajones y armarios y nos sentimos mucho mejor. Pero esta sensación de plenitud no es constante, porque hay diversas áreas de nuestra vida donde aún no nos hemos enfocado a implantar el minimalismo, ya que tenemos la falsa creencia de que solo se orienta hacia los objetos.
"Si preguntas a cualquier persona que veas en la calle, es común que te digan que les falta tiempo, que no tienen tiempo o que están estresadas. Estas afirmaciones ya no se concentran en un periodo específico del año, sino que se manifiestan en cualquier momento, incluso a la vuelta de las vacaciones", dice Lucía Terol, experta en vida minimalista. Y es que, hasta cuando partimos de cero, ya tenemos toda nuestra agenda ocupada y nos vemos desbordados. Aplazar el trabajo o irnos de vacaciones solo parece generarnos mayor estrés, cuando el efecto debería ser el contrario.
Si queremos instaurar un modelo más eficiente y poder gestionar mejor nuestro tiempo, tenemos que seguir los siguientes consejos minimalistas:
1. Prioriza
Priorizar implica partir de una premisa básica: "Admitir, reconocer y aceptar que no llegas a todo". En "Esencia minimalista" (Kitsune Books, 2020) Lucía Terol recoge ese principio, uno de los más básicos pero que más nos cuesta admitir. No tenemos el control total sobre las cosas que hay que hacer, intentar asumir responsabilidades que no son nuestras no nos da el poder, solo nos lo acaba quitando. Prioriza de forma real que sí debes hacer y para cuándo, lo demás debe desecharse.
2. Conecta con tus necesidades
Nuestras necesidades parten desde una perspectiva emocional y desde otra perspectiva física y corporal. El tiempo y su gestión deben adaptarse a este tipo de necesidades. Hay momento donde necesitamos estar más en silencio, lo que nos puede hacer buscar un tipo de tareas, y otros momentos donde tenemos más energía y podremos buscar otras actividades. Conocer nuestros ritmos y respetarlos nos convierte en más eficientes.
3. Corta con todo
Lo que más nos roba el tiempo es la multitarea, el estar haciendo cuatro cosas a la vez. Nos vuelve más lentos y cometemos más errores, además de generar estrés. Cada vez que nos encontremos realizando una tarea, tenemos que ser conscientes de que nuestro foco tiene que estar en su totalidad dirigido a ello. Poner el teléfono en modo avión o aplazar otro tipo de tareas nos ayudará a acabar antes y de una forma más eficiente.
El minimalismo es un estilo de vida sencillo, con menos preocupaciones y más centrado en el momento presente y la atención a las necesidades. Intenta cortar con lazos que no son útiles y no asumir cosas que no son nuestras. No solo se orienta a las relaciones o a los objetos materiales, sino que debe aplicarse a nuestro tiempo, a nuestro trabajo y a nuestra productividad. Un modelo más fácil de seguir en cuanto cambiamos varios patrones.
* Ángel Rull, psicólogo.
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