PSICOLOGÍA

Estrés en el embarazo: pautas para relajarse mejor

Los nueve meses que quedan por delante pueden hacer que la salud se resienta

Una mujer embarazada.

Una mujer embarazada. / periodico

Ángel Rull

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El embarazo es una etapa de cambios físicos y emocionales para cualquier persona. Tiene consecuencias en toda la estructura de vida, puede llevarse con cambios emocionales ante todos esos cambios y poder generar un mayor estrés. Afecta tanto a la persona que está gestando como a todo su alrededor, especialmente si hay una pareja. Este estrés afecta no solo a la salud de la madre, sino también al futuro bebé. Lo ideal sería vivirlo desde la calma y la ilusión, algo que todo el mundo dice a las embarazadas, pero que ni es real ni posible. Lo que sí es cierto, es que el nivel de estrés debe bajarse.

Los diferentes ciclos por los que pasamos en nuestra vida desestabilizan nuestras emociones y la forma que tenemos de gestionar los problemas. No es fácil ningún cambio, pero se hace aún más complicado cuando ese cambio implica gestar y esperar un bebé, algo que va a determinar el futuro de la persona o de la relación de pareja. Volver a la calma implica ser conscientes del miedo y buscar las herramientas necesarias para afrontarlo y controlar nuestra activación.

Cuerpo y emoción

Manejar el estrés o la ansiedad que podemos estar sintiendo conlleva no solo hacer cambios en nuestra rutina o hacer que nuestro cuerpo se relaje, también hay que integrar en todo el proceso la parte emocional y cognitiva. El embarazo es una etapa complicada de cambios donde son muchas las variables a controlar y manejar y dejar alguna de lado desequilibrará nuestro bienestar. Es, por tanto, que debemos orientar la reducción del estrés y la activación a manejar lo físico, lo mental y lo emocional.

A través de los siguientes puntos podemos empezar a gestionar mejor el estrés durante el embarazo, consiguiendo que podamos aceptar y superar el miedo y hacer que nuestro cuerpo se sienta más tranquilo:

1. Expectativas

Cada etapa de nuestra vida lleva una serie de expectativas educacionales y culturales. El embarazo tiende a venderse como una fase en la que solo hay ilusión, algunas náuseas y muchos cambios positivos. Sin embargo, la realidad es otra. Ser conscientes de que nuestras expectativas pueden estar dañándonos y aceptar que nuestro embarazo se va a ajustar más a lo real que a lo esperado, puede hacernos quitar muchas barreras y resistencias emocionales.

2. Relajación

La relajación es uno de los requisitos indispensables a la hora de calmar cuerpo y mente. No solo debemos procurar usar estos ejercicios en el momento presente sino buscar técnicas que nos ayuden en el futuro, como en el momento del parto, ya que es un instante que nos genera mucho miedo y que puede ya hacer que lo vivamos como una amenaza. La forma que tenemos de crear seguridad es aprendiendo ahora las herramientas necesarias.

3. La raíz del miedo

Debemos ser conscientes de que el miedo que sentimos ahora puede no estar siendo realmente producido por el embarazo. Nuestro cerebro tiende a desplazar las causas bloqueando problemáticas originales. ¿De dónde viene tu miedo? Puede ser anterior, por hechos del pasado, miedo al abandono o cosas que nos ocurrieron a nosotros mismos en la infancia.

4. Puedo con todo

La ansiedad y el estrés aparecen cuando sentimos que las herramientas con las que contamos no son suficientes para gestionar los obstáculos actuales o que van a aparecer. Esto también se debe a nuestras expectativas o nuestra educación, la necesidad de querer abarcarlo todo nosotros mismos y superarlo sin ayuda. Sin embargo, hay que reconocer que hay ciertas etapas donde ni podemos ni debemos cargarnos con todo. Es el momento de buscar la ayuda necesaria que nos proporcione mejores habilidades para esta etapa.

El embarazo en sí es un punto de estrés para cualquier persona. Implica cambios y situaciones desconocidas en las que no siempre nos sabemos manejar. Se sufre un estrés que puede ser perjudicial tanto para quien está gestando como para el bebé y si no lo controlamos, nos acabará desbordando.

Ángel Rull, psicólogo.